El 30 de mayo de 1965, algunos dirigentes políticos y
sindicales formaron una organización llamada Vanguardia Revolucionaria (VR),
que con el tiempo devendría en un grupo muy numeroso con una amplia presencia
nacional y fuerte implantación en diversos sectores sociales, principalmente en
el movimiento campesino. El año de la fundación fue muy importante en la
historia del país y de la izquierda: hubo un brote de guerrilla del MIR y el
ELN, que concluyó trágicamente con la muerte de la mayor parte de los insurrectos,
se desató una persecución implacable contra la izquierda y el gobierno de
Belaúnde se corrió aún más a la derecha.
Pero en medio de esas sombras era evidente que ocurrían
cosas: el 67 se reconstituyó la CGTP, las universidades pasaron a ser dirigidas
por la izquierda, Los cerros de Lima que habían sido invadidos por oleadas de
migrantes en lo 15 años anteriores, eran ahora ciudades de cemento y ladrillo
que reclamaban al Estado por servicios básicos, los campesinos que sufrieron el
terror de la contraguerrilla se volvieron a reagrupar y a luchar por la tierra.
En 1967, la izquierda tuvo su mejor resultado electoral, en una elección
parlamentaria (17%). Y en 1968, se produce el golpe militar de Juan Velasco.
Hacia 1971, VR era un partido que había crecido y recibido
un toque de exitismo. Era la
organización más joven, pero la más activista, que pintaba paredes, distribuía
stickers de propaganda de sus lemas (generalmente abstractos), editaba un
periódico de aparición regular, enviaba decenas de cuadros a abrir trabajo en
provincias, etc. Pero que a pesar de haber votado unas tesis y programa en su
primer Congreso, que parecía resolver los problemas ideológicos, se encontró
que le faltaban elementos para mantenerse cohesionados bajo el gobierno militar
reformista de Velasco.
VR se dividió sucesivamente produciendo diversos partidos
(trotskistas, militaristas, maoístas, etc.), que multiplicaron el mapa de la
izquierda, y que sin embargo mantuvieron al núcleo original como el tronco
básico, del que surgió la iniciativa de acaudillar el proceso de
radicalización de la reforma agraria, a
través de la toma de tierras que derrotó la ilusión de mantener grandes
empresas asociativas que eran teóricamente de todos, pero estaban controladas
por tecnocracias nombradas por el Estado. Por ese camino, VR se convirtió en el
principal animador de la refundación de la CCP.
En 1984, nace el Partido Unificado Mariateguista (PUM) en el
que confluyen la mayoría de fracciones de los que fue VR y que se convierte por
algunos años en el principal partido de la izquierda. VR fue el partido
emblemático de la llamada nueva izquierda, el partido de la generación del 68 y
uno de los más importantes factores de politización de las masa rurales. Este
partido lo encabezaron en sus primeros años Ricardo Napurí, Edmundo Murrugarra
y Ricardo Letts, y más adelante por Javier Diez Canseco.
02.06.15
3 comentarios:
Nada de "anónimo", soy Ambrosio
Lo mejor que se puede decir de VR es que eran sinceros en el nombre. "Vanguardia" es una avanzada de un grupo; "Revolucionario" viene de Revolución, o el cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.
Como el movimiento fue formado por unos señoritos iluminados, y de "avanzada", se sentían "predestinados". pues no se tomaron la molestia de consultar si los peruanos deseábamos el "cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación". ¡Cuánta soberbia, ceguera!
¿Por qué creían (o creen todavía) que los peruanos queremos la implantación de la dictadura del proletariado, que Ricardo Napurí, Edmundo Murrugarra y Ricardo Letts, Javier Diez Canseco sea nuetro dictador, como Fidel Castro o Hugo Chávez?
¿Qué pasó con los más de 50 mil peruanos que murieron, Raúl? Ninguno de ellos hubiese muerto si la izquierda hubiese optado por el camino democrático. En esto tienen las manos manchadas de sangre; no solos son ciegos: son viles e hipócritas.
Don Raúl nos ofrece una de sus menos honestas columnas, sólo reconoce que esa izquierda antidemocrática tuvo un problema: sus stickers de propaganda de sus lemas eran "generalmente abstractos"; el resto todo perfecto aunque tendiente a atomizarse.
¿Por qué no analizas, Raúl, la razón del rechazo de los peruanos a las propuestas de VR, o del MIR, o de los trotskistas, militaristas, maoístas? 17% es poco como el "mejor" resultado electoral histórico. ¿Cuál crees que es la razón de que no les voten, que se vean obligados a subirse en los combis Humala o Susana?
Hugo Neira, en la entrevista en Perú21 “Los peruanos nos detestamos profundamente” (enlace más abajo), explica bastante bien la pregunta ¿Por qué no penetra la izquierda en el Perú?
Según Neira eso ocurre porque "el sistema de trabajo los divide de tal manera que no puedes decir que hay una clase social de PYMES. No tienes una estructura clasista a quién representar. ¿Cómo vas a ir con una idea de izquierda heredera de Marx o de Proudhon que decía que la propiedad es un robo a quienes quieren propiedad? ¡A quienes quieren ascenso social a través del mercado y sus propios beneficios! Hay una masa atomizada de fuerzas sociales que es extremadamente difícil de entender desde el punto de vista electoral y clasista".
Los peruanos queremos ser propietarios no un número más de un proyecto colectivista. Lo debieron ver tus patas al no resultar "la iniciativa de acaudillar el proceso de radicalización de la reforma agraria" de Velasco. Y por supuesto que los proyectos colectivos acaban en manos de burócratas desalmados, al servicio del régimen... Mira la URRS, la China de Mao, Corea del Norte, Venezuela.
¿No crees, Raúl, que el proyecto totalitario ha demostrado hasta la saciedad que no sirve?
Hugo Neira, “Los peruanos nos detestamos profundamente”
http://peru21.pe/politica/hugo-neira-peruanos-nos-detestamos-profundamente-2219906?href=hmain1
Saludos desde Bruselas
Estimado Raúl, magnífica columna. Me llegó, explica mucho para los de buen entender la historia de la izquierda peruana en el siglo pasado. Los que tenemos los ideales de la izquierda como parte de nuestra vida necesitamos una reflexión. También, tu columna, señala las deficiencias de la izquierda para llegar a la masa que intenta defender.
¿Un futuro libro sobre ese tema? Sería, por cierto, una gran contribución.
Me indigna leer, entre los comentarios, las acusaciones de que Wiener "censura". Las diatribas de Ambrosio no pueden ser más sanguinarias y se publican; lástima que únicamente tú respondes con argumentos contundentes: llenarlo de adjetivos solo sirve para quien los escribe.
Muchas gracias.
Un fuerte abrazo,
Carlos José
Sin más pérdida de tiempo, falso o franco ambrosio al paredón; pero por imbécil, citar a neyra ya es el acaboce, un poco más y cita al doctor bamba que ya tiene como 10 mamotretos sin ton ni son; pero con puras estupideces, a joder a otra parte el asalariado con un plato de lentejas por la DBA.
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