Hasta qué punto se puede ser de ridículo para reclamar por
un medio público que la alcaldesa Villarán renuncie a su cargo después de la
votación del 17 de marzo porque la mayoría de sus regidores resultaron
revocados, como lo hace el despechado comentarista del Sí, Martín Santiváñez
Vivanco, para variar en las páginas del diario “Correo” que casi ha logrado la
unanimidad entre sus columnistas.
“…Espoleada por los periodistas que reciben grandes sumas
del municipio y la sarta de incapaces que casi la conducen al cadalso, la
alcaldesa aspira a perdurar”, escribe este genio incomprendido que no se ha
dado cuenta que hubo un veredicto claro de las urnas que le dijo NO a la
pretensión de forzarla a dejar el cargo.
La mayoría de Lima, cualquiera sea sus razones, ratificó a
su alcaldesa y mandó a rodar a Aldo M, Marco Tulio, Castañeda, Santiváñez y
otros que se metieron a empujar la revocatoria de todas las autoridades de la
ciudad para poder sustituirlas. Teniendo todas las de ganar la derecha extrema
desperdició una ventaja que según las encuestas llegó en algún momento a ser
del 30%.
Es verdad que Susana ha perdido a gran parte de sus
regidores, pero aún no los ha ganado ninguna otra corriente, lo que significa
que la lucha continúa para asegurar una alcaldía viable. Lo que está totalmente
aplastado es el intento de tomar el municipio por la ventana, y expresión de la
rabia que esto produce son el artículo de Santívañez, las pataletas de Mulder,
el pedido de vacancia de un orate que litiga a pedido, y las malacrianzas de un
juez con nombre de Malzón.
“No existe tal triunfo”, grita Santívañez, y para mostrar su
sabiduría añade “una cosa es una campaña electoral financiada de manera
exorbitante y otra, muy distinta, el gobierno…” Claro que es muy distinta la
campaña del gobierno, como lo es comprar un pasaje y hacer un viaje, pero qué
tiene que ver eso con que no haya habido triunfo. Que la campaña haya costado
tal o cual dinero, ¿anula el triunfo?, si financiarse también es parte de la
lucha política y normalmente a los partidos del Sí, nunca les ha faltado
dinero. ¿O será que el señor Benavides que salió a apoyarlos no les quiso dar
de la suya y tampoco Alan García sacó dinero de alguna de sus conferencias, y
que todo salió del bolsillo de
Comunicore?
En fin, se puede discutir sobre los problemas de gestión del
municipio que pusieron en riesgo la continuidad del mandato de Susana Villarán,
su relación con el pueblo y los problemas de Fuerza Social como partido, lo que
no cabe es que los revocadores derrotados en las urnas nos quieran atarantar.
El estilo Marco Turbio que descanse en paz.
30.03.13
1 comentario:
La imbecilidad de Santivañez no tiene límite.
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