La lógica neoliberal

Seguramente que alguien sonreiría si les digo que el desastre del primer gobierno de Alan García dañó a la izquierda más que al propio Apra. Pero sí me entenderían si les señaló que de ese fallido régimen de populismo e improvisación, dio pista para el neoliberalismo de Fujimori y que se continúa hasta hoy. Pero ambas cosas están conectadas entre sí, porque el discurso de García surgió de la crítica por la izquierda del gobierno de Belaúnde, que había ensayado una estabilización-liberalización que tuvo enorme resistencia social y llevó la crisis donde se creía que era el punto más bajo al que se podía caer.

El planteamiento del presidente más joven de nuestra historia, era que la debacle inflacionaria y recesiva (en 1983 se llegó a 11% de caída del PBI), venía del pesado fardo de la deuda externa, que crecía exponencialmente sólo en base a intereses y no a nuevos ingresos de recursos, y que las negociaciones continuadas con el FMI y el Banco Mundial sólo nos ataban las manos para pasar a nuevas políticas de crecimiento. La propuesta de la izquierda tenía elementos comunes con esta mirada, aunque enfatizaba temas como la defensa de los recursos naturales, la reforma del Estado y la distribución social.

El hecho es que cuando los dos primeros años de García hubo una cierta reactivación y mejora del salario real, pareció confirmarse que el neoliberalismo del gobierno anterior no había hecho sino empeorar las cosas y reducir la actividad económica y el empleo. ¿Era eso verdad? Sin duda, como que el neoliberalismo posterior nuevamente nos envío hacia el desempleo, que solo se salvó con el crecimiento de la informalidad y el autoempleo. El tema tenía que ver con la capacidad de los organismos internacionales para pasar a tomar el control de las políticas económicas. El mismo que hoy se usa para doblegar a Grecia.

Pero García contestó con fugas para adelante y para atrás. Anunció la estatización de la banca pero no tuvo las fuerzas para hacerla. Respondió con inflación a la falta de dinero y desató una sucesión de actos de corrupción para asegurarse su propio futuro, que la gente terminó por asociar a la política general. Ahí, el presidente de los discursos radicales capituló. Le cedió la batuta a los que podían prestarle dinero para pagar los incumplimientos de deuda. La izquierda, entonces, estaba en clara oposición al gobierno contra el cual se dirigían las protestas sociales.

Estaba el terreno listo para el tratamiento de purgante que los peruanos soportamos durante 10 años y que luego se convirtió en política permanente del Estado peruano, el más neoliberal de todo el subcontinente. ¿Era Fujimori un mejor neoliberal que los belaúndistas de los 80? Qué va. Si era casi el mismo personal económico, pero en otra correlación de fuerzas (derrotada las resistencias) y en 8n contexto global diferente al de la crisis de la deuda.

18.06.15

www.rwiener.blogspot.com