domingo, junio 09, 2013

Encuestas castigan a Humala

Lo tragicómico de esta historia podría ser que llegando el 2016, con un posible deterioro de la economía en un contexto internacional desfavorable; en medio de una gran agitación social; en un cuadro de crisis política aguda con candidatos acusándose de corrupción, chavismo y otras linduras; con un incremento exponencial de la delincuencia; y con cifras de aprobación por los suelos; Fritz Du Bois escriba con ese aire del que ya la sabía, con el que siempre hace sus columnas, que todo esto comenzó el día en que a Humala se le ocurrió copiar a Chávez y tuvo la idea de que podía comprar los activos de Repsol.

Si por este desliz ha perdido 14 puntos desde abril a junio, ¿se imaginan lo que podrá pasar en los tres años que le faltan de gobierno? Es decir en el Perú no sólo no se puede ser chavista, izquierdista o moderadamente reformista, así ese sea el mandato de las urnas, sino que ni siquiera se puede tener una idea que escape a los cánones que marcan los guardianes socráticos de la ortodoxia económica, entre ellos Fritz, que fue jefe de gabinete de asesores del MEF en la época en que se desaparecieron los recursos de las privatizaciones sin que hasta ahora se encuentren.

Muchos castillos neoliberales han caído por el mundo, y siempre ha habido una explicación en algún error de los gobernantes (la paridad dólar-peso en Argentina, el endeudamiento griego, el Estado de bienestar español, etc.), que es la forma de decir que el sistema nunca falla sino sus administradores. Acá en el Perú donde se han contado maravillas sobre el milagro económico y que Humala se iba para arriba porque estaba en el piloto automático de las políticas de apertura y liberalización de sus antecesores, estamos a punto de inaugurar la explicación más sorprendente para curarnos en salud de un eventual fracaso: el mal pensamiento.

Ya no se trata de la responsabilidad de los que lo acorralaron entre junio y julio del 2011, para imponerle el equipo económico que es casi lo único que permanece de la composición inicial del gobierno; ni de los que se inventaron que la Hoja de Ruta era todo contra lo que había luchado Humala como candidato; ni de los que aplaudieron la mano dura frente a los conflictos sociales; ni de los que acaban de aplaudir las recientes medidas pro-confianza que amenazan el ambiente, los derechos comunales y las riquezas arqueológicas, y de los empresarios que desayunaron con el presidente y recibieron otros estímulos que todavía no conocemos. Todo eso estará bien, dirá Fritz, pero ahí está la encuesta de DATUM en la que Ollanta se cae en picada. Así que ha llegado la hora para pedirle más concesiones y privatizaciones. Y seguirle dando para que no vuelva a pensar. A ver si todavía se salva.  

08.06.13

No hay comentarios.: