jueves, febrero 19, 2015

Tres derrotas

A estas alturas el gobierno de Ollanta Humala acaba de completar su tercer retroceso estratégico en un cortísimo período confirmando que está moralmente herido y que le va a ser muy difícil cubrir los 18 meses que aún le quedan en el poder. Su primera catástrofe fue el asunto de la Ley Pulpín, que por alguna extraña razón el presidente, insistió en ratificar cuando sabía que tenía la país y las fuerzas políticas (incluidos parte del propio oficialismo y de la oposición neoliberal) directamente en contra, agravando la derrota que ya había sufrido en las calles.

Uno podría decir que el gobierno estaba marcando una línea de firmeza aunque le costara un intenso desgaste. Pero vino Pichanaki, y luego de fracasar policialmente en contener la protesta, el gobierno por boca de sus ministros de Energía y Minas y de Justicia, cambió de discurso declarando que Pluspetrol debía irse en tres días, cuando hasta ese día la debilidad de la gran empresa había sido la marca indeleble del humalismo. Esta vez la derrota ocurrió frente a las masas movilizadas y no en el Congreso, y los críticos de derecha se desgañitaron gritando capitulación, como si hubiera podido contenerse el empuje de la movilización sin negociar con la gente. Así Pichanaki se convirtió en un aparente giro de un gobierno que dejaba por un momento el papel de guardián de las grandes inversiones.

La tercera derrota acaba de llegar con la poda del Consejo de Ministros a presión de la derecha que no intervino en el llamado diálogo de hace dos semanas. Bajo el riesgo de que el gabinete en su conjunto resultara censurado y que no hubiese forma de asegurar su reemplazo (Ana Jara fue ratificada en el cargo, con un voto dirimente de la presidencia del Congreso), Humala entregó algunas de las cabezas más vapuleadas por la gran prensa. Lo más curioso, además, es que los dos negociadores del Acta de Pichanaki, salieron a poco más de una semana, lo que en otras circunstancias podría haberse interpretado como una censura a lo hecho, pero que en este caso indica que cuando fueron comisionados por Humala, el presidente no tenía una idea de la inminencia del cambio, lo que resalta mucho más el carácter de concesión de la entrega de las cabezas ministeriales. 

No es que el tema de los ministros no fuera un reflejo de un gobierno cada vez más desgastado, o que Urresti no hubiera sido un provocador con las manos manchadas de sangre (aunque con alto porcentaje de popularidad, según las encuestas), o que Mayorga no fuera el lobista que todos sabemos, o que cada ministro del gabinete Jara mereciera irse a su casa. Pero, otra vez, los encargados del programa económico, los creadores de la ley Pulpín, quedaron en sus puestos sin que nadie en la llamada “oposición” proteste. Que tal parece es la única cosa que el régimen tiene claro en su fase final. El programa no se toca y punto.

19.02.15

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambosio

Sísifo, en la mitología griega, enfureció a los dioses del Olimpo con su astucia. Su castigo fue la invidencia y empujar perpetuamente una roca gigante, montaña arriba, hasta la cima, para que volviese a caer hasta el valle más abajo, desde donde Sísifo debía nuevamente recogerla y empujarla hasta la cumbre, y así indefinidamente.

Don Raúl es el Sísifo peruano.
- Carga por varios lustros el peso indefendible de las propuestas de la izquierda troglodita; él personalmente rehúsa a verlas como lo que son: caducas y autodestructivas. Para justificar su militancia en el error se refugia en criticar la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga entre sus amigos. ¿Autocriticarse él? ¿Admitir errores? Ni lo sueñes.
- Más grave. En su momento de triunfo, cuando al fin logra construir un “general Della Rovere” llamdo Ollanta Humala Tasso, equipado con la promesa de embutir al país el paquetón de la “gran trasformación” (léase: proyecto totalitario marxista leninista o la captura indefinida del poder absoluto), el cachaco aquel bobo y manejable, instalado en Palacio, se vuelve la criada sorda y respondona.

Vamos Raúl. Las tres derrotas que mencionas son de los peruanos, no de Humala, tu recomendado. El humalismo y los Humala-Heredia salen de esta con fondos de retiro asegurados. Lo único que se puede decir de Ollanta Humala es que pudo ser peor, y que lo mejor que pueden hacer es no hacer nada hasta que termine el mandato.

Anónimo dijo...

El traidor Humala se merece el oprobio de la Izquierda. A Nadine solo el Ambrosio la defiende. Miserables ambos.

Anónimo dijo...

Y como se esperaba salió a ladrar el avisa'o aldo M, el vaticinador de la granpu..., el ojo que mira en la oscuridad, el que todo lo sabe, el oráculo de delfos criollo, el pendejo de la clase, el que se adelanta a los hechos, el vivo de la cuadra, y salió esgrimiendo la disparatada teoria de que el asesor Luis Favre habría vuelto a las andadas y estaria trabajando para Urresti.
Es decir el alto nivel de aceptación que tiene Urresti no es gracias a que se ha ganado el cariño del pueblo por sacar al fresco y decirles sus verdades a los raterazos alan, keiko, PPK y al papel higiénico de nombre el comercio, sino solo gracias al apoyo de favre.
Ahora solo falta que diga que los maletines con dinero de venezuela ya empezaron a llegar, porque que así son estos lacayos, cobran por hablar mal de los gobiernos progresistas.
Luego desliza la idea peregrina que la razón de la candidatura de urresti es para que les posibilite a humala y nadine meter la mayor cantidad posible de congresistas y blindarse del “vuelto”.
Y termina especulando que los agresivos twitter de urresti no han sido escritos por el sino por favre el cual habría llegado a la conclusión de que urresti es el outsider que gran parte del electorado desea para el 2016. Pero no es así, Urresti no va ser el outsider para el 2016 el va ser el terminator, el sniper que va acabar con los candidatos forajidos de la derecha neoliberal, va trapear el piso con ellos, los va va desnudar en todas sus flaquezas y los va poner de rodillas. Ya van a ver.

Anónimo dijo...

Cada vez esta mas cojudo el tío garrido o es que la embajada americana le ha aumentado la limosna, ahora nos sale con el cuento que el gobierno de Venezuela es una tiranía y todo porque el Presidente Maduro, en legítima defensa de la Revolución Bolivariana asediada por el imperio en complicidad con la oligarquía venezolana, ha logrado descabezar un golpe de estado de esos que ya nos tiene acostumbrado a dar el imperio cuando los pueblos se levantan en contra del abuso y el entreguismo. Todo por que el Ministerio Publico de ese País en coordinación con la Policía y Las Fuerzas Armadas Revolucionarias han ordenado la detención del pitiyanqui conspirador de apellido antonito ledezma.

Y habiendo tantos problemas parecidos o peores en el Perú, este lacayo dice que lo de Venezuela debe importarnos.

Y el huevonazo exige que el presidente Humala(para eso si lo necesitan y lo quieren) convoque a la Unasur haciendo invocacion a la doctrina Betancourt, que dice a la letra que los gobiernos no pueden permanecer indiferentes frente a los atropellos y las violaciones de los derechos jurídicos y humanos en nuestros países. Y por que mejor no convocamos a esta doctrina por la ley pulpon, por la flexibiliacion de los derechos laborales y contra el modelito derechista y entreguista.

Y luego le pregunta a un pueblo pauperizado y empobrecido por el sistema desigual y salvaje: ¿cómo podemos los peruanos apoyar a nuestros hermanos llaneros?

Y nombra a las marchas, a las redes y a los medios como herramientas a utilizar. Pero va mas allá y dice que
las universidades podrían convocar conversatorios para denunciar estos hechos. Y termina gimiendo, casi ahogado por el llanto y ruega que no dejemos al pueblo venezolano a la deriva de este régimen dictatorial. Que tal lambiscón del imperio.

Anónimo dijo...

Ambrosio paredón

Anónimo dijo...

Se comenta que el troll alditus u odla o ambrosio y el falso ambrosio están con una diarrea imparable; es decir, ahora si podemos afirmar categóricamente que han quedado descerebrados, y ahora quien podrá defenderlos, ya ni si quiera queda el chapulín colorado.