Alguna vez García dijo que los que criticaban la ineficiencia del FORSUR en la reconstrucción de la zona afectada por el terremoto del 2007, eran perros y que su amigo Favre hacía muy bien en renunciar al cargo de presidente del organismo donde los había colocado en un alarde de modernidad y privatismo, debido a que no se tenía porqué aceptar las críticas despiadadas de la prensa. Ocurría sin embargo que la prensa no se metía con el FORSUR hasta después de un año de reconstrucción paralizada y aceptaron explicaciones como:
- Se están haciendo los estudios para el diseño de una nueva ciudad, antes de empezar a reconstruir.
- Hay un problema con los títulos de propiedad de la gente.
- Los primero es privatizar el puerto y el aeropuerto, así como el agua potable y la energía eléctrica.
- Hay gente interesada en el plan de reconstrucción de los hospitales (Canaán)
- Favre puede atender los asuntos de FORSUR desde Punta Sal, no es necesario que se instale en Pisco.
- Garrido Lecca se trasladó a Pisco y no se moverá de ahí hasta que la ciudad esté reconstruida.
- Chlimper y PPK se pelearon con Favre.
La única crítica que hubo desde el primer día en que se evidenció la proyección que García le pretendía dar a la reconstrucción, basándola en la inversión privada, la concesión de servicios y la generación de oportunidades para las ganancias capitalistas, lo que derivaba en la composición del directorio del FORSUR encabezado por un empresario pollero con inclinaciones al paramilitarismo, fue la de LA PRIMERA y en particular la que hicimos desde la Unidad de Investigación. Y el presidente sabía a quién se refería con su referencia canina.
Efectivamente el modelo García-Favre fracasó brutalmente y en los mismos años en los que el país vio crecer su PBI como nunca en su historia, los pueblos del sur chico sintieron todo el peso del olvido y ola postergación. El interés de la inversión privada siguió apuntando a los proyectos mineros y los lotes petroleros y gasíferos, mientras la reconstrucción de Pisco se detenía en el centro de la ciudad y algunos hoteles principales. Al final de su gobierno el APRA y la derecha habían perdido el apoyo electoral de Ica y sus principales ciudades que votaron hacia la izquierda.
El viernes Ollanta llegó a la zona del desastre y decretó el fin del FORSUR. Lo sentimos, en lo más íntimo, como una reivindicación. Hubo una lucha de muchos meses para demostrar que el gobierno anterior estaba engañando a la gente que más sufría en el país. Hoy la decisión es otra: usar todos los recursos del Estado existentes para ayudar a la gente a volver a tener una casa digna de ese nombre, terminar el hospital inaugurado después de cuatro años pero que aún no funciona, concluir las comisarías y escuelas, y fortalecer la provisión de servicios básicos. Si para eso es necesario la intervención de las Fuerzas Armadas, bienvenidas.
Lo que no puede aceptarse es la pasividad del poder que prefiere hacer un gran Estadio lleno de palcos para vender a los grupos económicos, y que posterga a las víctimas del terremoto. Y a los responsables de la desidia y el mal uso de los recursos dispuestos para la reconstrucción queriendo aún dar lecciones de cómo deben hacerse las cosas.
14.08.11
www.rwiener.blogspot.com
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