El peculiar sentido de la política de Alan García le hizo convertir la refacción de colegios existentes en una urgencia económica del país, cuando había una cantidad de centros educativos aún destruidos en la zona del sismo del año 2007 y muchas otras obras por hacer en ese lugar y en muchos otros lugares del país. Pero como la verdadera urgencia era gastar y la intención era hacerlo sin ningún control, el DU 004-2009 del 10 de enero del 2010, cambio el nombre de los llamados Colegios Nacionales (muchos de ellos las antiguas Grandes Unidades Escolares) por el de Instituciones Públicas Educativas Emblemáticas y Centenarias, a las que se les asignó un presupuesto de urgencia para reforzarlos y modernizarlos a un alto costo y a cargo de empresas constructoras amigas del gobierno.
Pero ahí no acabó todo. El 12 de enero. 48 horas después del DU 004, apareció en el diario “El Peruano” una “Fe de Erratas”, que indicaba que en la norma de los colegios emblemáticos se había olvidado un artículo que sumaba a las refacciones la del Estado Nacional, bajo la fórmula de Rehabilitación, Remodelación y Equipamiento de la Infraestructura del Estadio Nacional, a cargo del IPD. ¿Cómo se logra que rehabilitar un estadio sea parte de una supuesta urgencia de remodelar colegios que están en funcionamiento, y que una “Fe de Erratas” haya terminado costándole al país más de 200 millones de soles y como se mezclan en una misma disposición organismos diferentes como la presidencia del Consejo de Ministros, el ministerio de Educación y el Instituto Peruano del Deporte? Sólo Alan García sabe como se hace.
El hecho es que el 30 de enero hubo otro decreto de urgencia 010-2009, en el que se formula una lista de 52 proyectos priorizados, dentro de los que figura el Estadio Nacional, con la finalidad de “mantener el dinamismo de la economía nacional en el contexto de la crisis externa”. Es decir la prioridad no estaba establecida por la necesidad social de la obra sino por la ayuda que se quería dar a la economía para que mantenga su crecimiento y eso daba carta libre al presidente para decidir en qué cosa colocaba el dinero del Estado. El DU 011-2009, del mismo día autorizaba a utilizar 390 millones de soles para el sector educativo (colegios) y deporte (estadio), fijándose para este último caso un monto de 20 millones de soles.
Claro que Alan García es un mago en asunto de dineros, urgencias y excepciones a los reglamentos. Por lo mismo cuando apareció el presupuesto específico del IPD ya estábamos en 25 millones y de ahí para adelante todo fue para arriba. Así, el 23 de noviembre del año 2010, el IPD presenta una información al Congreso con el nombre de “Estudio de Costos y Presupuestos” en el que se elevaba la inversión hasta 140 millones 691 mil soles, con tres áreas de trabajo:
- Zona 1: Arquitectura, instalaciones eléctricas y sanitarias, instalaciones mecánicas, a un monto de 60 millones 515 mil soles
- Zona 2: Arquitectura, instalaciones eléctricas y sanitarias, instalaciones mecánicas, a un monto de 61 millones 148 mil soles
- Playa de estacionamiento: 19 millones
Las empresas constructoras que fueron escogidas para realizar las obras y las que se beneficiaron de las ampliaciones presupuestal Demol SAC, Pargas, COSAPI, DH Mont, Técnicas Metálicas, CESEL Ingenieros. El principal receptor de dinero y por tanto la que logra los mayores beneficios es COSAPI, vinculada al ex premier Kuczynski, pero no hay detalle en ninguno de los informes sobre su contribución específica.
Más sorpresas
Al comienzo del año 2011, el costo de ejecución del estadio nacional ya había sobrepasado los 205 millones de soles, de acuerdo a la siguiente secuencia:
- 2009: 23 millones 542 mil soles
- 2010: 83 millones 634 mil soles
- 2011 (previsión): 98 millones 582 mil soles
O sea que un capricho de Alan García que parecía de bajo costo, llegó como quién no quiere la cosa a representar unos 74 millones de dólares al cambio actual. Y puede resultar más. Como que en este año se dictó un enésimos Decreto de Urgencia relacionado al tema, el DU 014-2011, del 10 de abril del 2011 (día de la primera vuelta), que autoriza una partida adicional de 20 millones de soles al IPD para acelerar las obras del coloso deportivo con la obvia intención de llegar a julio en condiciones de poder inaugurarla. Una curiosidad de esta norma se ubica en el segundo considerando que explica los continuos incrementos presupuestales de la obra y en que se habla de los “adicionales de obra”, que sería consecuencia “de que la citada infraestructura deportiva tiene una antigüedad mayor a los 50 años”, lo que parece ya casi una burla porque la antigüedad del edificio era la premisa de origen de todo el proyecto. No podían demorar dos años en darse cuenta de que las instalaciones estaban deterioradas y convertir eso en una nueva “urgencia”.
Bueno, como se ha podido ver Alan García es casi un mago que nos ha colocado ante un gigantesco y rechoncho edificio donde antes existía un estadio emblemático que hacía honor a la infraestructura de los años 50. Pero este armatoste que cambia la fisonomía de la zona para aproximarla a la modernidad deportiva, pudo ser menos aparatoso y mantener el viejo diseño con refuerzos de seguridad y comodidad para el público, mientras se usaba el dinero para otras obras de infraestructura deportiva que el país necesita, si esa era la decisión del gobierno. Pero aún para los que les gusta el tamaño extra-large, habría que considerar que otras construcciones similares hechas en América latina, pero enteramente nuevas, costaron bastante menos que el rehabilitado José Díaz.
¿Clasismo?
Para justificar la faraónica concepción del estadio, el gobierno de Alan García ha argumentado que esta infraestructura “se paga sola”, es decir que al haber construido 385 palcos para ser subastados a particulares a precios que en promedio superan los 100 mil dólares se logrará recuperar el dinero invertido. Se traslada de esta forma un criterio privado de rentabilización a la obra pública que por extensión podría aplicarse a otros ámbitos como las carreteras, los colegios o los hospitales, en los que el Estado podría hacer ofertas para ricos y para pobres. La sola mirada de un estadio público coronado por instalaciones para gente con dinero rompe con el criterio democrático de igualar a los ciudadanos frente a una actividad de masas como es el deporte.
Por lo demás los expertos opinan que esta venta que aparentemente empezó muy bien, cuando los primero palcos fueron comprados por empresas amigas del gobierno aprista, va a hacerse cada vez más difícil cuando ya no se trate de una decena de compradores, sino de varios cientos. Lo que hace pensar que se hizo esto para justificar una recuperación teórica del capital, pero que igual el Estado habrá gastado al final más de la cuenta en una obra cuyo mayor utilidad ha sido dejar inmortalizada la figura del ex presidente García en una zona relevante de la gran ciudad.
21.08.11
www.rwiener.blogspot.com
2 comentarios:
¿Puede costar 74 millones de dólares la remodelación del Estadio Nacional?. Según Gremco, el estadio Monumental costó 30 millones, construyendo el estadio desde sus cimientos.
Antes de la remodelación del Estadio Nacional, había un sector de la tribuna de occidente (parte central, alta, casi mil asientos) reservada para los invitados del IPD. En los días de partidos importantes, por ejemplo en eliminatorias al mundial, había una gran cantidad de mensajeros de congresistas, ministros, jefes militares, etc. que pasaban por las oficinas del IPD a recoger sus entradas de cortesía. Seguramente ahora, los palcos servirán para el uso de los burócratas del estado y sus amigos, sin costo para ellos, pero con un gran costo para todos los peruanos.
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