Artículo 60- Pluralismo Económico
El Estado reconoce el pluralismo económico. La economía nacional se sustenta en la coexistencia de diversas formas de propiedad y de empresa.
El Estado reconoce el pluralismo económico. La economía nacional se sustenta en la coexistencia de diversas formas de propiedad y de empresa.
Sólo autorizado por ley expresa, el Estado puede
realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirecta, por razón
de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional.
La actividad empresarial, pública o no pública, recibe
el mismo tratamiento legal
Constitución
del Perú 1993
El PPC de Lourdes
y el APRA de García, estuvieron entre los partidos que llamaron a votar por el
No, en el referéndum para aprobar la Constitución del 93. Hoy, ambos son fieles
creyentes, entre otras lindezas del llamado documento fujimorista, del concepto
de Estado subsidiario de la actividad empresarial, entendida según el
diccionario como ayuda que se presta a la otra parte es decir a la inversión
privada.
Sólo una crisis
endemoniada como la que afectó al Perú hasta entrados los años 90, puede
explicar que se otorgase al Estado un rol tan vergonzoso y se le amarrara las
manos como actor autónomo en la economía, muy a pesar de que en la primer línea
del mismo artículo 60 se hablara de pluralismo. Visto desde el lado de la gran
inversión, que usualmente es estatal o extranjera, el bendito artículo debía
traducirse que sólo cuando las transnacionales no quisieran hacerse cargo de una
actividad económica, por ejemplo hacer una carretera o un puerto, el Estado
subsidiariamente debería reemplazarla.
Y eso es lo que
hoy defienden el PPC y el APRA con un ardor que supera al genio fujimorista que
legisló que en el Perú intervengan empresas estatales siempre que sean
extranjeras, como ocurre en buena medida con Repsol. La tesis por supuesto es
que el Estado peruano es adicto a la estatización así que si empieza por algún
lado, al poco tiempo habrá multitud de empresas públicas sacando del camino al
capital privado, y que Ollanta es una especie de chavista reprimido que si se
le da la mano para intervenir en la economía lo hará hasta el cuello y usará
los recursos que obtenga de esa aventura para la llamada reelección conyugal.
O sea estamos en
pura política y en una especie de coletazo de la peor época de los años 90.
Pero miren ustedes cómo será de defectuoso el andamiaje constitucional que nos
dejó la dictadura que no sólo desmiente su proclamado pluralismo, sino que
pretende que hay un mismo tratamiento legal para lo público y lo privado,
cuando no lo hay. Y a pesar de que Petroperú esta fuera de los alcances del
mamotreto del 93, porque existía anteriormente y tiene su ley orgánica y la más
reciente, que apunta a su fortalecimiento, la DBA insiste en llevar el caso al
Congreso en donde aspira estrangular a la principal empresa estatal.
30.04.13
www.rwiener.blogspot.com
2 comentarios:
Si la inversión es con dinero del estado(nosotros) necesariamente tiene que ser autorizado por el Congreso, le guste o no.
Es que tienes al frente el artículo de la Constitución fujimorista que explica que para formar una empresa pública nueva se requiere la aprobación del Congreso y este no es el caso. Por si acaso García se tiró en dos años una increíble cantidad de dinero en inversiones que decidió arbitrariamente sin ninguna consulta con el Congreso.
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