Sí que había resultado trasparente este Alexis Humala, al punto de sorprender a todo el país reunido con altas autoridades rusas en nombre de su hermano. Si creyó que esta última condición le daba alguna representatividad metió las cuatro en un solo acto: recordó el tema de la relación directa con empresas trasnacionales como forma de “atraer inversiones” que ha sido el método de gobierno de los últimos 20 años; removió la memoria de la actuación de los familiares en recientes gobiernos; quebró la tregua que el presidente electo había logrado con sus adversarios a la espera del momento del anuncio del nuevo premier y su gabinete, entregando la iniciativa a la derecha parlamentaria y mediática; dañó los vínculos con un gobierno que podría ayudar a hacer el balance geopolítico en el que deberá moverse la nueva administración.
En fin un desastre perfecto. Pero nada que ver con Santiago Fujimori o Víctor Aritomi manejando discretamente bancos mafiosos o conexiones internacionales para obtener beneficios para ellos mismos y la familia del presidente; o Margarita, Pedro y otros hermanitos de Toledo, intermediando compras públicas, contrataciones y otros asuntos de dinero, como representantes informales, a la vez del gobierno de su pariente, y de las empresas interesadas; o Alan Simón García Nores, usando sus apellidos para reclamar derechos sobre proyectos agroindustriales en el norte e intermediar en la gestión de licencias irregulares para la pesca. La diferencia con Alexis, es que estas intervenciones siempre fueron invisibles para la opinión pública y sólo se supo de ellas por denuncias de terceros. El otro distingo es que los presidentes siempre cubrieron los desarreglos de sus familiares, con el extremo de Toledo protegiendo a su sobrino violador y a su hermana falsificadora de firmas, y Alan García presionando para que los jueces condenen a los periodistas que informaron sobre las tropelías del mayor de sus hijos varones.
Como se sabe, el presidente electo no ha actuado así, lo que debe haber sido muy doloroso tratándose del hermano que le ha sido más cercano y leal. Gana Perú ha suspendido a Alexis Humala y lo ha desconocido como representante en el exterior. Con esto lo ha colocado como usurpador de una función que no le correspondía y que tampoco existe. Para que esta falta exista no es necesario que haya buscado algún beneficio de ella, como parece que no lo hizo. El faenón que no hubo y la sanción que ejemplariza para que nadie en el nuevo gobierno se sienta en condiciones de hacer tratos tomándose atribuciones indebidas. Claro que eso no va a calmar a la jauría mediática. Pero el país juzgará estos hechos en otra perspectiva.
Una manera de hacerlo es preguntarse por la vehemencia de la denuncia de Aurelio Pastor, que puede ser capaz de pedir el enjuiciamiento de Alexis Humala por una reunión pública con los rusos, pero le pareció de lo más provechoso y justificado los encuentros en la suite de un hotel del ex premier Del Castillo y otros con el empresario mafioso Fortunato Canaán. O Rospigliosi que fue en nombre de Toledo a pedirles a los yanquis que intervengan en las elecciones peruanas para que no gane Humala, lo que se supo sólo por los Wikileaks, pero ahora le parece terrible que el hermano de Ollanta se reúna públicamente con funcionarios de otro país. Tanto el uno como el otro parecen querer decir: ya ven, todos somos iguales.
10.07.11
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2 comentarios:
Sería gracioso (si no fuera un desembozado y cínico cargamontón) ver y oír en los medios que lo de Alexis Humala es ilegal o corrupto, cuando ha sido hecho de manera abierta y pública y no en las famosas suites de los faenones alanistas. Ver a los periodistas de la derecha anti-Ollanta, que hoy se rasgan las vestiduras y que ayer callaban, en todos los idiomas, los verdaderos actos delictivos de este (A. García) y otros (A. Fujimori) regímenes extremadamente corruptos. Ollanta ha zanjado esta situación comunicando la decisión de suspender e investigar a su hermano y ahora dicen: "no le creemos". ¿Qué quieren? Generar una crisis mayor que debilite al próximo gobierno y hacerlo retroceder en las medidas que el pueblo espera y que la derecha malvada quiere impedir. Esto ya lo vienen haciendo contra Susana y lo harán contra Ollanta. Estamos bien advertidos que habrá que dar la pelea en todo ámbito.
La derecha a traves de su prensa chavetera, desde el triunfo de Ollanta, ha cogido la 'iniciativa' para marcar la agenda.
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