Ya estamos en plena operación “confianza”. Primero fue el
escándalo del viaje a Venezuela (¿qué mejor prueba de chavismo, si hasta
provocó que Humala desistiera de ir a Quito a la juramentación de Correa, donde
estaban todos los presidentes de la región?) y juntito con eso la épica batalla
para que no se compren los activos de Repsol que terminó en dos líneas de un
comunicado de Petroperú hablando de un estudio relámpago que muchos piensan que
nunca se hizo pero que sirvió para que el “no va” de Nadine se convirtiera en
gran triunfo de la derecha.
Después hemos tenido el combate de la comida chatarra, aún
no concluido, y por supuesto decenas de editoriales y artículos de opinión
pidiendo que Humala vuelva a abjurar del programa de la “Gran Transformación”,
que supuestamente todavía guarda en el fondo de su corazón, a pesar de haber
firmado la “Hoja de Ruta”, que luego nos enteramos era lo mismo que ofrecía
Keiko Fujimori y por lo que habrían votado previamente dos tercios del país, al
hacerlo por los derrotados de la primera vuelta.
Alfredo Torres de IPSOS ordenó en su última encuesta
preguntar si una de las causas de la baja de popularidad del presidente era la
desconfianza y el punto salió cuarto entre los principales motivos de
desaprobación. Esa desconfianza podía ser por lo que hizo o intentó hacer, o
por la forma vergonzosa como retrocedió sobre sí mismo, pero igual marcó su
estudio de mayo como el de la preocupación del país por la confianza que están
reclamando los grandes empresarios para las inversiones.
También de acuerdo a la misma encuesta la gente común y
corriente en su gran mayoría no ubica las diferencias entre “Gran
Transformación” y ”Hoja de Ruta”, y la
mayoría aprecia al gobierno en las mismas posiciones que cuando comenzó o más a
la derecha. Podría decirse que la ciudadanía no ve lo que causa tanta alarma en
los dueños del dinero y que se expresa en los medios y que tal vez la alharaca
mediática impacta mucho más en los directivos empresariales que en las personas
comunes y corrientes.
Pero ocurre que el tema ya está instalado desde que a Humala
se le ocurrió decir que a la “confianza” recién se le reconoce cuando se la
pierde y que esto puede ocurrir en un solo instante. Justo lo que El Comercio y
la CONFIEP querían oír para saber que las derrotas recientes del presidente le
habían colocado nuevas ataduras políticas y mentales para someterlo a sus
planes. De ahí está viniendo que hay que olvidarse de la consulta previa, el
medio ambiente, la protección de restos arqueológicos, los trámites y
controles, etc.
Como si eso fuera a traernos inversión a raudales y sacarnos
de las actuales tendencias de estancamiento. Y el hombre se la cree.
27.05.13
2 comentarios:
Y el problema más grande es que ambos, Ollanta y Nadine no son nada, ni nadie, obvio Ollanta es el Presidente elegido por el pueblo, pero ahora solo es el "guachiman de palacio", por otro lado Nadine sigue "borracha por el poder", por lo que la DBA los dirige como marionetas, ya que han demostrado cada día que no tienen neuronas, ni mucho menos sensibilidad. Bertha Miranda Vlasco
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