sábado, febrero 07, 2015

Conexión venezolana

El fujimorismo por boca, nada menos que de Martha Chávez, acaba de aclarar el panorama: lo que el nacionalismo y la actual pareja presidencial, tienen que aclarar en esta crisis es quién les pagó la campaña 2006 y la del 2011; porque nadie quiere creer que fueran ciertos algunos contratos de trabajo de Nadine, entre los que figura el de Soluciones Capilares, de Martín Belaúnde Lossio, o donaciones de personas anónimas de bajos ingresos.

La tremenda presión política de los últimos meses, lleva implícita la idea de que los puentes entre Ollanta-Nadine, con MBL, Rivera Ydrogo y otros van a descubrir a la larga o la corta el “vínculo venezolano”, de ahí también la ilegal reapertura de investigaciones que ya habían sido archivadas hace años, pero que ahora pueden hacerse gracias a la nueva combinación: gran concentración mediática, Fiscal de la Nación puesto por el grupo El Comercio, y pérdida de mayoría parlamentaria del oficialismo, que parecería hacer posible cualquier cosa.

Claro que es algo que sólo se la podían hacer a Ollanta y su falta de liderazgo, por parte de fuerzas políticas que jamás han aclarado de donde les llega el dinero, aunque todos presumamos que se trate de fondos de la corrupción de ejercicios anteriores de gobierno y de redes de aportistas que ya fueron beneficiados anteriormente y esperan serlo en el futuro, y que por eso nunca se identifican. Aquí nos reímos de la rifa millonaria de Keiko que nadie cobró, las polladas y oros cuentos chinos para justificar millonadas, pero nadie seriamente ha empezado a investigar las fuentes de los múltiples partidos naranja, el APRA , el toledismo y otros más.

En verdad todos los financiamientos de campaña son no creíbles. Pero nadie levanta la mano contra el otro para no tener que responder por sí mismo. Por eso se puede decir que en el caso específico de Ollanta-Nadine no estamos hablando propiamente de dinero sino de los límites de lo permisible en el actual sistema. Por eso el exceso no sorprende tanto y la parálisis del gobierno se ajusta tan bien a lo que ha sido su línea de actuación cuatro años.

La idea de destapar al final del gobierno la “conspiración chavista” que dio origen a todo, al margen de que después ese gobierno resultara un dócil instrumento de las grandes empresas y del modelo económico vigente, es como la estocada final a un proyecto que levantó esperanzas en millones de personas. Es un punto final para reescribir la historia y subir al altar a los que nos salvaron de tamaña “amenaza”.

¿Creen ustedes, por Dios, que lo que estamos tratando en el Perú es sobre diálogos, gobernabilidades y traspasos ordenados del poder? No señor, nunca ha creído la derecha tener más a la mano la opción de denunciar a un gobierno que supuestamente nos lo querían imponer desde fuera, y al que se lo tragó la reacción interna.
     
06.03.15

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Esta vez don Raúl en conflicto consigo mismo: no sabe si ser decididamente oficialista o hablar por la herida porque, su cachaco, el de la “gran transformación” que él creía tener pisadito, se convirtió en la segunda vuelta (según don Raúl y equivocándose como de costumbre) en un “dócil instrumento de las grandes empresas y del modelo económico vigente”.

Me alegro que hoy don Raúl reconozca que Ollanta Humala carece de liderazgo; en Palacio está más perdido que una cabra en un garaje, el puesto le queda grande: superior presidente hubiese sido ella. Lo mejor que puede hacer Ollanta es no hacer nada; sugiero que se mude a Punta Sal con la familia hasta el final de su mandato.

Muchos piensan igual. En “The Economist”, la revista británica publican el artículo “Peru’s no-convictions politician” (el político sin convicciones del Perú), refiriéndose a Ollanta, por supuesto.
Siguen los dos primeros párrafos traducidos por este servidor:

“Ollanta Humala es veleta política de América Latina.
Exoficial del ejército, en 2006 fue candidato a la presidencia de Perú (y perdió) como simpatizante de Hugo Chávez, su campaña fue financiada en parte por el dinero venezolano. En 2011 corrió nuevamente, esta vez como un discípulo del expresidente izquierdista pero pragmático de Brasil, conocido como Lula, pidiendo "una gran transformación". En cuanto ganó la segunda vuelta se trasladó hacia el centro, prometiendo mantener las políticas económicas liberales que ayudaron a dar a Perú la tasa de crecimiento más rápida de las economías más grandes de América del Sur durante la década anterior.

“En su presidencia ha gestionado, hace poco, y parece estar a la deriva, navegando en una especie de populismo moderado del centro-derecha, metido en el cauce peruano diseñado en la década de 1990. Su gobierno tiene calidad esquizofrénica. Se ha caracterizado por una inestabilidad superficial, al momento se encuentra en su sexto primer ministro y ministro del Interior, cambios que sucedieron siempre con un trasfondo de intriga”.

“Peru’s no-convictions politician”
http://www.economist.com/news/americas/21642245-failed-labour-reform-exposes-limits-pragmatism-perus-no-convictions-politician

Héctor Mejía dijo...

Ollanta Humala y señora sólo estan cosechando lo que han sembrado, ya que si estan en esta triste situación de terminar el mandato con las justas, es porque la imagen que nos vendieron del militar rebelde que se sublevó contra la dupla Fujimori-Montesinos era sólo un guión bien elaborado (supongo que por Nadine), porque en el fondo el militar no era gallardo sino temeroso y lleno de dudas, y falto de coraje para emprender los cambios que prometia.
La derecha rápidamente se dió cuenta de eso y terminó haciéndolo su piñata, ya que no hay vuelta atrás y al militar solo le queda regresar al anonimato de donde nunca debió salir.