Tengo varios artículos en cartera que se han acumulado por estar en otras cosas, mientras el país vivía una nueva apoteosis alanista. Los títulos podrían ser:
· De aquí sólo se bota a los que son sonsos.
· Alan García no es leproso.
· Los socios silenciosos de Gildemeister.
· Vallejos dejado, desidioso y negligente, pero honesto
· Benedicto perturbaba la imagen del gobierno.
Trataré de explicar lo que he pensado como contenido para uno de ellos:
(a) El 3 de marzo Jorge del Castillo resumió el problema creado por los mails de Benedicto Jiménez, con su nombre, dirigidos a Zevallos, en que si esto fuera cierto habría que “botarlo por sonso”. Finalmente botaron al infortunado sheriff después que hiciera declaraciones tan inolvidables como que estaba más limpio que bebé de seis meses (olvidando que el asunto depende del pañal) y que en los kioscos se podía encontrar mails suyos a mil dólares por unidad. Es decir, era sonso. Y se fue por eso, no por sus vínculos con narcotraficantes.
(b) Mulder y su comparsa escriben “acaso los apristas somos leprosos”, para preguntarse porque las encuestas hechas en Lima, la plaza que le dio el triunfo a García en segunda vuelta y que hasta hoy le brinda más de 50% de aprobación según las encuestas, a su vez se opone en más de 60% al nombramiento de Alva Castro como ministro y muestra cada vez que puede que vive bajo el miedo al “copamiento aprista” de las instituciones del Estado. Quiere decir que ciudad más conservadora del Perú (la única donde está manifestándose una verdadera derecha) ha perdonado al presidente o, en todo caso, le ha dado su segunda oportunidad, pero no lo hace con el APRA. El partido y García juntos como que es demasiado. Tal vez por eso el hombre evitó hablar el día de la Fraternidad, para no contagiarse de la lepra de sus compañeros.
(c) Gildemeister había sorprendido a la ministra Mazzetti, decían los primeros análisis, que insistían en que la ministra estaba por encima de toda sospecha, pero qué lástima había querido defender lo indefendible y por eso no le quedaba más que renunciar. Unos días después se sabía por boca del actual ministro de salud, que la misma empresa había sorprendido a la misma ministra cuando ocupaba el cargo de salud, durante el gobierno de Toledo, con la venta de un grupo de ambulancias. O sea la cosa era más grave, pero la ministra seguía siendo honesta para los analistas, aunque no quería renunciar. A los pocos días que Mazzetti fue renunciada por Del Castillo, mientras viajaba en avión a Arequipa, se descubre que el ministro soplón había estado también comprando a Gildemeister, en los mismos términos que lo hiciera su antecesora (Mazzetti) y que él había denunciado como corruptos. Pero como no es terco, botó muy rápido a medio mundo en el ministerio y sigue en el cargo. Luego se ha sabido que casi todo el Estado le ha estado comparando a la empresa chilena, pero cada uno ha estado calladito hasta que ha sido señalado por alguna investigación periodística. Los partidos (APRA y UN), también callaron cuando le hicieron cargamontón a Humala como traidor a la patria por aceptar dos camionetas a préstamo por varias semanas, durante la campaña, a Gildemeister, cuando ellos también habían pactado el mismo servicio.
(d) A la Mazzetti la zarandearon duro, pero no llegaron a decirle sonso como a Benedicto, ni mucho menos “dejado, desidioso y negligente”, como hizo Alan García con su ministro de Salud. A ella sólo le recomendaron echar a sus colaboradores, lo que hizo de inmediato sin darles la gracias, mientras que a Vallejos le ordenaron cortar la licitación que había defendido en la mañana y sacar a un paquete de funcionarios, entre ellos a su viceministro. Qué le habrán empezado a decir en privado a Chang, o qué fue lo que este escuchó en sus sueños, que se adelantó a toda investigación sobre cuadernos y lápices de la campaña de alfabetización y acabó con el concurso y mandó a la calle su cuota de directores, gerentes y administradores. El hecho es que por ahí se sigue diciendo que no se duda que Vallejos no es inmoral (habría que preguntarle a los médicos de neoplásicas, para que cuenten sobre Oncosalud, del que es propietario, que vendía seguros a los enfermos para hacerse atender en la clínica del hospital de San Borja), Mazzetti tampoco es inmoral, Chang es honesto (ahí la encuesta hay que dirigirla a los alumnos de la Universidad San Martín de Porres), Benedicto debe ser inmaculado, aunque sonso, etc. La solución a todo esto: investigar los últimos diez años de licitaciones estatales, buena parte de ellos que han contado con Velásquez Quesquén del APRA, como presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso, que no llegó a culminar ninguna investigación sobre actos de corrupción del poder ejecutivo cuando este era encabezado por Toledo. ¿Y quién lo va a investigar a él, para saber si no le tocaba una alita?
(e) González Posada se felicita que Benedicto se vaya porque “perturbaba la imagen del gobierno”. Mazzetti también se fue porque ya se había convertido en un problema político que afectaba la imagen del gobierno (Jorge Del Castillo) Varios congresistas apristas piensan que Vallejos se debe ir, por eso de la imagen del gobierno. Y me pregunto: ¿de qué imagen está hablando?, ¿qué facha de gobierno está presenciando el país en estos momentos? Lo que se está experimentando como shock de escándalos: licitaciones a un sólo postor, precios base sobrevaluados, los mismos proveedores para un montón de oficinas públicas, relaciones de la banca con el gobierno y de los proveedores con las mismas instituciones bancarias, etc. ¿son pura coincidencia? ¿Es que este gobierno puede alegar inexperiencia y desconocimiento de los problemas de gestión pública. ¿Para qué ahorra el señor García en renumeraciones, organismos descentralizados, programas sociales, puestos de trabajo, justamente cuando hay superávit de ejecución, dejando libre un montón de dinero?, ¿para un shock de inversiones en el que cualquiera puede terminar agarrando la suya?, ¿alguien entendió que podía tener un salario más bajo pero un manejo más libre de las licitaciones?
Me doy cuenta, de todos modos, que los cinco artículos se van a quedar sin escribir. Ya está García declarando que nadie lo comprende sobre lo que él quiere hacer con este Estado y menos le comprenden, salvo el caricaturista Carlín, sus precisas directivas de que hay que gastar rápido pero despacio; eliminar controles pero controlar más; hacer lo que él dice pero no echarle la culpa de lo que sucede. Ya sé que algunos amigos apristas de las listas van a decir que estas notas son el summun del antiaprismo. Pero estoy tentado de proponerles que revisen sus conceptos para que vean que el mayor problema para el APRA es el presidente del partido que es también presidente del Perú y que los está llevando a un desbarajuste. Yo a lo sumo soy un cronista de este segundo desastre alanista.
06.03.07
www.rwiener.blogspot.com
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