Los rendidos

Esta semana leí de un solo tirón, a lo largo de un día completo, el libro “Los Rendidos” (Sobre el don del perdón), de José Carlos Agüero, publicado por el Instituto de Estudios Peruanos IEP. Conocí a José Carlos en circunstancias que él recuerda a su manera, sin mencionarme por mi nombre (soy un “conocido periodista), como el efecto de la publicación de un pequeño texto en Internet recordando a su padre, donde supuestamente contaba episodios compartidos en años de juventud.

El padre de José Carlos murió en el Frontón en 1986, como líder del último contingente de resistencia que fue intervenido por los marinos y que en su mayor parte fueron fusilados en el sitio por órdenes quién sabe de quién. En1992, la madre de José Carlos fue muerta por elementos paramilitares que la secuestraron al salir de San Marcos El libro es una reflexión dolida, amarga y a veces injusta, sobre la condición de ser hijo de dos senderistas asesinados cruelmente, pero que en su concepto igual estaban contaminados de los crímenes del partido al que pertenecieron y, quién sabe, por responsabilidades propias.

Yo comenté en pocas líneas que ante el crimen de El Frontón, la crueldad de la acción de la represión, los reducía moralmente, y hacía crecer la fortaleza de los resistentes para seguir peleando y morir sin queja ni dramatismos y recordaba que había conocido por lo menos a uno de estos muertos, a Manuel Agüero. José Carlos, se dirigió entonces a mí, en un mail, y me preguntó si yo había realmente conocido a su padre. Le respondí que sí y a su madre también, incluso antes que a su papá. Y conté anécdotas sobre su coraje y lo recordé también como dirigente de los trabajadores metalúrgicos en años de grandes combates sindicales.

Luego tuvimos oportunidad de conversar personalmente y me enteré, recién en el 2007, de la muerte de Silvia, su madre que para mí era un recuerdo fuerte del pasado y de la militancia sacrificada de comienzos de los 70 y se lo comenté. Hemos tenido otros encuentros pero ese fue el más impactante para mí. Sin embargo veo ahora, que José Carlos ha hecho un libro que trata de exorcizar de sí mismo el pasado y el peso de la memoria de sus padres. Como si le pesara tremendamente, a pesar de que en sus ideas no se nota ni una gota de influencia del senderismo, pienso que porque su madre lo protegió, con sus hermanos de esa influencia.    

Me sorprende que a un historiador, no le interese reconstruir la historia previa de sus padres, lo que los llevó a la violencia, y cómo fueron antes de entrar al partido. Es una opción que hace aparecer las ideas y las acciones subversivas de la nada, como la irrupción de un mal en la vida de todos, empezando en los niños y jóvenes que no entendían a sus padres.

11.04.15

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