Una
muy valiosa exploración del mundo real del Sí, acaba de ser presentada por la
revista Hildebrandt en sus trece, con la firma de la periodista Ana Briceño, en
la que se sale del tema de la cúpula corrupta de los revocadores y los
políticos agazapados que los acompañan, y se recoge la voz de pobladores de las
zonas más pobres de la ciudad que no quieren a la alcaldesa. Aquí una pequeña
selección de opiniones de los sectores D y E:
“A
mí no me gusta la señora. No es fuerte como alcaldesa” (Hilaria Carrasco); “Hay
asentamientos humanos con el nombre de Castañeda. Habrá robado pero hace sus
obras, pues ¿quién no roba? (Miguel Gómez Guerra); “Ella sólo se hace
publicidad y nunca se le ha visto inaugurando una obra” (José Mego Fernández);
“No me gusta nada esta señora… comete abusos con los ambulantes” (Jorge León
Yauli); “Castañeda ha robado, pero hizo obra. A Susana, en cambio, le falta”
(Gerardo Espinoza); “…yo trabajo hasta las 11 de la noche y cuando quiero tomar
colectivos a San Juan de Lurigancho no hay. Ella los ha restringido, les pone
papeleta porque dice que son informales” (Maritza Granizo Carrillo); “… mis
hijos son transportistas y les ponen papeletas caras por orden de la señora.
Ella está jugando con el pan de los pobres” (Raquel Herrera Quinto); “Yo voy a
votar para que se vaya del municipio porque las papeletas han subido” (Jonás
Mansilla Gómez); “Yo la veo como una mujer sin carácter, muy suave” (Aurelia
Aldana Campos); “No es como la esposa de Ollanta que sale en la televisión
haciendo obras. A ella no se le ve en nada” (Elizabeth Hinostroza Pariona).
Varios
elementos se hacen notar en estas palabras: (a) la corrupción del poder no es
ninguna novedad y su denuncia no conduce a un rechazo inmediato de la
gente, como podríamos suponer todos los
que hemos hablado de la revocatoria mafiosa; (b) los cambios que ha se propone
la Municipalidad de Lima que tienen que ver con la informalidad y el
transporte, son resistidos en los sectores más pobres porque ellos sienten que
el orden, las reubicaciones, las papeletas, los pasajes, los afectan y
preferirían seguir como antes; (c) la imagen del gobernante en D y E, es la de
un padre autoritario que les lleva cosas y tiene firmeza. Curiosamente varias
mujeres se quejan de que la alcaldía esté en manos de una mujer; (d) la
televisión crea al personaje político y hace desaparecer al que no le gusta,
pero la publicidad institucional no mejora la imagen.
Todo
esto puede definirse como un profundo conservadorismo social o resistencia a
los cambios, que se perciben como amenazas, unido a un autoritarismo político
que puede en algunas circunstancias confundirse con machismo y un escepticismo
total respecto a las posibilidades de un gobierno sin corrupción. Todo esto no
es sino la sedimentación de la herencia fujimorista y de la fujimorización de
la política durante los últimos 20 años. In estado de ánimo muy difícil de
modificar de aquí al 17 de marzo.
02.02.13
3 comentarios:
Me gustaría que exprese un análisis de lo que debería plantear la izquierda a la alcaldesa con respecto a la imposición de una formalidad económica neo liberal a la masa más pobre.
Cómo desarrollar la izquierda en esta revocatoria?
Qué interesante nota.
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