Macho Turbio

Pienso que tal vez la mamá de Macho Turbio le decía desde muy pequeño que no hay que mentir ni faltarle el respeto a las mujeres, pero como él entendía que cuando las mujeres dicen NO en realidad quieren decir al final que sí, no le hizo caso.

Y, añado, si las mujeres del NO le parecen tan volubles que con un poco de insistencia se cambiarían al Sí, imagínense el concepto que tendrá de las mujeres que a la primera se han ido al Sí detrás de su prédica anti-Susana. Mejor no lo digo.

Claro que ha habido varias mujeres del Sí, como Juárez y otras, que se ha incomodado con el atrevimiento, pero no les queda otra que seguir aceptando al canalla, como pasa con algunas damas que reciben violencia física o verbal de ciertos hombres, pero ahí se quedan.   

“Como no estamos en política, muchas veces decimos la cosas tal cual... ¿Qué tiene de malo? No es malo de ninguna manera… Es una broma hay que tomarlo en ese sentido.” Así explica el Macho Turbio la ocurrencia del otro día. En otras palabras: somos sinceros porque no somos políticos, que quiere decir que todos razonarían como él, pero los políticos saben callarlo.

Vayamos por partes. Todos no pensamos como él, y suponerlo es trasladar el insulto a las mujeres hacia los hombres que, políticos o no políticos, no le faltan el respeto al otro género. Tampoco la política tiene que ser una mentira continua, aunque haya políticos que sean perfectos mentirosos y hayan mantenido la versión de que no están en la revocatoria, cuando están empujando detrás de ella.

Será por ese concepto de la política que el Macho Turbio desde su estreno en la política grande, y no sólo en las consultorías bien pagadas, ha desplegado tanta mentira despiadada comenzando con lo de la incapacidad de la alcaldesa que ha sido otra forma de agraviar a las mujeres.

La diferencia entre Turbio, Vidal, Linares, Juárez, Vílchez, Baca Sarmiento y otros, con los políticos de estirpe es que son chuscos para mentir y brutales para atacar. Pero basta ver la evolución de los acontecimientos de los últimos meses para darse cuenta que esta invasión lumpen del escenario político es contagiosa. Ahí tienen a Mulder, Velásquez, Luna, Pacheco, etc., casi indistinguibles del batallón achorado.

Y si Castañeda y García eluden entrar a la cancha debe ser porque temen que la turbiedad los alcances y afecte sus propios proyectos.

Última excusa: somos lo peor, pero a nosotros no nos van votar sino al Sí contra Susana.

Vaya, como si la porquería sembrada en tantos meses y la victoria de la coalición de lo peor de una ciudad en crisis, no tuviera significados hacia el futuro. Hay que pensar hasta dónde podemos caer si le hacemos el juego al Macho Turbio. Sería la peor de sus malas bromas.

09.03.13

www.rwiener.blogspot.com