miércoles, septiembre 26, 2007

García, carcelero de Fujimori

Alberto Fujimori es el prisionero al que Alan García quisiera liberar, para formar con él, con Ántero Flores, Rafael Rey, Castañeda y otros, la nueva derecha peruana. Las banderas de esta sociedad política son conocidas y tienen que ver con la vigencia del modelo económico y las condiciones de orden, basado en la mano dura, que vienen desde los años 90.

Irónicamente, García no sólo no puede rescatar a su mejor aliado, sino que debe funcionar como su carcelero. Puede hablar de la “no politización” del caso de un personaje absolutamente político, que usó el poder para sus delitos; o comprender el dolor de hija de Keiko, porque también él tuvo a su padre preso; o aceptar nuevas sugerencias para mejorar la carcelería del único reo peruano con piso de alfombras y agua caliente. Y callar reiteradamente sobre los asuntos de fondo.

Eso no va a evitar que la gente del ex dictador respire por un tiempo por el lado de la herida y que insista en buscar temas para subrayar una supuesta condición de víctima de su procesado líder. En su fuero interno, a García le deben llegar altamente los deudos de La Cantuta y Barrios Altos, como le importan un cuerno los de Cayara, Accomarca o los penales. Y acepta a su lado a personajes como Giampietri, Favre, Mantilla, a los que estima como víctimas de las campañas de denuncia, que le hacen el juego a la subversión. ¿Por qué tendría que pensar diferente de Fujimori?

Y sobre la corrupción, García debe reírse ampliamente y recordar los consejos de su compadre Carlos Andrés Pérez que le decía que un presidente debía asegurar los recursos para volver al poder. Mírese nomás con quiénes trata el actual presidente en materia económica, que son los mismos que lo hacían con Fujimori y Toledo y se comprenderá en qué consiste todo esto.

El problema es que no se puede decir estas cosas abiertamente. El pensamiento íntimo del poder y el discurso oficial que viene del año 2000, están en profunda contradicción. Si García trata de imponer sus planes a los consensos que se establecieron en el pasado, y de los que se suponía que el APRA era parte, se arriesga a una seria crisis política. Sólo le queda jugar el juego, y buscar el momento para meter la trampa. Si se lo permitimos.

25.09.07

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1 comentario:

Isaac C. dijo...

Un magistral y agudo comentario de uno de los mejores analistas politicos de nuestro pais. El Apra desde hace tiempo no tiene nada de popular o revolucionario, y es parte de sus costumbres politicas hacer alianza con sus antiguos verdugos. Entonces una alianza solapada con el Fujimorismo no tiene nada de extraño. No dudaria que el APRA apoye a un ex-Fujimorista, como Alex Kouri, en las proximas elecciones para contrarrestar la embestida popular del Nacionalismo y la Izquierda. Saludos desde Miami, donde lo he leido desde que escribia en "OLLANTA."

Saludos Patrioticos,

Dr. Isaac Carrillo