domingo, junio 02, 2013

El gobierno maniatado

¿Alguien cree que este gobierno puede llegar a cerrar el actual Congreso para convocar una Asamblea Constituyente? Si tengo que dar respuesta diré que definitivamente no, ni en mis más alucinadas fantasías imagino que este gobierno siquiera llegue a “pensar”, como hizo con lo de Repsol, una cosa de este estilo. Pero lo que si puede haber es interés en que se discuta el tema y se le infle a través de rumores y declaraciones que no comprometan a los voceros oficiales y que puedan ser desmentidas si el asunto se pone caliente.

Es bastante obvio que un gobierno que no puede viajar donde cree que debe hacerlo y estudiar una compra de activos petroleros para ver su conveniencia, mucho menos puede atreverse a jubilar anticipadamente a la representación parlamentaria (donde está el soporte de la clase política) y meterse con la Constitución de la dictadura que es el marco legal de la actual relación de fuerzas donde el poder político sólo tiene la autoridad que le permite el poder económico y mediático.

El gobierno que no aguanta una campaña de prensa de una semana, de esas en las que lo cuelgan diariamente por “no haber deslindado suficientemente con el chavismo”, sería incapaz del chavismo supremo resumido en el cambio constitucional. Pero si hay personas capaces de creerse de que hemos regresado al imperio de Montesinos y hasta AGP asegura haber recibido la versión que los asesores del presidente visitan al Doc., en la base naval para pedirle consejos, entonces no hay nada de extraño que de ahí siga que se está preparando otro 5 de abril, con su respectivo CCD, aunque en versión humalista, es decir ni de derecha ni de izquierda, sino todo lo contrario.

La realidad del Perú es la un gobierno que pierde batallas todas las semanas frente a una derecha agresiva que todo el tiempo le recuerda que el presidente no le merece confianza y que tendrá que hacer siempre mayores concesiones si no quiere que vuelvan a lincharlo.  Es casi imposible suponer que esta ruta pueda ser variada. Pero en el camino se arman otros combates en acusaciones cruzadas de corrupción, denuncias de que el gobierno quiere sacar de carrera a los demás para que su candidata salga adelante (como si es fuera todo el problema de las elecciones), denuncia de espionaje y ahora, tal vez, el complot para cambiar el Congreso.

Suena como que hubieran dos planos de la política nacional. Uno en el que era el gobierno de la esperanza para muchos y del miedo para otros, se convirtió en el prisionero de la derecha económica. En este plano estamos ante lo mismo de hace 23 años. Pero hay otro nivel en el que parece que cada fuerza y cada individuo se estuviera jugando la sobrevivencia. Al lector invito a preguntarse cuál es el país real.   

02.06.13

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