miércoles, marzo 25, 2015

De lealtades y deslealtades

Yo solo soy leal al Estado, fue la rotunda respuesta del presidente Humala a la expresión de Martín Belaúnde Lossio que señaló a la pareja presidencial como desleal a las personas que más colaboraron con su victoria. Efectivamente, Ollanta Humala tiene su manera de entender la lealtad con una entidad abstracta como es el Estado que le ha hecho mantener las cosas casi idénticas a como las recibió y convertir a la tecnocracia y alta burocracia que habita las instituciones públicas en sucesivos gobiernos, en su nuevo personal político, en reemplazo, es verdad, de los que se jugaron en dos campañas.

Humala no creyó nunca en lealtad al programa y al compromiso con los movimientos organizados; tampoco con el partido y los aliados políticos; y aún hacia sus padres y hermanos. Eso lo sabe todo el mundo. Para él, la lealtad con el Estado, equivalía a entregar las riendas del poder, a los tipos que ya estaban ahí y que le garantizaran el inmovilismo, empezando por Velarde en el BCR y  Castilla en el MEF. De ahí a decenas de viceministros convertidos en ministros, tecnócratas económicos invadiendo sectores sociales, funcionarios privatizadores encargados de instituciones y empresas públicas, etc. La más reciente demostración de esta curiosa “lealtad” es la explicación oficial que se ha dado al fisgoneo de la DINI, en el sentido de que eso venía de la época de García, o sea que Humala reclutaba a sus compañeros de promoción militar, para que le hicieran  el mismo trabajo que le hacían al APRA en el poder, armar fichas de todo el espectro político, empresarial y periodístico del país.

Es esa misma “lealtad” que le hizo mandar a su hermano a la Base Naval, jugarle sucio a Salomón Lerner para forzar su renuncia, aislar a Marisol Espinoza, traicionar a Javier Diez Canseco, buscar el encarcelamiento de Gregorio Santos; y bajo el mismo concepto olvidar lo que prometió ante la población de Cajamarca, especialmente a la gente del campo sobre el proyecto Conga, y a los de Tambo-Arequipa sobre Tía María. Convertirse casi en un muñeco mecánico que se somete a un orden de cosas que había prometido cambiar, que se mueve a presión de los medios de comunicación y de las campañas que lo acorralan, lo irritan, pero no le dan margen para actuar.

¿Cómo ser leal a lo que uno, real o  aparentemente, no cree, es el misterio de este gobierno que se ha ganado odios y resentimientos de distintos lados? Odios a veces tan confusos como el del asesor de los mineros informales que quiere demostrar que las campañas del 2006 y 2011, en las que fue activista y hasta candidato, había una corrupción de dinero con la que coexistía hasta que decidió patear el tablero. O de la “radical” Esther Saavedra que votó para salvar a Keiko, para darle la contra a los miembros de su expartido. La deslealtad que engendra deslealtades.  

25.03.15
www.rwiener.blogspot.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

todos quienes aportan a una campaña política siempre esperan beneficios, beneficios que una vez llegado al poder en el caso de Humala, les dio una patada y por eso andan lloriqueando y rumiando su derrota devastados... PURO RESENTIMIENTO ondo y lirondo!!!!!!

TAMER LAM dijo...

Los políticos no representan lo mejor de una sociedad, representan a esta tal como es. Lamentablemente, este no es el gobierno de los mejores sino de quienes elegimos. Una situación así habla mal de todos nosotros: el Estado, los ciudadanos, las élites, y si ayudaste a que un politico llegue al gobierno.... ya pues de que te quejas, y si encima de eso votaste por Fujimori para que no salga Vargas LLosa.... y si votaste por Toledo Ecoteva para que no salga Alan.... ya pues de que te quejas, a llorar al rio.

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Don Raúl de pataleta. Hoy no se contiene en adjetivos calificativos dirigidos a su examigo Ollanta. Le llama “muñeco mecánico”, desleal y otros piropos; al final lo amenaza diciendo que la “deslealtad que engendra deslealtades”; con la excepción del actual calor en Lima, le culpa de todos los males de la república burguesa especialmente “traicionar a (san) Javier Diez Canseco”.

¿Por qué no renuncia Marisol, Raúl? Si es tan “digna” y está tan pero tan “asqueada” ¿por qué no denuncia a Ollanta y Nadine en una, estoy seguro, concurrida conferencia de prensa? Ya sé, no me lo digas: tiene deudas burguesas que pagar, la VISA, las letras del carro, su cuenta en Saga Falabella se lo impiden.

Todo la pataleta de don Raúl es porque el presidente, tan confundido y reñido con el idioma como acostumbra, basureo las desafortunadas declaraciones del señorito progre y corrupto, don Martín Belaunde Lossio, jefe de don Raúl, afirmando en Evolandia que “la pareja presidencial como desleal a las personas que más colaboraron con su victoria”.

Eres un hombre muy equivocado, Raúl. El presidente de la República del Perú, elegido en las urnas, debe ser únicamente leal la Constitución y hacer respetar la ley. Sabemos que tú, y los de tu tribu, querían que Ollanta sea leal al marxismo leninismo, o sea que sea desleal al Perú, entregar el país a un proyecto corruto y miserable que siempre fracasó. Me alegro que no se salieran con la suya tus patas.

Anónimo dijo...

Fuego contra alitus u odla o falso o franco ambrosio.