jueves, febrero 28, 2013

Los panzones y el crecimiento


El último domingo, otro ilustre “panzón” salió a reclamar su contribución al crecimiento a través de las páginas de El Comercio[1], y para sorpresa de los que lo leyeron aseguró que era él y la institución que dirige la que puso en vereda a personajes tan disímiles como Alan García, Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori, que antes de las decisivas elecciones de 1990 ya estaban alineados con el Consenso de Washington y el programa del IDL, lo que, afirma, a él le consta personalmente.

Interesante observación para la que De Soto alcanza diversas pruebas. En el caso de García, anota que al final del primer gobierno se dictaron diversas normas propuestas por IDL para la formación de empresas y el presidente se adhirió públicamente al “capitalismo popular”, pero después de la estatización de la banca ya nadie le creía. Podrían añadirse los paquetes de ajuste que García lanzó entre 1988 y 1989, que seguían la pauta del FMI, que De Soto no menciona quizás por pudor porque fueron gasolina a la crisis.

Respecto a Fujimori, el economista del ILD recuerda conversaciones de 1989, en las que el candidato asumió varias de sus ideas. Pero lo principal es lo que ocurre antes del cambio de gobierno cuando Fujimori retira su oposición al shock y acepta “reintegrarse a la economía mundial” de la mano del ILD. Sobre Vargas Llosa la historia es conocida, como lo es la sonora pelea entre el escritor y el economista. Finalmente dice De Soto que Humala no es sino un seguidor del “contrato social” que establecieron los políticos mencionados que a su vez escucharon al autor de “El otro sendero”.

Hay varios ángulos para considerar a partir de estos elementos: (a) que el agudo pleito de las elecciones de 1990, fue en buena medida una farsa que sólo buscaba resolver quién sería el encargado de realizar las mismas medidas; (b) que los consensos para realizar el ajuste y la reforma neoliberal se produjeron en las alturas; (c) que cuando el presidente Humala dice que son las mayorías populares y no los “panzones” lo que nos han dado el crecimiento, se está refiriendo tal vez sin mucha conciencia, a quién puso el sacrificio y aguantó los dolores de la economía de las inversiones, y a quién se le pide seguir ajustándose cuando otros se la llevan grande.

Fue Ollanta el que dijo que el crecimiento no era suficiente en sí mismo, ni aún si se le añadían programas sociales para los más pobres. Pero ahora está en la ruta de los panzones que no le gustan, de ahí ese intento de apelación al pueblo que sufrió los engaños de los candidatos y la dureza del mal reparto de la riqueza social.

28.02.13
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[1]“La importancia de ser panzón”, Hernando de Soto, El Comercio 24.02.13

miércoles, febrero 27, 2013

El No y el Sí

Para explicar porqué el Sí empezó tan alto en las encuestas que resultaba muy fácil para los revocadores asegurar que eran algo así como la representación de un “sentimiento del pueblo” y de paso asumir que esta era una condena por la “incapacidad” de la alcaldesa, habría que recordar lo que sucedió en las otras dos consultas previas en las que también estuvo en juego decidir por el Sí y el No.

Aunque se mencione poco, en el año 1993 fuimos convocados a decidir si se refrendaba la Constitución de Fujimori votada por el llamado Congreso Constituyente Democrático (CCD) con votos exclusivos del fujimorismo, enfrentado a una oposición variopinta, dentro de la cual figuraban muchos que hoy son fieles defensores de lo que Borea llama el documento de la dictadura.

Esta fue una definición entre Sí y No, que se resolvió de una manera estrecha y en la que menudearon acusaciones de fraude, con distritos enteros bajo control militar votando 100%. En realidad la disyuntiva de ese año era entre ratificar el plan del gobierno que incluía la reelección, o rechazarlo. Este referéndum, en condiciones de dictadura, mostró que mucha gente había usado la papeleta electoral para expresar una crítica al poder que no tenía cómo manifestarse, independiente de su opinión sobre los detalles constitucionales que muchas veces no se conocían.

En octubre del 2005, el gobierno de Toledo que había iniciado un errático proceso de regionalización, elevando a los departamentos a la condición de regiones con cargo a su posterior integración en entidades más funcionales, convocó a un referéndum sobre el Plan de Regionalización, donde los habitantes de todo el país menos Lima, debían votar si estaban de acuerdo o en contra. Ganó el No, lo que en realidad era muy mala noticia porque mantenía la falsa regionalización sin poder efectivo que dura hasta hoy, pero que tenía sentido si se trataba otra vez de votar contra el gobierno.

No olvidar al respecto que el APRA votó por el No, después de haber estado en el trabajo parlamentario por el Plan de Regionalización, y lo hizo por el estricto cálculo de que la población estaba aprovechando la consulta para expresar otros descontentos. Me parece que esta reflexión es pertinente para entender porque abierta la vía para sacar a una autoridad, con sus cosas buenas y malas, mucha gente se propone usar este “derecho” para derrotar a los que mandan.

Puede que hayan bastantes que tienen razones municipales, pero sospecho que una buena parte del Sí, quieren decir que no están contentos en una situación en la que los voceros del poder aseguran que deberían estar felices. Que le haya tocado a la alcaldesa ser enfrentada con este sentimiento no es más que un efecto de la legislación y de la maniobra de un grupo de tramposos profesionales.

27.02.13
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El malinterpretado

Vaya uno a saber lo que quiso decir Raúl Diez Canseco cuando aseguró en televisión que dirigentes del APRA, le habrían tratado de convencer para participar de un complot para reemplazar a Toledo en la presidencia, lo que suscitó un escándalo en las filas de Alfonso Ugarte donde los emplazamientos más amigables señalaban que no fuera cobarde y diera los nombres y otros que era a él y no al presidente al que el APRA quería sacar del lado. Alan García por su parte ha aprovechado las circunstancias para hacer teoría de la conspiración y para culpar al omnipresente Favre de esta situación en la que los apristas tienen que responder a acusaciones de hechos pasados en pleno proceso de la revocatoria.

Pues bien, el exvicepresidente que renunciara en el 2003 en medio de un feo escándalo de amor otoñal y favorecimiento impositivo a su futuro suegro, acaba de dar marcha atrás sobre sus propias palabras. He sido malinterpretado, advierte, pero lo que nadie entiende es qué lo motivó para meter el tema de un singular complot que nadie conocía, con lo que ciertamente recuperó las primeras planas de la política, pero sólo para abandonarlas días después en medio de un magnífico ridículo. Siguiendo a García, y para el caso a Marco Tulio Gutiérrez, se podría decir que esta también podría ser una estrategia maquiavélica de algún Favre revocador para victimizar al APRA y luego limpiarla de sus supuestos pecados.

Claro que el asunto no acaba allí. Porque la verdad histórica es que el APRA y Alan García sí quisieron vacar a Toledo. No por lo que era la crítica directa de la izquierda sobre la traición a los compromisos de la transición democrática del año 2000: ninguna concesión a los corruptos, cambio de Constitución, democratización, no más privatizaciones, etc., sino porque lo vieron vulnerable por sus bajos índices en las encuestas. Como ahora, con la revocatoria, la idea era montarse en una vaga ola de cuestionamientos para provocar un giro político que permitiera al partido de García salir de la posición de perdedor con la que comenzó la anterior década. Como para la presidencia no hay revocatoria, la vía era presionar por la vacancia por incapacidad moral.

Ahí es donde encajaba la primera versión de Raúl Diez Canseco y no tenía nada de fantasiosa. Ahora, si el personaje se ha sentido intimidado por Mulder, Del Castillo y otros, o si ha considerado que él también tiene su propio techo de vidrio, habrá que dejarlo con sus contradicciones. Pero lo importante sigue siendo lo que dijimos hace unos días: que la conducción de García tiene todos los vicios de la improvisación. En estos días se están viendo las consecuencias de eso en los locales vaciados de militancia y en la raleada asistencia a la fraternidad del 22 de febrero.

25.02.13
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martes, febrero 26, 2013

Intimidando a la prensa


Era la mañana del último sábado la provincia de Huaura estaba agitada por la visita del presidente Ollanta Humala. Los periodistas del diario judicial-regional Así, que se publica en la ciudad de Huacho, estaban de comisión para cubrir diversos aspectos de las actividades presidenciales y en la redacción sólo estaba el director, Danilo Tito Virú Polo.

En esas circunstancias se estacionó frente al local de prensa una camioneta 4x4, color plata, de la que descendió el congresista Elard Melgar Valdés y se dirigió a las oficinas del director a las que ingresó como si se tratara de su casa haciendo bromas de mal gusto aludiendo a reciente publicaciones en las que Así, hace eco de las denuncias de LA PRIMERA sobre el robo de agua en Huaura y el comportamiento poco ético de la Comisión de Ética que preside Humberto Lay.

Siguiendo la línea de nuestras investigaciones, el diario huachano advierte que Valdés fue exculpado falseando dos puntos cruciales: (a) que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) a pesar de haber anulado la primera resolución de nivel local, ha considerado que sí hay infracción grave por robo de agua, por parte de la empresa de Melgar y ha dado curso a un proceso sancionador; (b) que a pesar que se diga de que los hechos de la empresa Agropecuaria San Ramón no comprometen necesariamente al congresista, sí lo comprometen porque este sigue siendo accionista mayoritario y apoderado con amplios poderes, contraviniendo la Constitución.

Por remarcar estos hechos citando a nuestro diario, Melgar aprovechó las circunstancias del último sábado para tratar de intimidar al diario Así, amenazando con entablar juicios en su contra y recurrir a “otras medidas” que no se sabe cuáles serán. En su titular de ayer lunes 25, el periódico de Huacho señala: “Melgar no respeta la Constitución”, con un sobretítulo que dice: “Congresista fujimorista es dueño de Agropecuaria San Ramón”, y una bajada que añade: “Con juicios y amenazas pretende intimidar al periodismo independiente”.   

Finalmente en el contenido de la nota central, el diario Así afirma: “ustedes son testigos amables lectores, siempre hemos destacado la labor congresal de Elard Melgar, sobre todo cuando ha salido en defensa de la ciudad de Huacho como sede regional… En el diario ASÍ, no hemos sido mezquinos con su trabajo congresal... Pero en el caso que tocamos, del agua que riegan sus tierras, y en la adjudicación a todas luces irregular del Fundo Él Ángel, de más de 400 hectáreas, entregadas por un juez, cuando nunca tuvo en posesión ese predio, que le pertenece al Estado peruano, consideramos que debe ser investigado este otorgamiento para que no quede duda alguna, y sobre todo por la propia salud moral del congresista Elard Melgar”.

Y de la ética, añadiríamos desde acá.

26.02.13
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domingo, febrero 24, 2013

El pastor Lay


Entre las muchas cosas por las que el pastor Lay deberá responder ante el juicio final al que su religión asegura estaremos sometidos todos, estará sin duda su reciente adhesión a la revocatoria en Lima, en nombre de una comunidad a la que nunca ha consultado y en momentos en que las opciones por el Sí y el No se han convertido en una disyuntiva entre el camino violento en la política y el de la canalización institucional de las diferencias.

Increíblemente un exmiembro de la Comisión de la Verdad ha escogido el día siguiente de la lumpenesca movilización hacia la casa de la alcaldesa, para hacer su anuncio escudándose en los “errores” de la administración municipal, como si eso fuera realmente lo que estuviera en debate. Lay, por supuesto, sabe que ha escogido un sitio al lado de otro pastor, de apellido Linares, campeón de la homofobia y de las violaciones impunes a menores valiéndose de la fe ingenua de sus feligreses. Pero el buen Lay también tendrá que decir algo sobre las acusaciones que miembros de Restauración Nacional, su partido, le hicieron sobre mal uso del dinero de campaña.

Finalmente el pastor Lay tendrá en la conciencia su papel como presidente de la Comisión de Ética, donde ha hecho un bloque con el fujimorista Díaz Dios, Urtecho de Castañeda, Mulder del APRA y Castagnino de Perú Posible. Con esta composición y en medio de hipocresías, ausencias calculadas y una avalancha de mentiras, sancionaron al congresista Diez Canseco y le quisieron, en base al número y la cobardía del partido de gobierno, colgar el cartel de corrupto para que se piense que todos son iguales.

Lay no votó en la comisión por la sanción y no quiso sustentar como le correspondía un caso que sólo estaba apoyado en el odio gratuito del director de un medio, pero permitió que avanzara el abuso y al final dio su voto por la arbitraria suspensión de Diez Canseco, quién está hoy muy enfermo, y entre sus heridas más profundas debe estar probablemente la traición a la ética de la Comisión Lay que se prestó para la venganza política.

Esta semana además hemos puesto sobre la mesa la vergonzosa actuación de Lay y su Comisión para limpiar al congresista roba-agua, Elard Melgar Valdés, al que la Autoridad del Agua (ANA) le está siguiendo proceso sancionador por apropiarse de agua de riego que no estaba autorizado y que la niega a los campesinos y otros agricultores, maniobrando con el eterno presidente de la Junta de Regantes que responde a sus intereses. Asimismo, que contra la Constitución sigue siendo accionista mayoritario y apoderado de Agropecuaria San Ramón, que está en condición de denunciada. O sea que no se puede robar cable o comer oro, pero si monopolizar y robarse el agua.            

24.02.13

sábado, febrero 23, 2013

Nuevos rumbos en Petroperú


Después de la salida de Álvaro Vidal de la presidencia de Essalud, el ministro Jorge Villena que tiempo después protagonizaría  el sonado caso de la agresión a una trabajadora en el aeropuerto de Arequipa que le costó el puesto, dijo en tono de quién no tiene que dar más explicaciones que lo de Vidal era una renuncia, y ese era un acto voluntario que él no tenía por qué interpretar. Se ha sabido luego, aunque Álvaro no haya querido declarar, que la “renuncia” le fue pedida varias veces por Villena en nombre del presidente y la primera dama, hasta que se hizo evidente que no se puede dirigir una institución pública teniendo en contra al responsable del sector.

Lo mismo se repitió con la “renuncia” de Humberto Campodónico a la presidencia de Petroperú. Según el ministro aquí no había pasado nada y el presidente de la empresa petrolera del Estado se habría ido porque la renuncia es voluntaria ya que todos los planes que estaban en marcha fueron ratificados por el nuevo directorio. Pero los más enterados saben que aunque con énfasis distintos los dos ministros claves, de Economía y Energía y Minas, le pidieron varias veces su carta a Campodónico e hicieron declaraciones públicas contradictorias con las decisiones de la empresa. Están por cumplirse dos meses del cambio de conducción y la pregunta es qué se ha hecho más allá de la supuesta ratificación de planes.

Veamos algunos datos: está corriendo el plazo de 90 días en que se mantendrá válida la propuesta de la empresa española Técnicas Reunidas para iniciar la modernización de la refinería de Talara. Resta poco más de un mes y se vence el tiempo señalado las cifras del estudio técnico que se pagó para realizar este importante proyecto, empezarán a desactualizarse y volveremos al punto de partida. El ministro Merino que ahora está actuando como si fuera el vocero de Petroperú ha hablado de esperar hasta el fin del trimestre restando autonomía al directorio. Mientras tanto las posiciones hostiles al fortalecimiento de la empresa estatal están sacando cabeza para cuestionar el gasto de la refinería y los “sueños” de Campodónico.

En cuanto a la inversión en campos, Petroperú ya cuenta con la autorización necesaria para asumir el Lote 64 de Talismán. Pero Perupetro, a instancias del ministerio de Energía y Minas, ha publicado una invitación a inversionistas privados a participar. El caso es una confusión que podría ser deliberada ya que un aspecto son los pozos que pueden entrar en producción de inmediato y otro el de las actividades ampliación de la exploración que requiere capitales de riesgo. Entretanto el ministro se ha puesto a hablar de compra de grifos, aumentando el tono de los antiestatistas y sacando del foco los temas importantes por un asunto secundario.

23.02.13
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viernes, febrero 22, 2013

Merece más



“Lima merece más”, rezan parte de los carteles colocados prácticamente en todos los postes de Lima. Junto con ellos están otros que dicen “Por incapaz” (que los revocadores se niegan a retirar a pesar de la exigencia del Jurado de Elecciones) y “Lima está parada”, que es una obvia respuesta a la consigna del No que plantea que “Lima no puede parar”.

En fin, si Lima merece más, ¿qué es lo que merece? Busquen una respuesta y verán que no hay una sola idea sobre un nuevo plan para la ciudad, una alternativa a la reforma del transporte, o algo distinto que hacer con el problema de La Parada, nuevas obras o cualquier cosa. Tampoco se dice algo serio sobre los proyectos en marcha salvo que la persona de la alcaldesa sería “incapaz” o incompetente para gestionar a la ciudad, por eso se le rebela el río, el cerro El Pino y el señor Rau Rau.

Entonces estamos ante un asunto de personas y no de programas. Es decir “merecemos” a un personaje que es “más” que la alcaldesa. ¿Y quién es? Obvio. Alguien que como resultado de las elecciones presidenciales del 2011, está desocupado pero que como exalcalde no tiene pierde. Puede decirse que según este concepto, todos los limeños y no solo Villarán, somos unos incapaces frente a Luis Castañeda, y es seguro que si alguno estuviera en el lugar que este personaje considera su destino natural, estaríamos camino a una revocatoria, porque “Lima merece más”.

No vamos a negar acá que haya gente en sectores populares que estima que Castañeda hizo una “buena alcaldía”, es decir intercambios viales, hospitales, escaleras y lozas deportivas. Harto cemento y un poco de pequeñas obras para pobres, como el fujimorismo, que hasta hoy tiene un arraigo importante en los sectores D y E. “Hechos y no palabras” era la máxima de un dictador feroz que hacía obras, y que 6 años después de ser sacado del poder fue candidato con  muchos votos de gente de pueblo que ya entonces decía no importa que robe porque hace obra.

O sea que “más”, puede ser más del mismo esquema de obras-inauguraciones, que no amenaza el estatus quo, tanto de los que explotan la informalidad y el caos, como de los que sobreviven en la explotación. Castañeda, García, Fujimori, representan, a estas alturas, un maquillaje de modernidad para que la realidad de las mafias, permanezca. Y como el desorden está ahí, se convierten en propuestas autoritarias, de orden a palos. Y como todo consiste en mantener un sistema corrupto, los gobiernos se corrompen casi como un efecto del ambiente. Si esto es el “más” que creen que merece Lima, habrá que estar avisados de que una parte del Perú está empezando a marchar para atrás.

22.02.13

miércoles, febrero 20, 2013

El conspirador


A raíz de las revelaciones de Raúl Diez Canseco sobre la invitación que el APRA le hiciera para conspirar contra el gobierno de Toledo cuando todavía era vicepresidente y ministro de Comercio Exterior,  que de alguna manera corroboran el relato de Jaime Bayly sobre lo que Alan García le dijo respecto a la posibilidad de que Humala ganara las elecciones[1], algunos han recordado la vocación conspirativa del partido de Alfonso Ugarte y las varias veces en que le hizo el juego al golpismo aún en contra de sus intereses.

Digamos que eso es historia. Pero hay un elemento más a considerar en este caso y ese se llama Alan García. Porque las conspiraciones, los forzamientos legales, los golpes de timón improvisados, son una marca particular del sucesor de Haya de la Torre que tiene una tendencia casi sicopática a jugar con fuego. Es verdad que conspirar para tumbar a Toledo porque le iba mal en las encuestas es exactamente igual que colarse en la revocatoria creyendo que la derrota de Susana Villarán que anunciaban similares sondeos la daba un boleto fijo para lograr una victoria política sin mucho esfuerzo.

Así el que algunos reputan como un genio de la política no sólo empuja a su partido a acciones en las que puede fácilmente terminar chamuscado, sino que como buen fanfarrón deja huellas de conversaciones por aquí y por allá. Claro que siempre existe la posibilidad de decir que es una palabra contra otra, pero el problema para él es que los testimonios se multiplican de tal forma que el argumento empieza a sonar como que los apristas piensan que les vamos a creer que todos mienten menos Alan García.

El temperamento impulsivo del “panzón” puede verse además en hechos inolvidables como los penales de 1986 cuando a su orden se ejecutó casi a 300 presos, o Bagua en el 2009 cuando otra decisión alocada (“me los desalojan de la Curva del Diablo”) produjo casi  40 muertos entre indígenas, pobladores urbanos y policías. Y aunque no arrastrara víctimas mortales García es responsable de haber enfrentado a los maestros con el Estado, al congelar sus salarios, dividirlos con la “carrera magisterial” e insultarlos públicamente. A comienzos de su segundo gobierno casi nos mete en la pena de muerte y al final decretó una “emergencia” permanente para farrearse las reservas económicas del Estado sin controles.

Es decir todo encaja en el complot de comienzos de los 2000, y en el que hoy lleva delante de la mano de Castañeda y Marco Turbio contra la Municipalidad de Lima.

21.02.13



[1] Luego García dijo algo que me pareció gravísimo: que si el señor Humala gana las elecciones, él propiciará un golpe de Estado e impedirá, quebrantando la ley, que Ollanta Humala sea presidente. “Aunque me metan preso, Humala no será presidente”, se pavoneó García.

Molestos con las encuestas


¿Por qué al Sí le disgusta tanto que una encuestadora presente un estrechamiento de las cifras de la revocatoria entre las dos opciones y haya decidido salir a desmentirla con excesos del tipo Patricia Juárez que aseguró que la alcaldesa, o el fantasma llamado Favre, le habían pagado por sus resultados sin acreditar una sola prueba de lo que estaba diciendo, y de Nidia Vílchez que afirma que ya conocemos a los de Datum y lo que están buscando?

Meses de meses con todas las encuestas en contra, incluidas las de Datum, han acostumbrado a Susana Villarán a contestar que son situaciones de momento y que no vive pendiente de esas cifras y otras fórmulas más o menos conocidas para estos casos. ¿Por qué los revocadores no pueden admitir, con alguna frase de circunstancia, el movimiento natural de las tendencias y añadir que aún quedan más de veinte días para saber quién es el que gana?

La razón cae de su peso. Y es que toda la historia de la revocatoria y de por qué vamos a ir a votar el 17 de marzo para saber si la ciudad destituye a una mujer que cualquiera sabe que es honrada, bienintencionada y que está haciendo lo que cree mejor para Lima, se fundamenta en que hay una mayoría capitalina que no la quiere y que prefiere a otro que se supone haría más obras y estaría más dispuesto a transar con los grupos de interés que se benefician con el desorden de la ciudad.

Las encuestas establecieron esa correlación desde el 2011 y permitieron a un grupo marginal asumir una fingida representación de ese sentimiento difuso. En otras palabras primero fueron los números que aseguraban que había descontento y después las supuestas razones para revocar. Así dijeron que la alcaldesa no trabaja, no hace obra, las hace mal y se caen, no continúa lo de Castañeda, sólo continúa lo que dejó, etc. Podían decir cualquier cosa porque lo que estaban haciendo era traducir las encuestas.

Por eso cuando el APRA entra a la revocatoria oficialmente asegura que lo hace porque está recogiendo un estado de ánimo popular. La prueba: las encuestas que colocaban al  Si sobre el 60% y a Susana debajo de 40%, que aunque fueran valores muy similares a las de la elección (que fue por mayoría relativa), se presentaban como si fueran evidencia de alguna urgencia para sacar a la alcaldesa del medio.

Entonces ¿qué pasa cuando las estadísticas se sinceran, los que contestan van madurando su decisión y ya no siguen el sentido de la corriente, y las campañas empiezan a funcionar? Lo que ocurre es que los revocadores sienten que se les cae el soporte de toda la operación política. Y se desesperan. Las encuestas los están traicionando. Y eso no puede ser.

20-02.13
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