En resumen, tantos titulares, editoriales, columnas, noticias sesgadas y chismes maliciosos, para llegar a establecer los siguientes dogmas:
- Las universidades no deben traicionar el “espíritu de los fundadores” (por ejemplo el de los virreyes que crearon San Marcos, o de los curas conservadores que fundaron La Católica);
- Los donantes testamentarios determinan para siempre la línea política y educativa de las universidades que reciben su legado y fijan la forma en que deben administrarse sus bienes;
- Todos los bienes que se incorporen al patrimonio con posterioridad a la herencia, se consideraran como parte de ella, por lo que si judicialmente se considera que se ha la gestión se ha desviado de la intención testamentaria, se pierde todo, sin lugar a reclamo;
- En una Universidad de la Iglesia sólo valen la palabra del arzobispo y el dictado del Vaticano;
- Las leyes nacionales se subordinan o no tienen que ser cumplidas, frente a una carta del Vaticano;
- La opinión de los estudiantes y profesores no tiene ningún valor frente a las decisiones de Cipriani y Benedicto, si no están de acuerdo que vayan a buscarse otra universidad como les gusta;
- Las autoridades elegidas por la Asamblea Universitaria, de acuerdo a ley, son “usurpadoras” frente a la intención de Cipriani de tomar el control de La Católica;
- Quién controla el arzobispado pone al rector de La Católica;
- No se puede ser rector de La Católica si se ha sido velasquista o si se es “caviar”;
- El Vaticano no hace recomendaciones, ordena;
- Roma locuta, causa finita. Causa veduta, Catolica perduta… si no me entienden en castellano, me entenderán en latín, por la gran p…
Seguramente la lista puede incrementarse de otras definiciones que han sido formuladas en estos días y que dan la idea de que el problema de la religiosidad peruana ha pasado de la píldora del día siguiente y los abortos terapéuticos y de mujeres violadas, al control de una de la universidades de mayor prestigio del país y la extirpación de herejías en los claustros pontificales.
Pero, ¿es serio aquello de recuperar el espíritu de Dintilhac, Riva-Agüero y Víctor Andrés Belaunde?, ¿y por qué no el de Primo de Rivera que inspiró a Riva Agüero; o el de Pio XII que colaboró con los nazis y al que Cipriani invoca en su discurso retro sobre sus derechos universitarios? Claramente lo que el monseñor quiere que entendamos no es que La Católica debe ser dirigida por católicos (de hecho sus principales autoridades tienen esa confesión), sino que debe serlo en la línea de su sector más reaccionario y fascistizante.
La misma fundación del Opus Dei de Cipriani, es posterior al nacimiento de la Universidad Católica en el Perú, y responde a una reacción de derecha ante el avance de ideas progresistas y la liberalización de las costumbres. El Opus Dei, surge contra otras corrientes de la iglesia influidas por su compromiso social, apuntando a consolidar un vínculo directo con las elites económicas y políticas. Por lo tanto se puede aseverar que tampoco representan el “espíritu fundacional”, sino una intensa lucha de poderes por el control de los mayores espacios vinculados directa o indirectamente a la iglesia, especialmente con los que tienen que ver con la educación y el dinero.
Entre la fundación de La Católica y el presente median la reforma universitaria y el reconocimiento del cogobierno y de la elección de las autoridades a través de los estatutos internos de los centros de estudio, así como la autonomía académica y administrativa. Pero he aquí que la voluntad de un solo individuo que llegó a la cabeza de la iglesia peruana como aliado de Fujimori, vale más que toda la historia.
Aquí nomás, en el Chile neoliberal, del crecimiento y las inversiones, tenemos una rebelión del sistema educativo que se impuso verticalmente a los estudiantes. ¿Cree alguien por ventura que la ciprianización del fundo Pando con el sello de el Vaticano y el Tribunal Constitucional no va a desatar una protesta sostenida y una crisis en la universidad peruana?
Es casi cantado porque lo que está ocurriendo y los argumentos que se están usando para arrinconar a la universidad, prescinden de la comunidad universitaria en concreto, que no es el rector Rubio, ni su Consejo de gobierno, sino más 22 mil estudiantes y cientos de profesores y trabajadores que han constituido una de las instituciones respetables en un país en crisis institucional.
28.08.11
www.rwiener.blogspot.com
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