Pero un análisis más fino sobre lo que estamos hablando hace
saltar otras contradicciones. Por ejemplo, GFK que trabaja con el diario La
República, descubre que el NO ha dejado de ser imbatible en el segmento A-B (el
apoyo habría bajado a 51%) mientras ha crecido en el C y el E (38 y 36%). El Sí
seguiría fuerte en D (52%) pero por debajo de mediciones anteriores, mientras
que en C y E habría descendido por debajo de la línea del 50%. Asimismo que el grupo de edad menos revocador
sería el de los jóvenes de 18 a 24 años (46%) y el de mayor adhesiones al Sí el
de los adultos jóvenes de 25 a 39 años
(51%).
Esos mismos ítems registran
cifras bastante diferentes en lo
que señala CPI que sigue dando a los sectores D y E un
porcentaje de 59.6% y al C 51.2%, lo que significa decir que los segmentos
bajos y muy bajos se mantendrían firmes en la revocatoria mientras en el medio
bajo (C) habría sufrido un cierto
descenso. Para la agencia de Saavedra, el NO estaría apoyado en A-B (58.1%) y
en menor grado en C (43.4%). Obviamente tener claro lo que pasa por niveles
socio económicos es clave para anticipar el resultado pero las contradicciones
en los datos no lo permiten. CPI ve a su turno a los jóvenes de 18 a 24 años
como prorevocadores (54.7 %) y como bastión del NO a los mayores de 40 años (44.8%).
Es claro que el asunto se haría más enredado si metemos a Datum e Ipsos Apoyo.
Volvemos entonces al punto de inicio. Lo que saben las
encuestadoras es que el NO se ha aproximado al Sí, pero les falta claridad para
estimar la tendencia. Es lo mismo que ha pasado en todas las elecciones
estrechas, cuando se dice que no se sabe
quién va a ganar. De dónde viene la nueva fuerza del NO, si de sectores
populares que cambian su voto, de los jóvenes o los mayores, no se sabe. Es decir domina la confusión a pocos días de
la votación-
05.03.13
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