Algo debe saber
Rospigliosi acerca de eso que los servicios de inteligencia siempre chuponean y
hacen seguimientos no sólo a rivales
sino a amigos políticos del régimen, ya que por algo fue jefe de esa entidad en
los años de Toledo, a más de ministro del Interior hasta que lo censuraron.
También es evidente que tiene razón al llamar la atención sobre el aumento del
presupuesto de la DINI, con la única explicación de que es para reforzar la
seguridad ciudadana y del Estado, cuando lo que esto permite es gastar mucho
dinero sin explicar en qué se utiliza.
Pero hasta ahí no
está explicada la tesis principal del personaje que dijo que el fujimorismo sin
Montesinos (Keiko) ya no era fujimorismo, por lo que votó naranja el 2011, y
que es la de que aquí se está armando una estructura montesinista de
inteligencia para asegurar la llamada reelección conyugal. En otras palabras un
gobierno que luce débil y en retroceso en todos los campos, tendría una cara
siniestra en la penumbra que estaría armando la grande contra los opositores a
la candidatura de la señora Nadine.
Cierto que un
malicioso puede pensar que Rospi está justificando su voto por los “no
montesinistas” hace dos años, pero más allá del detalle y de la afirmación
abrumadora de que estas cosas se denuncian sin ofrecer pruebas porque así es,
hay algunos datos de la realidad que la desmienten. En primer lugar porque es
evidente que el gobierno no ha dado ninguna evidencia de inteligencia
estratégica ante ninguno de los hechos ocurridos desde la juramentación del
presidente.
Fujimori solía usar
la fórmula nosotros hacemos antes de hablar, que indicaba como preparaban en
silencio golpes de sorpresa (el mayor de todos, el 5 de abril de 1992),
mientras nos mantenían distraídos en otras cosas. Nada de eso se aprecia en
Humala cuya agenda está marcada por la derecha y al que hacen retroceder a la
menor iniciativa, lo que indica que no tiene control de los procesos.
¿Inteligencia montesinista?
Hay más, si la
élite política del país da pena y sus líderes parecen tan asustados por una
candidatura que no tiene contenido y que se basa en una sonrisa, es por culpa
de ella misma. ¿O es que a AGP le han inventado lo de los narcoindultos o a
Toledo las casas de la suegra o la fortuna de los hermanitos Fujimori necesita del
servicio de inteligencia? Se ahogan solos. Pero, como dicen los apristas, para
salir de este enredo hay que culpar a alguien. Y hasta Keiko se ha puesto a
hablar contra los métodos “montesinistas” del actual gobierno.
Mucha plata no
hace necesariamente una inteligencia poderosa. Se necesita cerebro para hacer
inteligencia, es decir no sólo espiar sino saber para qué se hace. Este
gobierno puede hacerlo pero sin tener idea de hacia dónde.
01.06.13
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