El presidente y la primera dama han lamentado la muerte del presidente y
amigo, Hugo Chávez Frías.
Aparentemente no tenían mucho más que decir. ¿Qué clase de amigos fueron?,
¿la América Latina de los 2000, que sin duda lleva la marca de Chávez, tuvo
algo que ver en que el nacionalismo peruano y Ollanta Humala estén sentados en
Palacio de Gobierno.
Algunos datos sugieren que no todo es mala memoria. Por ejemplo el
enfrentamiento en el Congreso entre Daniel Abugattás y Luis Galarreta en torno
al minuto de silencio por el mandatario venezolano muerto, en el que se
discutía si se estaba hablando de un gobernante democrático o de un dictador
con colmillos.
También está el anuncio del viaje de Humala a Caracas a unirse en el dolor
con otros presidentes latinoamericanos muchos de los cuales se consideran
herederos políticos de Chávez y no sólo “amigos”.
Pero precisamente, apenas hay que entrar en definiciones, Ollanta recula y
deja abiertas todas las interpretaciones.
Extrañamente, aún los presidentes de más franca derecha en Latinoamérica,
como los de Chile, Colombia y otros, han explicado su sentimiento de especial
pesar porque reconocen que el comandante venezolano otorgó un extraordinario
impulso a la integración del subcontinente y que es difícil pensar que UNASUR,
el CELAC y a su manera el ALBA y otros conglomerados que expresan la nueva
fuera latinoamericana, podrían existir sin la visión bolivariana de Hugo
Chávez.
Como presidente ad tempore de UNASUR, Ollanta tenía el espacio político
para decir mucho más sobre Chávez y su papel en esta organización, sin temor a
ser tachado de chavista. Pero parece que no puede.
Si algo tenía Chávez era que no temía las consecuencias de sus palabras:
tanto cuando enfrentaba a la oligarquía venezolana, una de las peores del
subcontinente, como cuando rompía con
los alineamientos internacionales que siguen el orden impuesto por el imperio
del norte. Si ayer todos los titulares del mundo se refieren para bien o para
mal a su persona es porque jamás tomo el camino mediocre de adaptarse a las
presiones de sus adversarios y nunca buscó mimetizarse con ellos.
Por eso es que se puede decir que fue un personaje que contribuyó al cambio
de época: que llegó en el poder al mundo monocolor y hegemonista de la
postguerra fría y se ha ido de esta vida cuando existen diversas resistencias
activas al monopolio de la economía y de
la guerra por un solo polo internacional.
Para muchos esta muerte es un riesgo de regresión, mientras que para otros
es una celebración de lo que creen que puede ser su revancha. No pudieron
vencer a Chávez ni con un golpe, ni en múltiples elecciones incluido un
referéndum de revocatoria. Eso porque el presidente se había metido en el
corazón de su pueblo.
¿Qué pensará de todo esto su amigo Ollanta Humala?
07.03.13
2 comentarios:
Gracias a un puesto mucho bien! Gratis Iphone 5 Iphone gratis
Ollanta Humala es la antítesis absoluta de Chávez en su accionar político: mientras Chávez prometió reformar Venezuela y así lo hizo, el pigmeo Humala, no pudo mantener un solo día en el poder sus promesas de reforma, y se entregó al imperio, ni bien se sentó en el despacho presidencial.
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