Los días 28, 29 y 30 de marzo de este año, publiqué tres
columnas sucesivas sobre los problemas de la Contraloría General del República:
“El contralor viajero”, “La corrupción le ganó a la Contraloría” y “La
confianza quebrada en la Contraloría”. En ese último artículo se hacen a su vez
tres menciones a temas de la confianza: (a) un caso penal en que se vio
involucrado el exvicecontralor, (b) la expresión de la actual gobernadora de
Arequipa de que no había en quién confiar después que de la Contraloría derivó
un caso de corrupción y (c) la falta de respuesta a la carta de la OIE, en el
sentido que la Contraloría fue requerida para la supervisión de 100
licitaciones en las regiones, la mayor parte en Ancash.
El viernes 17 de abril, se publicó en el Diario Uno, una
carta de la gerente de Comunicaciones de la Contraloría, que se refiere al
primer punto de mi tercera columna, obviando el resto de mis observaciones. En
resumen se dice que el vicecontralor Oswaldo Yupanqui solo fue citado como
testigo en un caso en que varios acusados y testigos señalaban que la abogada
que aparecía como cabeza de una red de extorsión, usó el nombre del funcionario
y su supuesta firma, y anunció la fecha en que llegaría a Arequipa para darle
su respaldo. El vicecontralor efectivamente llegó en esa fecha, y poco después
reventó el escándalo.
En mi nota del 30 de abril digo: “No sabemos ahora nada más
que el vicecontralor fue destituido… ni si se ha seguido la acción penal y con
qué resultados”. La gerente de Comunicaciones por parte explica que “mi
información en falsa”. ¿Cuál información?, ¿qué hubo un escándalo que la
gobernadora regional recordó hace poco como un tema de confianza?, ¿de que el
vicecontralor estuvo investigado, aunque no supiéramos finalmente cuál fue su
destino?
Insiste la gerente, que Yupanqui, “nunca fue parte del
proceso”. Y si es así, que le creemos, ¿por qué fue finalmente destituido, y
por qué no fue repuesto en su cargo cuando fue excluido del proceso? No parece
muy lógico que los resultados de un juicio tan comprometedor no hayan sido
destacados por la Contraloría cuando fueron un duro golpe a su imagen. Pero, a
todo esto, ¿dónde quedó el señor Oswaldo Yupanqui? Algunas versiones indican
que se mantuvo en la institución, con su sueldo (27,500, dos gratificaciones y
bono por productividad) y en labores vinculadas al ordenamiento de información
del señor Khoury en vista de su inevitable retiro, de aquí a un año.
La gerente de Comunicaciones haría bien en explicarnos estos
puntos, en aras de la transparencia y de acuerdo con su preocupación expresada
acerca de contribuir con una ciudadanía adecuadamente informada. Al final queda
siempre un asunto de confianza ante el máximo órgano de control, que admite que
la corrupción avanza en el país y no sabe como detenerla.
19.04.15
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