lunes, abril 27, 2015

Antiagro

Para la gran prensa, un agricultor indignado porque le abren un inmenso tajo en el cerro encima de su chacra, es un antiminero súbito que es contrario al desarrollo del país. Es tan malvado que merece que le metan una bala y lo maten, y para que los papagayos de la prensa y de la Internet echen las culpas a las propias víctimas de que estaban buscando un muerto, pero los que dispararon fueron ellos.

Tal vez los antimineros habían tenido todo previsto para que un policía le pusiera un arma punzocortante a un activista para retratarlo como peligroso, como ha sido probado documentadamente. O los antimineros inventaron el anuncio de un alto funcionario de la Southern de que se iban por el asedio de los “terroristas antimineros”, y en la misma tarde la ministra de Minas conversaba con el presidente de la empresa y le ofrecía que iban a pasar por encima de los enemigos de la inversión.

Dentro de los columnistas de la derecha el único que dice la verdad de lo que piensan es Aldo M, que abiertamente desprecia la pequeña agricultura de El Tambo (y de cualquier otra parte), porque no mueve la millonada de dólares de un profundo hueco minero. Los demás se escudan en la ideología antiminera y sus promotores, la supuesta ignorancia de los agricultores, el violentismo, etc. Pero en el fondo, así como una agricultor puede ser antiminero porque rechazan que lo invadan, un prominero es un antiagro, no solo porque hace análisis de costos beneficios, entre dos actividades, una antigua y otra inminente, sino porque tiene una vocación por vender al país repartiendo recursos naturales.

Si el agricultor o el industrial crean riqueza nueva, que no había, el inversor extractivo saca lo que puede del suelo, del mar o de los bosques, sin crear nada permanente. Esto lo sabemos. Pero ahora lo que hemos tenido claramente a la vista es la grosera mentira sobre la acusación de violentismo. En todo el país hay una molestia tremenda porque se haya descubierto que las autoridades mintieron sobre la muerte por herida de bala, y la policía armó un tinglado para empapelar a un detenido que estaba con las manos vacías. ¿Puede el Perú seguir en esta historia de minería que llega de repente y agricultores que se consideran amenazados?

No olvidar que Humala ganó en el 2011 con un discurso casi antiminero, según los estándares de la gran prensa y que luego lo convencieron de hacer una alianza con las trasnacionales que dizque le daría dinero para sus programas sociales. Así Humala dio la espalda a los cajamarquinos y arequipeños que le dieron su voto por sus promesas, después traicionadas. Hoy a la víspera de una nueva elección se ve que el próximo gobierno tendrá que hilar fino en el tema minero sino quiere llenarse de pequeños campos de batalla que lo paralizarán.    

27.04.15
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Héctor Mejía dijo...

Como siempre los neoliberales y su prensa concentrada salen con un sonsonete nuevo cuando las cosas salen al revés de lo que pensaban (¡Como si pudieran pensar!).
Así que como sembrarle armas a los agricultores no les ligó, ahora salen con audios de extorsiones y otras tonterias que también se caerán. Es que los neoliberales creen que el común de los peruanos son tan imbéciles como ellos que creen a pie juntillas en lo que dicen sus catecismos neoliberales.