lunes, mayo 17, 2010

Querido tío George

Fui burro cuando conté a la comisión del Congreso cómo te llamábamos en la casa, justo cuando habías dicho que apenas si conocías a mi papá. Fue un error involuntario, y lo dije con naturalidad porque siempre te sentí parte de la familia. Pero ahora me doy cuenta que nuestros enemigos han convertido un trato íntimo en un alias delictivo. Ahora eres “tío George”, así con comillas, como el “cholo Jacinto” o el “cojo Mame”. Y, de esto, yo tengo parte de la culpa. Y sé que esto te está causando muchos disgustos. Me enteré por ejemplo que casi le das una trompada a un reportero que repitió el nombrecito para preguntarte algo, y que cuando aceptas una entrevista pides que te aseguren que no lo pondrán en el título ni en la leyenda de las fotos. Pobre tío George, los problemas que te he causado.

Mi pá, no está muy de acuerdo en que me disculpe contigo por este lapsus. Él dice que tú has sido ingrato con la amistad de tantos años y que en lo único que has pensado es en salvarte y lo has dejado adentro sin ninguna culpa, para calmar a los perros de la prensa. Yo le expliqué que entiendo que lo que estás haciendo es una estrategia. Y que si está preso es por bocón. Si el gobierno y tú se hubieran olvidado de mi papi, no lo hubieran intentado pasar a arresto domiciliario, el año pasado, pero no se pudo mantener porque venían críticas de todos lados. Así que primero hay que matar todo el proceso, descartar pruebas y lograr que los jueces resuelvan al final sobre asuntos menores. Pero en ese camino hay marchas y contramarchas, como ha ocurrido los dos últimos meses en que todas las baterías han disparado en tu contra.

Lástima pues que saltó lo de los USB de la Gianotti, que estaba tan bien hecho. Y a partir de allí los diarios han estado dale que dale con eso de tío George. Si supieras como me siento cada vez que leo ese nombre. Es como si te hubiera vendido. Pero tú sabes que no era mi intención. Además la verdad es que si te tumbaron fue por lo de las casas que ya te había advertido mi padre. ¿Cómo vas a explicar que cambias de casa a cada rato, con el sueldo de congresista, con una esposa sin empleo conocido, e hijos también llenos de propiedades, y que además te mueves de Lima a Miami, todas las semanas como si nada? Eso te dijo. Eras muy visible para tanta mejora económica. En cambio mi papá si sabía hacerla. A él lo descubren de casualidad, por lo de las llamadas, en cambio lo tuyo estaba a la vista. Tienes que admitir que por lo menos, por ahí, metiste las cuatro.

Pero, por sobre todo, eres mi tío George, así le digo a Lucianita que también piensa lo mismo. Nosotros crecimos admirándote por tu sangre fría. Y si pudiste salvar a Alan por lo de los 80 y lograr que regrese al poder, cómo no vas a poder defenderte de los que ahora te acusan. Tu lo has dicho, te han puesto la puntería porque saben que eres importante y que podrías ser un excelente candidato de la estrella. Eso lo creía mi papi y por eso estaba dispuesto a ayudarte hasta las últimas consecuencias. Pero otra vez estoy hablando de más. Romulito.

16.05.10
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