Proclamó ante los jueces su inocencia por
los crímenes de su gobierno. Y cuando no tuvo más argumentos dijo que nunca
supo nada, que todo fue asunto de mandos medios y oscuros asesores dedicados a
matar a la gente.
Argumentó su edad para no ir a la cárcel y
apenas pudo se declaró enfermo, ante todo por la emoción de haber sido
sentenciado como un asesino cualquiera.
Su defensa argumentó que había matado menos
que sus antecesores.
Dijo que lo hizo por su país, que todo era
una gran venganza política. Condenó la investigación de la guerra sucia que
quedó documentada señalándolo como genocida de su pueblo.
Tiene una hija casada con un
norteamericano, que fue integrante del congreso de su país.
Parece una biografía condensada de Alberto Fujimori,
pero no lo es.
Son datos de la vida del exdictador
guatemalteco Efraín Ríos Montt, recientemente condenado a 80 años de prisión a
una edad de 86 años y que por añadidura ha concluido internado en un centro
médico después de la sentencia. ¿Crueldad?, como diría Kenji, o simple
ejercicio de la justicia contra un hombre que evadió sus culpas durante muchos
años con el recurso de hacerse elegir para el Congreso.
Ríos Montt ha jurado que es inocente como
el de la Dinoes. Y también ha querido argüir su lugar en la línea de mando para
que le crean que desde la presidencia no se decidían los muertos ni las
acciones paramilitares. Muy parecido a lo que aquí hacía un supuesto “chino”,
que siendo civil actuó basado en estructuras militares.
Ríos Montt es responsable de la muerte de
miles de personas, que no hubieran sido asesinadas si las estrategias aprobadas
al más alto nivel y las encargaturas de ejecución no hubieran tenido el visto
bueno del gobernante golpista. De igual modo, varios cientos, si no miles de
personas, no hubieran sido aniquilados por el Grupo Colina y sus similares.
En Guatemala, la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico identificó los crímenes de la guerra interna que
sobrepasan los 200 mil casos, de los cuales casi mil 800 van a la cuenta de
Ríos Montt. En el Perú, existió la Comisión de la Verdad que tiene el mejor
acopio de información sobre las muertes y otras violaciones de derechos humanos
durante el período de conflicto, y la responsabilidad específica del régimen de
Fujimori. Ambos documentos han sido combatidos por las respectivas derechas.
Extraños paralelos entre Ríos y Fujimori,
que aparecen cuando el segundo de los nombrados está queriendo ser indultado en
una campaña orquestada de las derechas que quieren consagrar la impunidad en el
Perú. Ridículo fuera que lo que es una sanción ejemplar al golpista y asesino,
termine en una farsa, por presión al gobierno de Humala, y eso mientras los
centroamericanos dan una lección al mundo.
16.05.13
No hay comentarios.:
Publicar un comentario