Todos se está acomodando para que García se salga, otra vez,
con la suya. Por un lado está la decisión de los jueces que deben decir si está
bien que la primera instancia del juez Hugo Velásquez hubiera anulado sin leer,
por supuestas deficiencias en las citaciones, el producto de investigaciones de
varios años conformado por numerosos informes sobre delitos, infracciones y
faltas cometidas durante el segundo gobierno de García.
A esa atrocidad jurídica se añade la consolidación de la
alianza entre el Apra y el fujimorismo, reflejada en la votación de censura a
la expremier Ana Jara, que a entregado las riendas de una nueva mayoría, aún
inestable sobre el Congreso, y que para funcionar de acá a las elecciones tiene
que mantener cohesionado su núcleo principal. Por eso, casi no quedan
esperanzas que los informes puedan ser convertidos en denuncias ante el
Ministerio Público y aún que sobrepasen el nivel de la Comisión sobre
Acusaciones Constitucionales.
El ego colosal está tan aliviado por la nueva correlación
que han armado con la intervención de la gran prensa (Correo no para de
jactarse sobre su papel en el caso de los rastreos y seguimientos) y los dos
parlamentarios del APRA y sus aliados naranjas, que ha salido ahora con una
afirmación que lo pinta de cuerpo entero. Ahora ya sabemos que la tenebrosa
Dini tenía entre sus actividades manejar a la Megacomisión que no habría hecho
sino publicar lo que se alcanzaba.
Lo dice así, con el mayor desparpajo, como antes le echaba
la culpa de todo, hasta los cambios del clima, a la “reelección conyugal”, sin
pruebas, de puro conchudo. Hay varios partidos, incluido el fujimorismo, en la
preparación y discusión de los informes de la Megacomisión, asesores técnicos y
jurídicos, y nadie vio a la Dini, pero García afirma cualquier cosa como
siempre lo ha hecho.
Es una escuela además, porque siendo abogado Mulder dice que
el Poder Judicial ya exculpó a García de los flagrantes delitos por lo que fue
investigado, cuando sabe que la actuación de Velásquez y la Primera Sala, se
han referido en todo momento a procedimientos de citación, que no cambian la
naturaleza de los problemas de fondo. Además aún no se conoce el fallo final,
pero el “perro de chacra” declara como si el caso estuviera cerrado.
No hay muchas dudas de que si algún día habrá necesidad de
un epitafio para el grandote, la frase que resaltará es la de fue el rey de la
impunidad. Y eso que no es un genio, basta leer sus declaraciones en los
interrogatorios de la Megacomisión, luego anulados por Velásquez a su pedido,
para descubrir al hombre fanfarrón, impulsivo, burlón sin gracia, que puede
ser.
Su arte es la improvisación y la invención de la frase
hecha, y el poder que le da haber sido dos veces presidente y haber convertido
al APRA en un partido de incondicionales buscando un cargo público.
02.04.15
www.rwiener.blogspot.com
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