“Petroperú comunica que producto de la evaluación técnica,
económica y financiera… (sobre) la
posible compra de algunos activos de REPSOL, el Directorio en sesión llevada a
cabo en la fecha, acordó no continuar participando en el referido proceso.
Comunicado de Petroperú
Los números que reclamaba la primera dama
llegaron más rápido de lo que se esperaba. Y mientras todos creían que el
presidente y su ministro de Energía y Minas eran los que tendrían la última
palabra en la decisión de si el Estado reasumía los activos que antes eran
suyos y que ahora están en manos de la española Repsol, y que por eso tantos
resquemores para hablar claro en sus últimas entrevistas, de pronto el
directorio de Petroperú que según diversas versiones estaba siendo baypaseado
en las negociaciones aparece para informar de la existencia de una evaluación
técnica, económica y financiera que lo habría llevado a desechar la compra de
los activos de Repsol que le habrían sido ofrecidos por la empresa española.
Por cierto, entre la entrevista al presidente
que dejaba abierto el negocio y el comunicado, cuatro días después, del
directorio que los cierra, hay una declaración clave que la hace la primera
dama el último martes en la que en tono mandante asegura que si los números no
dan lo de Repsol no va. Entonces, la pregunta es qué ocurrió después de tamaño
manifiesto. Caben dos hipótesis, ambas lamentables, o Petroperú ya tenía la
evaluación de la que habla y le dio a la primera dama la información para que
fuese mucho más concreta de lo que había sido el presidente; o el directorio de
la empresa estatal y sus asesores técnicos sesionaron el feriado para resolver
el asunto que estaba planteado en sus palabras.
El hecho es que ahora la Confiep está obligada a
creer que se han salvado por un pelo de la recaída en “la gran transformación”
por esa intervención milagrosa de Nadine y el directorio de Petroperú y que de
aquí en adelante habrá un precario equilibrio entre los que parecen impulsos
primarios del presidente a intervenir en la economía y los controles
matemáticos de su pareja. Lo que sorprende es que se diga ahora que La Pampilla
y el resto del complejo de Repsol no vale nada cuando se advertía que con el
monopolio de la refinación y la red de grifos, Petroperú empezaría a parecerse
a PDVSA y encajar en un modelo reeleccionista. Pero todos sabían que los
españoles no habían cumplido el plan de inversiones comprometido durante la
privatización y que habían trasladado activos al exterior como hicieron en Argentina.
Pero allá Kirchner los nacionalizó por tramposos. Aquí ni siquiera podemos
recuperar los bienes a un precio justo.
03..05.13
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