lunes, septiembre 15, 2008

Bolivia y el Perú

Desde Lima, especialmente desde Balconcillo, enviamos nuestro más ferviente saludo a demócratas bolivianos que están demostrando en la práctica que un presidente indio elegido por el 54% de los votos y ratificado con el 68%, sigue siendo indio y no debe ser acatado. Y que una minoría debajo del 30% puede dividir al país, sabotear la economía, tomar locales y provocar muertes, sabiendo que un presidente que apoyó las movilizaciones para derrocar a un gobierno que mató decenas de bolivianos, no va a quererse mancharse las manos en una represión a la que lo están empujando.

Ojo, las reglas que son para Bolivia no rigen para el Perú. Aquí haber ganado la primera vuelta, y recibido el 48% de los votos en la segunda, no da derecho a hablar, ni a criticar, ni a ser tomado en cuenta en sus propuestas. Cualquier intento en contrario, es porque se está respirando por la herida y se tiente propósitos violentitas. Los gobiernos regionales que en el Perú buscan mayor autonomía sobre sus territorios y dominio sobre sus recursos, son locos y antidemocráticos. Las huelgas que afectan la economía como la de los puertos merecen ser rotas a balazos, y hay un empresario que se ofrece para ello, sin que le pase nada por decirlo. A los de Moquegua, Madre de Dios y la Selva, les ha faltado que les metan unos cuantos tiros para que no frieguen, etc. Y los maestros, médicos y otros, que protestan deben estar presos y echados de sus puestos.

Pero los terratenientes de la media luna que reparten armas entre matones contratados, los violentos que se ceban en las personas de color oscuro porque los consideran indios, cubanos o venezolanos, los bárbaros que levantan banderas con las svásticas tal vez sin saber todo lo que representa, esos son demócratas de puño, gente que no está dispuesta a permitir que el país se suicide a sí mismo, que era lo que el Perú estaba a punto de hacer en el 2006, y que haber pasado lo que tanto se temía, seguramente la medicina de contención sería la misma.

O sea Costas, Quiroga, Manfred, García, Aldo M, Del Castillo, piensan igualito, pero en realidades diferentes. Todos ellos creen que lo que falla en la democracia es la demografía, que quiere decir que los indios se reproducen más y por tanto hacen una mayoría electarada de donde salen Evo, Chávez y Humala, y eso no se puede tolerar. Y todos piensan que racismo es querer reivindicar los derechos de los grupos eternamente excluidos, cuando estábamos tan bien Esa es la esencia del problema. Todos ellos piensan también que sólo el capital trasnacional hará caminar a nuestros países. Así que cuando aparece un presidente, chiquito y con mucho dejo, que no tiene temor de ponerle la mano a las petroleras, gaseras y a la embajada de Estados Unidos, y el Estado recauda más y Bolivia empieza a ser más soberana, es el momento de pararlo. Y si lo ratifican en un revocatorio (que en el Perú sería pura subversión), entonces hay que echarlo abajo. Como en Chile, en defensa de la democracia.

14.09.08
www.rwiener.blogspot.com

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