La historia jamá contada
En la elección parlamentaria de 2011 ocurrió un hecho insólito en el norte chico: un candidato del más alto copete de la dinastía Fujimori, el querido tío Santiago, engreidor de Kenji y Keiko y leal lugarteniente del hermano de la DIROES, fue derrotado humillantemente por un señor de la tierra de la provincia de Huaura que nadie conocía fuera del ámbito local en que se mueve, nada menos que por cuatro mil votos dejándolo sin la curul en la que se sentía casi seguro. Este ganador inesperado se llamaba Elard Melgar Valdés, propietario de la empresa Agropecuaria San Ramón EIRL, que había venido creciendo a lo largo de la década de los 2,000 a una velocidad sorprendente lo que le permitió contar con amplios recursos de campaña que fueron determinantes de su triunfo.
Claro, Don Elard no siempre había sido tan afortunado. Allá por los años 80 no pasaba de ser un modesto suboficial de la Policía Forestal que no sabía que se sacaría la suerte con el advenimiento de la dictadura de Alberto Fujimori en la que varios de sus hoy congresistas y dirigentes hicieron rápidas fortunas en nuevos negocios con el Estado. En el caso de Melgar, el botón que lo llevó a hacer dinero fue la venta de papillas para los programas sociales del gobierno. En 1995, el policía retirado fundó la empresa Inmelva SAC y poco después el Consorcio Interandino de Alimentos S.A., para venderle papilla al PRONAA, Foncodes y otros. Más tarde forma Betty Rivera Suarez S.A., Corporación Melgar S.A., y finalmente Industrias Santa Ángela EIRl. Una verdadera estrella de la papilla que según se cuenta llegó a facturar más de 70 millones de soles por el mismo concepto.
Para los que recuerdan la época del “chino”, la papilla fue una fuente de escándalos por las licitaciones amañadas y por los descuidos sanitarios en que incurrieron varios proveedores. En varias publicaciones Melgar es mencionado como el segundo gran proveedor de papillas, al lado de la firma ALPROSA vinculada al actual ministro de Transporte, Carlos Paredes. En los archivos del Sistema Electrónico de Adquisiciones y Contrataciones (SEACE) y el antiguo CONSUCODE, las empresas de Melgar son mencionadas como proveedoras principales del producto a pesar de varios cuestionamientos a la calidad del alimento entregado. El hecho es que la papilla había sacado de pobre a la familia y en el año 2000 pasó a otros rubros igualmente rentables, al formar la empresa Agropecuaria San Ramón EIRL, de la que es dueño de la totalidad de las acciones.
Era el final del gobierno del que se había beneficiado, pero a Melgar eso parecía no afectarlo demasiado. En agosto del 2000, en la Urbanización La Campiña en Corrillos se abría el primer local de producción de embutidos del empresario Melgar Valdés, que tres meses después se trasladaba a un fundo en Lurín donde empezó la crianza de chanchos y vacas para abastecer a su fábrica. En diciembre de 2003 incursionó por fin en el norte chico al comprarle las 507 has del fundo Pampa Grande a la empresa H. Koenig, ubicado en el centro poblado menor de Nuevo Mundo, en el distrito de Végueta en la provincia de Huaura. El año 2004 adquiere 9.91 has a Jean Michael Vela Mendoza y 21.92 has a Miller Worldwide Corporation, y el año 2007 compra 63.50 has a Lucio Lázaro Huanca Aguirre. A Diciembre 2007 tenía acumulado una propiedad en la provincia de Huaura equivalente a 602.33 Has.
Esta expansión indicaba que Melgar Valdez estaba cambiando el centro de sus actividades y su sede de operaciones. De origen arequipeño, había recorrido varios departamentos como policía hasta asentarse en la ciudad de Lima y proyectarse sobre las campiñas de Lurín, al sur de la ciudad. Pero desde 2004, descubrió las ventajas del norte chico. Justamente, en agosto de 2008 Melgar inicia un proceso judicial al ministerio de Agricultura, arguyendo prescripción adquisitiva de dominio ante el Juez Civil de Huaura, reclamando se le adjudiquen 471 has del fundo El Ángel, en supuesto abandono, que él habría venido trabajando de buena fe desde la década de los 90. Este proceso se encuentra consignado en los expedientes No.1560-2008 (415 has) y No. 0060-209 (56.39 has.), y es una muestra de cómo se pueden conseguir ventajas de la indolencia del Poder Judicial y el Estado.
Sólo unos apuntes sobre este curioso caso: (1) a fines de octubre de 2012, el Juez de Paz del Centro Poblado de Nuevo Mundo recorrió terrenos del Fundo El Ángel, de propiedad de Agropecuaria san Ramón constatando por acto que: “se encuentran abandonados, es decir que nadie se encuentra en posesión, ni existen vestigios que lo hayan estado, es decir que la tierra que Melgar arrebató al Estado supuestamente porque el sí la trabajaba, no había sido nunca trabajada y era más bien una reserva para la expansión de los negocios del congresista; (2) Sin embargo, en un proceso de cuatro años, un Juez de Huaura vio otra cosa (o se la hicieron ver, llevándolo por otros espacios de la empresa) y confirmó que había una próspera actividad agropecuaria en lo que antes eran terrenos en los que el ministerio de Agricultura no había invertido; (3) el procurador del ministerio que debía defender el interés del Estado, increíblemente se pasó del plazo para apelar, quedando consentido el fallo de primera instancia y Melgar se quedó con 471 has, superior a la superficie del fundo asignado, basados en planos mal hechos que invadían la propiedad de terceros.
Pero lo mejor de la historia es lo siguiente: (4) entre los documentos que obran en el expediente de prescripción adquisitiva de dominio figura la Declaración Jurada de Ángel José Carrasco Yola, de agosto de 2009, que dice que “con fecha 14 de octubre de 1994 transferí al Sr. Elard Galo Melgar Valdez la posesión de un terreno de cuatrocientos quince hectáreas (415 aproximadamente) denominado Fundo El Ángel… colindante con el fundo Pampa Grande… Transferencia que efectué por razones económicas, habiendo entregado un plano y documentos para continuar el trámite de titulación”. (5) Pero según COFOPRI, existe una Memoria Descriptiva sobre el Fundo El Ángel, de marzo de 1992 (¡), también presentada como prueba judicial, que indica que el terreno de 415 has tiene como propietario en ese año a Agropecuaria San Ramón EIRL, e indica que se encuentra en producción de productos de exportación, siendo irrigado con aguas del río Huaura, a través del canal San Felipe; (6) pero, según los registros públicos, la solicitud de inscripción de Agropecuaria San Ramón EIRL, data del 2 de agosto del 2000, o sea no existía cuando COFOPRI la consideró “propietaria”, ni había ninguna producción en el fundo porque entonces no habría habido prescripción de dominio; (7) finalmente lo que es cierto es que en los años 90, el señor Melgar estaba en el negocio de la papilla, que es su primer capital, que empezó en 1995 . En consecuencia todo el proceso para hacerse de tierras colindantes a su principal propiedad (Pampa Grande) ha estado basado sobre falsedades.
Pero este tipo es congresista de la república, miembro de la comisión desde donde cuida sus intereses y ha pasado por la Comisión de Ética del Congreso, a la que le parece de lo más bien lo que ha hecho.
El robo de agua
A Melgar Valdés lo rodean historia truculentas: el caso más grave el ahogamiento en uno de sus reservorios de tres trabajadores que intentaban espantar parillos que se devoraban los peces tilapias que estaban siendo criados en ese lugar, lo que por lo menos dejó sombras de duda sobre la seguridad en el trabajo que reina en la propiedad del congresista. Otro caso se refiere al proceso que llevó en su contra el gerente de una de sus empresas de la papilla, por incumplimiento de contrato (originalmente eran competidores pero luego le propuso una asociación y no cumplió con sus obligaciones) Este asunto derivó en un proceso penal por denuncia calumniosa, debido a que lanzó falsas acusaciones en contra de la parte. Finalmente arregló el caso de manera directa con el afectado y movió influencias judiciales para que la acción penal le resultara favorable y no hubiera apelación del estado por el uso de documentos falsificados.
Convertido en congresista, a don Elard no le quedaba más que dejar la función de propietario, accionista del 100 % de los títulos de Agropecuaria San Ramón y gerente general con todos los poderes. Pero ingenioso el hombre toma un acuerdo de asociados (es decir de él) para traspasar la gerencia a su hijo del mismo nombre, Elard Melgar Rivera, y mantuvo el “acuerdo” sin inscribir hasta la fecha en que se auto-nombra, contra la ley, en el cargo de apoderado, con funciones propias de la gerencia. Obviamente en Huacho y todo Huaura, especialmente entre los dirigentes de la Junta de Regantes de la provincia y la Comisión del Canal de San Felipe, el Elard papá es el que hace y deshace en su empresa y en decisiones que comprometen toda la zona: a quiénes se da agua y a quiénes no, autoridades administrativas y judiciales y últimamente ha pretendido amedrentar el ejercicio libre del periodismo.
No hay duda que la combinación más perniciosa que puede haber es la del poder económico, con el político y el gremial. Y eso que lo cuenten los campesinos, agricultores y vecinos de Huaura. Hace muy poco nomás, cuando está en plena apelación la más reciente sanción que la Autoridad Local del Agua de Huaura (ALA Huaura), de la que el congresista de la empresa San Ramón se defiende diciendo que ellos no controlan el abastecimiento de agua, el personaje en cuestión no tiene empacho en lucirse públicamente en una mesa del restaurante El Rosal, con los miembros de la Comisión de Regantes de San Felipe, responsables de “controlarlo”, en la que revisan papeles probablemente referidos a la disputa con las autoridad administrativa, y de posar a la salida de la amena reunión antes que el congresista aborde su camioneta 4x4. Obviamente está diciendo que no teme ser fiscalizado.
Y, claro, con inspectores del ALA que tienen en sus manos la picante denuncia de que con una autorización de agua correspondiente a 71.82 has, el congresista Melgar hace el milagro de trabajar 1,073 has, de terrenos acumulados mediante compras a otros propietarios y prescripción adquisitiva, y que en una primera visita en el año 2011 lo señalan en falta grave por estar irrigando 477.11 has, es decir seis veces más, dejando por cierto en el aire lo que pasa con el resto de las tierras (¿no era que se tenía produciendo al Fundo El Ángel, antes del Estado?). Esa falta ciertamente le debía costar 30 UIT, según Resolución 167-2012-ANA-ALA Huaura, al tramposo que decía en su defensa haber descubierto métodos de irrigación supertecnificados que le permitía la maravilla de de multiplicar la eficiencia de cada gota de agua. Este caso denunciado por la prensa lo llevó hasta la Comisión de Ética del Congreso que hizo dormir el expediente largo tiempo hasta que Melgar pudo mostrar la Resolución Jefatural Nº 437-2012-ANA, de la Autoridad Nacional, que declaraba fundada la apelación de Agropecuaria San Ramón, de propiedad del congresista y anulaba los efectos del fallo de la instancia inferior.
Esto bastó para que los éticos congresistas colegas de Melgar lo exculparan de las razones por las cuales estaba siendo investigado y para mayor seguridad añadieron que el que sigue siendo dueño y apoderado de la empresa no es necesariamente responsable de los errores que ésta cometa. Bien, pero la ANA en solemne contradicción aseguraba en su misma resolución 437, que la empresa de Melgar sí había cometido infracción grave y que debía haber nueva inspección y sanción por los excesos en el uso del agua autorizada. Se armó, por cierto una disputa legal, porque Melgar arguye ahora que está siendo doblemente investigado por lo mismo. Y la ALA-Huaura afirma en su nueva Resolución 0236-2012-ANA-ALA del 21 de diciembre de 2012, que Agropecuaria San Ramón “ha trasgredido normas…no existiendo sustento ni justificación alguna, dado que la empresa viene utilizando agua para irrigar 280 has…”, “no ha podido desvirtuar lo imputado debido a que viene utilizando un mayor volumen de agua al otorgado…”, y concluye “recomendando se aplique sanción administrativa a la empresa Agropecuaria San Ramón SAC”, por “falta grave” e imponiendo una muta de 4.99 UIT por incurrir en infracción en materia de recursos hídricos.
La historia parece ser la de funcionarios que quieren estar bien con Dios y con el Diablo, lo que se observa en el enredado camino de las resoluciones que aprecian cada vez menor tierra irrigada ilegalmente, pero afirman que siempre hay infracción, mientras le rebajan la pena, y el empresario congresista vuelve a apelar. El tema es que Melgar Valdés da toda la impresión de haber pasado el límite donde las personas deben ser cuidadosas de las normas y ajustarse a lo que se les está permitido. Todo hace ver a un personaje que se siente seguro como un gran señor de tiempos feudales. Y encima es congresista por un sector de la política que lleva una fea marca de corrupción.
25.03.13
www.rwiener.blogspot.com
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