sábado, marzo 02, 2013

Percepciones



 Lo primero que un ministro debe percibir es lo que la sociedad espera como respuesta a sus problemas con los instrumentos que el poder ha puesto en sus manos. Eso es lo que se llama liderazgo y la mejor manera de no ejercerlo es con una afirmación a lo Pedraza de que la seguridad no es un problema sino una “percepción”.

Por lo demás, ¿acaso no es verdad que la política se basa en percepciones? Es decir que Humala está seguro que su éxito es ser percibido positivamente, aunque lo que hace no se parezca en nada a lo que prometió durante muchos años. Si la gente aprecia que ese estilo anodino de mantener el Estado en funcionamiento a media máquina en un contexto de crecimiento económico y programas sociales, ¿para qué moverse del sitio?

También el gobierno ha aprendido que son los fracasos evidentes y los escándalos los que están detrás de sus peores momentos y eso fue durante los conflictos sociales y la crisis del VRAEM. Así que desde julio del año pasado tenemos un gabinete bombero que trata de apagar incendios apenas en las primeras chispas y de hacer que nos resignemos que la relativa “paz social” actual es lo mejor que pueden darnos, porque la cosa podría ir mucho peor.

Ni Conga, ni Espinar, ni ningún otro de los conflictos sociales-ambientales se ha solucionado, pero la percepción es que por ahora no existen, hasta que reaparezcan. También el gobierno se ha olvidado del Movadef porque la prensa no está tratando el tema. Y para que vean que hay voluntad de seguir combatiendo al “terrorismo”, ahí está la ley del negacionismo y algunas bajas ocasionadas al grupo del VRAEM.   

Pero un manejo de la situación de estas características siempre se rompe por donde uno menos lo espera. Y bastaron dos tiroteos en Surquillo y Pueblo Libre para que afloraran los sentimientos de desprotección en que vive la mayoría de la gente respecto al crimen organizado, el sicariato y la delincuencia al paso que opera en las calles. Claro que el ministro tenía una explicación de lo que estaba sucediendo que parecía hecha para el presidente y no para el pueblo. Todo no era sino una cuestión de percepción que hacía ver en tamaño más grande lo que todavía era pequeño, y si quieren miren las estadísticas.

Lo que no vio el ministro es que le estaban pidiendo una actitud que reflejara una ruta a seguir. Y en el vacío, por supuesto lo que avanza es el simplismo autoritario: más penas, más armas, más dureza. Lo que al final, ya se sabe, va a derrotar al gobierno que para combatir percepciones con percepciones va a proponer nuevas leyes de represión que no van a reducir los crímenes pero sí evitar por un tiempo que se hable sobre ello.    

0203.13

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