Si alguien todavía cree que los que podría pasar el domingo
si gana el Sí, sería que después de un cierto desorden de algunos meses (quizás
más de un año), volveremos adónde estábamos en el 2010, cuando Castañeda
abandonó el Municipio para postular a la presidencia sin dejar sucesores, y que
empezaríamos de nuevo con los by passes y viaductos que entusiasman tanto a la
gente, tal vez no este calando en la que puede hacer la magnitud de la
regresión.
Veamos algo de eso.
En lo político, el mensaje principal es a Humala para
decirle que si no hubiese hecho las concesiones que hizo, hoy la situación
sería ingobernable por la oposición política, económica y periodística, y que
en adelante tendrá que someterse aún más a los que ahora se exhibirán también
como ganadores de elecciones.
Pero junto a esta idea, está que quién se impuso aquí fue
una coalición del APRA, Solidaridad Nacional y fujimorismo, es decir la DBA más
conspicua la que por este camino habría iniciado la ruta hacia el gobierno del
2016, sin caviares, izquierdistas, toledistas y otras variantes por el estilo.
El lugar del PPC y PPK todavía estaría por verse.
La tercera idea política que está obviamente escondida es
que lo que se viene es autoritarismo del duro. No sólo por la prédica
fuji-aprista de que todo se arregla con mayor penalización, y por el estilo
impenetrable y frío de Castañeda, sino porque después de haberle levantado
todas las exclusas al caos en la ciudad lo que ocurrirá inmediatamente es que
Rau Rau y toda la fauna de empresarios microbuseros, así como los desalojados
de La Parada y muchos otros, se sentirán ganadores.
Pero que nadie crea que si el mudo regresa al gobierno de la
ciudad lo hará con espíritu de diálogo o de aguantar que cada quién imponga sus
leyes. Por lo que veremos enfrentamientos mucho peores de los que se vieron
estos dos años. Y eso apuntará a marcar como se tratarán los conflictos
sociales en el interior del país a partir de las siguientes elecciones
generales.
En lo moral, sin embargo, será donde más se habrá
retrocedido. El brote machista del final de campaña, nos dice que nos están
probando para que aceptemos que la prédica sobre los derechos de las mujeres
carece de mayoría social y que lo que viene para adelante es una mayor
tolerancia al maltrato físico y verbal por razón de género. Lo mismo en el tema
de la comunidad gay y es probable que el desmadre vaya ampliándose a otros
campos. Pero todo esto además acompañado por un sistema de mentira en campaña
nunca antes visto. Ya sabíamos que los candidatos prometen y no cumplen, pero
no de revocadores que nos tomen por estúpidos como en el último debate…
Todo esto si gana el Sí, digo es un decir.
13.03.13
www.rwiener.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario