lunes, julio 07, 2008

Uribe el pacificador

Eso que Uribe respeta la vida y no disparó desde los helicópteros a los que quedaban en tierra, ya es demasiado. Equivale a olvidarse que hace muy poco, el ejército colombiano bombardeó territorio ecuatoriano y asesinó mientras dormían a Raúl Reyes y miembros de la FARC que habían levantado un campamento al otro lado de la frontera. Los soldados que descendieron en la selva buscaron para asesinar a los sobrevivientes. Entonces a Uribe no le interesaba mandar mensajes de paz y negociación, sino subrayar su capacidad de interferir el proceso de mediación que encabezaba el gobierno de Caracas y del que participaba el de París.

¿Qué cambió en pocos más de cuatro meses? Nada. Porque Uribe se aferró a la supuesta computadora de Reyes y desde allí continuó el bombardeo, agrandando los obstáculos para un canje negociado de los rehenes. Pero, de pronto, milagro, la operación limpia de inteligencia de un gobierno y un ejército particularmente sucio. ¿Qué pasó? ¿Será que las razones de propaganda exigían evitar ensangrentar la jornada? Tengo la impresión que es más que eso.

La facilidad con la que combatientes experimentados y, como se dice, crueles, caen en una trampa escolar en la que gente de fuera se presenta a nombre de sus mandos, y les entregan los rehenes más valiosos que tenía la organización, sin desconfianzas y resistencias, advierte de una parte de la trama que no conocemos: (1) ¿sobornaron a los responsables del cuidado de los prisioneros?; (2) ¿interfirieron otra operación internacional (se habla de una delegación suizo-francesa, que estaba en tratos con la FARC, bajo conocimiento del gobierno colombiano), y sustituyeron a los negociadores por militares disfrazados?

Cualquiera de las dos hipótesis, explicaría porqué no descargaron sus armas sobre los engañados. Existe una alta probabilidad que la misión extranjera haya tenido que ceder ante Uribe y haya exigido como condición que no haya muertos. En cualquier caso, las FARC han sido invitadas oficialmente a discutir la paz. Y le darían una victoria al gobierno sino responden a la iniciativa. Es verdad que ya han tenido demasiados errores, respecto a las propuestas de Chávez, y en medio de sus decisiones abrieron evidentes flancos de debilidad por donde han sido duramente golpeados.

Una ausencia completa de criterio político puede ser muy funcional al autoritarismo. Eso ocurrió en el Perú en los 90 y Montesinos acaba de hacérnoslo recordar esta semana en el juicio a su socio. Con Uribe es igual: un gobierno con sangre en las manos, no sólo de guerrilleros, sino de sindicalistas y campesinos; conectado al narcotráfico y los paramilitares; marcado por escándalos de corrupción, bate récords de popularidad por sus éxitos de guerra. Y las FARC han colaborado para que sea así.

06.07.08
www.rwiener.blogspot.com

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