lunes, abril 16, 2007

La doce mejores de Coquito

  1. Respaldar la negociación de los patrulleros de Mazzetti; impulsar la renegociación del contrato negociado; apoyar la anulación de lo renegociado.
  2. Declarar que el presidente no iba a asistir a la citación del juez por el caso El Frontón, debido a que había sido citado en el local de campaña de San Isidro que el APRA ya devolvió a sus dueños, a pocas horas de que AGP asistiera a la cita y dijera que todos debían cumplir con sus obligaciones ante la justicia (lo que no hace Giampietri)
  3. Preguntar en público, a raíz del encarcelamiento de ronderos de la comunidad de Chaca en Ayacucho, involucrados arbitrariamente en el caso de la matanza de policía en la entrada del Valle del Río Apurímac en diciembre: ¿acaso los terroristas no son campesinos?
  4. Señalar que era “el colmo”, la apelación de los jubilados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que se respeten sus derechos adquiridos dentro de la ley 20530, y sostener que se trataba de una denuncia contra el país en el extranjero, por lo que se entiende que lo patriótico estaba en empobrecer a los viejos y negarles cualquier defensa.
  5. Señalar que en materia de asuntos diplomáticos y de frontera sólo puede haber unanimidad con la posición del gobierno, porque eso le dijo Pérez de Cuellar en conversación privada, refiriéndose por supuesto al trato con Chile, ante el cual el gobierno ha definido una agenda por su propia cuenta: postergar la controversia de límites, no ir a La Haya a disputar las razones de cada parte y centrarse en la cuestión comercial, con tratados bilaterales que favorecen al vecino y que de paso reconocen la "soberanía" de Chile sobre los territorios actualmente "bajo su control".
  6. Denunciar que más grave que pactar en secreto con la cancillería chilena el congelamiento de las diferencias diplomáticas, era que Humala hubiese aceptado el préstamo de dos camionetas por algunas semanas de una empresa con matriz en Santiago de Chile (que también prestó vehículos al APRA y a Unidad Nacional, como parte de su política de propaganda, durante la campaña electoral), y que el verdadero traidor era el comandante en retiro.
  7. Asegurar que los nacionalistas que se dirigían a la frontera a hacer un acto simbólico de reclamo por la ocupación de territorio peruano, fueron intervenidos a 50 kilómetro del lugar dónde les habían autorizado llegar, porque se tenía programada una redada contra los llamados “buses camión”. Y quedcarse en silencio sobre el anuncio chileno del minado de la zona en controversia.
  8. Declarar públicamente que sería “el colmo” que Caridad Montes no quiera regresar a la escuela, después que el gobierno decretó manu militari la reducción brutal de las licencias sindicales que tenía pactadas con el sindicato y le prohibió recurrir al derecho de huelga. De dónde se entiende que también los maestros debían bajar la cabeza, o convertirse en revoltosos y antipatriotas.
  9. Resolver el caso Pandolfi con la fórmula: “se me olvidó”. O seaa no me acordé de mi propio voto e intervenciones por la inhabilitación en el 2003; se me chispoteó el elemental criterio de revisar archivos sobre la situación legal del eventual nombrado; me falló recordar qué clase de gobierno había sido el de Fujimori y el papel que Pandolfi tuvo dentro de él; descuidé considerar de dónde viene Giampietri; no conversé con García que también firmó, de puro olvidadizo y ahora dice que botará al próximo ministro que cometa estos “errores” aunque sea de “buena fe”. Es decir todo lo que ahora se llama "una patinadita".
  10. Plantear el primer sofisma: si yo luché contra el fujimorismo, quiere decir que no puedo ser parte de un gobierno que hace alianzas con los fujimoristas, por lo tanto lo que está haciendo este gobierno no es una alianza, aunque parezca: votaciones comunes en todos los puntos en el Congreso, silencio sobre la extradición, hostilidad hacia los jueces anticorrupción, acusaciones a Toledo de haber sido “más corrupto” que Fujimori, respaldo a los violadores de derechos humanos como “luchadores contra el terrorismo”, consultas y nombramientos en cargos de confianza a personajes de la mafia, etc.
  11. Plantear el segundo sofisma: en cambio ahí están los que no hablaron durante la dictadura y cobraron sus sueldos de Fujimori, ésos ahora hablan y no tiene derecho. Con lo que se lleva de encuentro a todos los funcionarios y trabajadores públicos, militares y policías que estaban en servicio en los 90, que deberán ahora acreditar que rechazaron sus salarios (¿lo hizo Coquito cuando era congresista?) y se enlistaron para la lucha contra el chino (Ojo: levantarse militarmente en Locumba contra Fujimori, no vale)
  12. Indignarse con la Fiscal de la Nación “por meterse en política”, cuando debería estar persiguiendo a los vándalos que el gobierno de García-Del Castillo abaleó en Chimbote, y a los emboscados que dispararon sobre los erradicadores de coca y la policía después que el gobierno incumplió el Acta de Tocache y ayudó a convulsionar la zona.

    16.04.07

    www.rwiener.blogspot.com


2 comentarios:

Santiago Stucchi-Portocarrero dijo...

Si hasta en lo burdo de sus argumentos se manifiesta la alianza apra-fujimontesinismo.

César Rojas Vidarte dijo...

jaja, un cague de risa coquito