lunes, agosto 14, 2006

Viceministro de Vivienda

En el segundo semestre del 2005, el director del diario "Correo", al que de cariño le llamo Aldo M., me invitó a una mesa redonda sobre la privatización del agua, que había ofrecido varios meses antes y que se demoraba en hacerse realidad. Acudí en condición de "experto" por el hecho de haber publicado una serie de artículos sobre el tema y por actuar como asesor ad honorem de la Federación de Trabajadores de Agua Potable FENTAP.

La mesa moderada por Aldo M., estaba integrada por Guillermo León, presidente de SEDAPAL, empresa del agua de Lima, y una asesora; Jesús Vidalón Orellana encargado del programa de Agua de Proinversión; José Manuel Saavedra de la Coordinadora por la inversión y el Trabajo (ONG promotora del libre mercado y la privatización); y mi persona.

Una curiosa simetría, que reunía dos funcionarios del Estado y dos miembros de los que suele llamar sociedad civil, y que cruzaba las opciones: (a) dos críticos de la opción de privatización de la empresa de Lima (que por entonces estaba fuera del plan de los ministros de vivienda de Toledo), que eran el propio presidente de SEDAPAL y el suscrito; (b) dos ardientes privatistas: Vidalón y Saavedra.

El Estado contra el Estado podría haberse dicho en resumen. Saavedra argumentaba que SEDAPAL era un pésimo gestor del recurso. Y Vidalón de las enormes ventajas de poner en manos de empresas internacionales este interesante negocio.

León sostenía que su empresa podía salir adelante si le dejaban aplicar sus planes de desarrollo y le desamarraban las manos de los grilletes de SUNASS (Superintendencia de Agua), FONAFE (Fondo Nacional de Financimiento de la Actividad del Estado, que controla las acciones y utilidades de las empresas públicas), SNIP (Sistema Nacional de Inversión Pública, que aprueba los proyectos de inversión) y la propia Proinversión (que anda por el mundo ofreciendo las empresas del Estado, mientras estas se esfuerzan por cumplir sus objetivos).

En mi intervención mencioné la lista de experiencias fallidas de privatización del agua en América Latina y el mundo, la que hubo en Pacasmayo, La Libertad hace algunos años y mis críticas al modelo aplicado en Tumbes, donde toda la plata la ponen el Estado y todos los beneficios para el concesionario.

Obviamente el debate de la mesa redonda nunca fue publicado por "Correo", simplemente porque así es la idea de democracia de su director, que sin embargo pontifica sobre democracia y libertad todos los días.

Pero el caso es que ya estamos en otro gobierno.

El APRA, que desde la dirección del sindicato de SEDAPAL ha dicho que se opone a la privatización y cuyo secretario general es ahora congresista, es el responsable de la conducción del Estado.

¿Y qué es lo que ha hecho respecto a la más grande empresa de agua del país y una de las más grandes en el mundo (más de un millón y medio de conexiones)?

Ha ratificado a León como presidente de la empresa, en medio de quejas de trabajadores sobre un aparente amarre entre la directiva sindical y el directorio de la empresa para encubrir irregularidaes, y para despedir a los activistas más críticos.

Y ha nombrado como viceministro de vivienda, en buena cuenta como jefe de León, a Jesús Vidalón, el ex martillero de Proinversión.

¿Cuál es la lógica?

Yo todavía los recuerdo discrepando. Pero como diría Alan García, en el presupuesto público... hermanos.

Vidalón no puede estar en el puesto sino para poner sus "contactos" (que son los de PPK), para una rápida concesión de empresas de agua en provincias y para abrir el camino para descuartizar la de Lima. Y León, porque lo que más le interesa por sobre todo es no dejar la presidencia de una empresa que mueve miles de millones de soles.

Saavedra y Aldo M., deben estar contentos con estos cambios.

Los que deberían preocuparse son los usuarios por las consecuencias de este nuevo dispositivo privatista que esta armando Alan García.


14.08.06

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