lunes, mayo 18, 2015

Para no creer en la Justicia

Toda la semana cubierta por Tía María, nos ha sacado del foco la extraña ruta que están siguiendo algunos de los procesos judiciales emblemáticos que se desarrollan en el país. De pronto, casi en el mismo día, y como si una mano nos condujera de un lado a otro, se conoció que el exvocal supremo, el exjefe de la Sunarp y otros abogados de la mafia de los terrenos, salían en libertad derrumbando la imagen de un Poder Judicial que había decidido   caer encima de los peces gordos de la corrupción; que el exministro Pastor iría finalmente a prisión, pero que pasaban los días y seguía libre; y que por supuesto la Primera Sala Civil dividía sus votos en la apelación de Congreso contra el juez de García que quiere anular los informes de la Megacomisión, faltando un solo voto para que el manganzón se salga con su gusto.  

Parece un enredo hecho a propósito y en medio de la desatención pública: un poderoso exjuez que seguía moviendo hilos de la red Orellana cuando ya no era magistrado, parecía haber perdido su influencia, pero nada que ver, y con él se fue a la calle el que fuera cabeza de los Registros Públicos donde todos los crímenes de falsificación eran posibles. Lo que daba la impresión de un avance, se convirtió en una nueva vergüenza. Y Pastor ya sentenciado hace meses, pero que no ha pisado la cárcel hasta ahora, salvo para negociar narcoindultos, hace movidas finales para dilatar su destino. Es el primer ministro de García condenado, no por actos de su cargo, sino por aprovechamiento de su influencia política para manejar instituciones. ¿Será verdad que será puesto a pagar sus culpas y se le acabará ese extraño estatus de condenado que camina libre por la calle?

Pero, el tinglado principal es el armado para pasar el vergonzoso arreglo para resolver las nulidades con las que García quiere evadir sus responsabilidades en diversos delitos y trapacerías de su segundo gobierno. Cómo picará en las manos este caso de neta sinvergüencería, que se ha demorado dos meses en hacerse pública la decisión de la Sala, conformada por el presidente de la Corte de Lima, Oswaldo Ordoñez a principios de año para que se ocupe precisamente de este asunto, y su fallo emitido tratando de producir el menor estruendo y dando la impresión de un empate, cuando hay un camino abierto a favor de García. Es como si estuvieran tratando de hacerla pasar suave, cuando la gente está distraída y no está pendiente de las intenciones del expresidente de conseguir un nuevo certificado de impunidad que no diga que es inocente, sino que supuestamente no lo citaron bien.

El presidente de la Sala Héctor Lama, ha salvado su voto. Y se espera saber sus fundamentos. Salvo que la dirimencia sea parte de la maniobra para decir que fue difícil pero otra vez AGP se salvó con la campana.

18.05.15

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