Hace un mes, Ollanta Humala perdió cinco
puntos en la encuesta de Ipsos-Perú y la empresa que elabora las preguntas lo
achacó al hecho que el presidente se empeñó en viajar a Venezuela para la
juramentación de Maduro cuando tenía a toda las prensa de de derecha en contra
y a haber tenido además el desatino de pensar en estudiar una posible compra de
los activos de Repsol que según sus críticos lo hubiera regresado al más
repudiable estatismo.
Claro que ninguna de las otras respuestas al
cuestionario reafirmaba esta conclusión y más bien parecía que Ollanta era
censurado por su debilidad para tomar decisiones y por la falta de coherencia
de su gobierno. Incluso los entrevistados pedían en mayoría una mayor
participación del Estado en la economía, pero eso Ipsos no lo resaltaba porque
no abonaba a su tesis.
Ahora, la encuesta de junio muestra una nueva
bajada de cinco puntos, que para algunos medios es una caída en picada, y la
explicación que se brinda a este resultado es que se trata de un efecto de la
negativa del indulto a Alberto Fujimori. Pero en la propia encuesta aparece que
la aprobación al no-indulto es de 48% y la desaprobación es también de 48%.
En todas las mediciones anteriores se
aseguraba que los partidarios del indulto sobrepasaban el 60%, lo que quiere
decir que la decisión final ha corregido la tendencia. Más aún, un 53%
considera que ya no hay lugar a nuevos reclamos y que el asunto termina en este
punto. Sin embargo hay una mayoría (44%) que cree que la medida perjudicará al
gobierno mientras que el 37% opina que lo beneficiará.
¿Cómo leer este último dato? A mi parecer lo
que nos está diciendo es que no es lo mismo aprobar el no-indulto, que creer
que el gobierno saldrá bien parado en un contexto en el que los medios, las
encuestadoras, el fujimorismo y otros actores no van a dejar de golpearlo por
lo que ha hecho.
Lo que es evidente es que no sale por ningún
lado que los encuestados estén castigando con su desaprobación al presidente
que se negó a liberar al condenado de la Diroes. Y esto lleva a la propia razón
que los encuestados dan como el motivo principal de su desaprobación a Ollanta
Humala: que no cumple sus promesas y es mentiroso. Ni más ni menos que un 62%
de los que desaprueban, se expresan en ese sentido, ¿y qué tiene que ver eso
con el no-indulto, o con Repsol o con el viaje a Caracas?
Nadie puede decir que en cualquiera de estos
puntos hay alguna promesa olvidada. Más bien podría asegurase lo contrario, que
las dificultades para gobernar como lo había ofrecido y su constante retroceso
ante la derecha puede ser la causa de su desprestigio. Pero eso jamás lo
preguntarán los de Ipsos.
18.06.13
www.rwiener-blogspot.com
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