Aún antes de
comenzar el actual gobierno, ya se sabía que se instalaría una comisión
especial para investigar la gestión presidencial 2006-2011, y aclarar muchas
cosas oscuras de ese período y deslindar si se cometieron delitos y faltas a la
Constitución bajo ese gobierno.
Se conoce que el
APRA, con el apoyo del fujimorismo, bloquearon la posibilidad que Javier Diez
Canseco dirigiera esa comisión, lo que fue una primera evidencia de que existía
miedo, pero el nacionalismo cedió a la presión y aceptó una composición
negociada y una presidencia con menor perfil político.
Han pasado dos
años en los que la táctica García, que empezó ninguneando a sus investigadores y
repitiendo que él no la debía y por eso no temía, ha producido un viraje de
emergencia que se expresa en la carta a la Defensoría del Pueblo, que en
resumen significa que ya no quiere responder preguntas sobre su gobierno y que
el objetivo ahora es acabar con la investigación y que otras instituciones del
Estado lo saquen del aprieto.
Cuando el país
está esperando una explicación sobre el punto más agudo de la megacomisión, el
de los narcoindultos y narcoconmutaciones, García se queja de que entre miles
de gracias concedidas no le digan cuáles le cuestionan, fingiendo que no
entiende que la mayor acusación que le recae es por qué abusó del derecho de
gracia y por qué no respetó las leyes que prohibían los beneficios para
narcotraficantes y violadores de niños.
Los casos
concretos están en los diarios y cada día incrementan la imagen de un uso
mafioso del dispositivo constitucional, en el que probablemente se canjeaban
libertades por una cifra de dinero. Este tremendo caso de corrupción pretende
evadirlo Alan García recurriendo a asuntos procesales. Como que en otros casos
también tira la pelota fuera de la cancha: ¿quién presionó a Business Track?,
¿dónde está lo malo de los Decretos de Urgencia?, ¿por qué tendría que saber lo
que hacían Cornejo, Garrido Lecca, Arana y otros funcionarios que le preparaban
las grandes inauguraciones de su gobierno?
El presidente
sabelotodo, de pronto ya no sabe nada. Y por si fuera poco ni siquiera sabe que
su lugarteniente Mulder ha declarado “propio de un payaso”, el fallo sobre el
caso Diez Canseco, que García invoca a su favor para exigir un debido proceso.
Claro que aquí no se aplica el paralelo, porque no hay aún acusación ni menos
sanción contra su persona. Pero la mención refleja que el expresidente se las
va jugar a fondo justamente para impedir que la megacomisión pueda acusarlo.
Hasta ha adelantado su candidatura y abierto varios frentes: Nadine, indulto a
Fujimori, chavismo de Humala, para sacar su tema del centro de la coyuntura
política. Pero mala suerte, cada día aparecen más denuncias y AGP está más
acorralado.
25.04.13
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