martes, octubre 14, 2014

La izquierda entre la revocatoria y las municipales

La izquierda volvió a hablar de unidad después de la revocatoria de marzo del año pasado. Todos los sectores habían empujado para que Susana no fuese desalojada de la alcaldía. La campaña como todos sabemos fue compleja y  en ella tomó parte un arco amplio de partidos de derecha a izquierda  en torno a un claro eje: cerrarle el paso a la jugada de Castañeda de desestabilizar la nueva gestión y ponerla en jaque, para acceder adelantadamente al trono municipal.

La revocatoria se jugó al borde de la derrota, con las encuestas en contra hasta muy  cerca del desenlace, pero entendiendo la pagaríamos caro. Nadie dijo que no había que juntarse con los derechistas impenitentes de PPC , que podían contagiarnos neoliberalismo, o con los corruptos de Perú Posible-Ecoteva, u otras formaciones menores como Somos Perú, Acción Popular, Partido Humanista, con profundas heridas del pasado. ¿Qué iba a decirles la alcaldesa?, ¿qué se vayan?, ¿o más bien ampliar con todo lo que fuera posible y bajo su liderazgo un frente de respuesta al poder mafioso?

Nadie ha discutido las tácticas de frente amplio que ayudaron a salvar a la alcaldesa, ni la interpretación de las caracterizaciones del escenario. La pregunta viene de inmediato: ¿esa situación iba a variar en términos de amenaza en la elección del 2014? Hacia fines del año pasado para la renovación de regidores, el interés de los partidos varió completamente. Mientras los del Sí, se abstenían para conservar sus fuerzas, los del No se dispersaban para tratar de “ganar” la elección y demostrar su propia proyección municipal. La izquierda, por supuesto, tiene un nombre para hacer eso mismo: “acumular fuerzas”, que significa que si sus candidatos lograban 7% (más o menos 3.5% si se considera Castañeda), quiere decir que en los siguientes años subiremos punto hasta poder disputar poder.

A comienzos del 2014, la izquierda se reunió con delegados regionales y dirigentes de los partidos. Uno hubiera supuesto que respecto a Cajamarca harían lo posible porque fuera un triunfo del Frente Amplio. Pero el MAS no quiso sociedad con nadie y fue a la elección por su cuenta. En Lima, a su vez, tenía que ponerse sobre la mesa si los términos de la revocatoria del 2013, seguían siendo válidos y si era así los temas de las alianzas amplias y de quién era la candidata para disputarle a Castañeda se resolvían solo.

Pero eso solo podía ser así si había una dirección de izquierda y no la había. Si la mayor parte de la derecha se iba por su cuenta, la candidata a la reelección tenía la posibilidad de apoderarse de la bandera frentista. Pero para sectores de la izquierda, el pecado es que pactó con Perú Posible, cuando no había que pactar con nadie. Habría por tanto que preguntarse qué pasó con las candidaturas izquierdistas puras. Eso lo discutiremos mañana.

13.10.14

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

“Unidad de las izquierdas” es un oxímoron, Raúl.
¿Cómo se va a unir un grupo de narcisos inmaduros, ensimismados que desprecian la democracia representativa?, chillones, buenos para quemar llantas, romper vitrinas, interrumpir carreteras. No lo son para asumir la realidad, actuar con sentido común, ponerse de acuerdo; aceptar entre ellos, por ejemplo, la votación mayoritaria como una manera de legítima de llegar a consensos.

Los tíos de la izquierda peruana son como fundamentalista religiosos, creen que solo ellos tiene la razón y que el resto de debe someter a sus inapelables “mandatos”.

La Izquierda peruana es la fuerza más destructiva que agobia al país. Además de los más de cincuenta mil muertos en el siglo pasado que les debe achacar, le han costado al país miles de millones de dólares en pérdidas en activos y miles de puestos de trabajo. Históricamente, durante la Guerra Fría fueron una sucursal de Moscú, organizaron invasiones desde Cuba. En su peor versión secuestraron, sabotearon, chantajearon, asesinaron, intentaron mil veces de apoderarse del poder en forma violenta. Al ser derrotados por las armas intentan hoy llegar por las urnas. Lo que no está mal en sí, pero continúan sin evolucionan, siguen con propuestas agotadas que nunca funcionaron, y no han renunciando al marxismo leninismo.

Una potencia extranjera, enemiga de la nación peruana, no podría hacer mejor trabajo en sabotaje y odio a la prosperidad del Perú que la Izquierda nativa. Cajamarca es un ejemplo. En ese empobrecido departamento no dudan en mentir, chantajear para lograr que no existan trabajos disponibles para a los cajamarquinos, el campo fértil a sus ideas divisivas. Gracias a su labor antiperuana no habrá Conga, tampoco las minas de Galeno, Michiquillay, la resurrección de Quilish, no se podrá revivir Yanacocha.

La Izquierda Ensimismada e Incapaz, la “IEI” no tiene remedio. Continuará siendo la fuerza más negativa en nuestro medio mientras continúe despreciando al Perú real, y continúe intentado someternos a su proyecto totalitario.

Anónimo dijo...

La gran victoria de la izquierda en Cajamarca recibió coimas por casi un millón de soles del empresario Wilson Vallejos Díaz. ¿Izquierda anticorrupción? Izquierda es más corrupción.

Anónimo dijo...

El triunfo de Villarán en el 2010 fue circunstancial, por el retiro de Álex Kouri. Ganó por el 0.8%, que es el más estrecho triunfo de un alcalde de Lima, y con votos prestados para que Lourdes no salga. Pierde la inscripción, se queda sin aliados porque se pelea con los más próximos. Como es “ética” se enfrenta al enemigo más próximo. Castañeda en ese momento no está pensando en Lima, sino en la presidencial. Viene la revocatoria y los errores de la gestión de Villarán.

La lectura de la revocatoria también fue errada. Allí cerró filas un frente que iba de la izquierda a derecha, incluido el PPC, pero se hundió esta suerte de coalición. Muchos limeños que no simpatizaban con Villarán pensaban que por allí iban las cosas: por empezar proyectos de reforma necesarios cuando otros no quisieron por no enfrentarse a poderes fácticos urbanos. Villarán termina en un vientre de alquiler que desaparece por ley después de las elecciones. Son errores que le van a costar mucho a la izquierda.