En el país donde un presidente deja el poder y al año se
agrega una nueva casa con el dinero que recibe por darle conferencias a las
empresas que tuvieron contratos durante su gobierno, mientras paga una mansión
alquilada en la zona más cara de Lima a un procesado de la Justicia, y sus
seguidores y algunos hombres y mujeres de prensa lo califican de ejemplo de
transparencia, no hay cómo sorprenderse que esa misma tropilla ahora nos diga
que el gran problema del Perú actual es la “incapacidad” de Villarán.
Es además el mismo país en el que un exalcalde sigue
moviendo relaciones fiscales y fichas congresales para no ser comprendido en
las investigaciones sobre su gestión al frente de Lima por ocho años, donde hay
un montón de cosas oscuras (y no sólo Comunicore), y que como es evidente los
gerentes y funcionarios que tomaron las decisiones jamás lo hubieran hecho sin
asentimiento del tipo que ahora ha lanzado en jauría a sus colaboradores para
que defiendan a idea de que “Lima merece más”, porque por ahí hay uno que se
cree más que los demás.
La discusión sobre el Sí y el NO, ha sobrepasado aquello de
que las obras son más importantes que la honestidad de los gobernantes.
Evidentemente García nos quiere convencer que en su caso llenarse de
propiedades y dinero es lo más normal del mundo, como en otros es ganar menos
del sueldo mínimo y esperar que a su cerro le pongan escaleras. Y Castañeda a su vez trata de dejar sentado
que querer esclarecer de dónde tiene dinero para varias campañas y qué pasó con
la Caja de la ciudad de Lima, es poco menos que intentar ponerle la mano a un
Cartel colombiano, que se paga con la vida.
En fin. Lo que sale claro es que el Sí está pidiéndole a los
limeños asumir otras conclusiones: (a) que el primer intento de poner al frente
de una alta responsabilidad de gobierno a través del voto a una mujer, sea
declarado fallido, con el cuento de la “incapacidad” o el de los machazos que
hacen decir Sí a las damas que antes dicen no; (b) que los mandatos se cumplen
cuando son de derecha, pero cuando está la izquierda es válido terminarlos
antes de tiempo; (c) que las empresas brasileñas y otras son buenas si van del
brazo de García y le regalan un Cristo para perennizarlo o si contratan con
Castañeda, y malas e injerencistas si siguen trabajando con Villarán.
Son muchas más las mentiras que han penetrado el ambiente
político de la ciudad y rebajado el nivel de las confrontaciones. Qué se va a
hacer. La pelea entre el Sí y el NO efectivamente se está convirtiendo como
dice una hija mía en una batalla para salvarnos de un formidable papelón
universal.
16.03.13
www.rwiener.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario