Para convencernos de lo bueno que era no tocar concesión del aeropuerto Jorge Chávez, que el fujimorismo llevó adelante durante sus últimas horas en el poder, con su jefe ya en plena fuga, Javier Silva Ruete, especialista en activos y pasivos ajenos, decía que una operación de este tipo procuraría grandes ingresos al Estado a la vez que le ahorraría inversiones importantes como por ejemplo las referidas a la compra de los terrenos adyacentes para construir la pista alternativa, que al inicio era el leiv motiv de la intervención del sector privado en la administración de una actividad que antes siempre fue del Estado.
Exagerado como de costumbre, llegó a declarar que esos ingresos excederían los mil millones de dólares, con lo que se podría hacer tres pistas de aterrizaje para Airbus de última generación. Claro que no dijo que esta contribución, aparentemente desmedida, salía de un canon de 47% que sobre todas las utilidades que generase el terminal aéreo pagaría la empresa concesionaria como todo impuesto. Como base de concurso se pedía 13%, pero LAP decidió ser supergenerosa con el Estado y le ofreció 47%, ganando de lejos un concurso en el que terminó como única competidora. Lo que hizo entonces fue aplicar el porcentaje a todos su precios, encareciendo brutalmente todos sus servicios, sin ninguna relación entre utilidad y eficiencia. Los viajeros, la enorme mayoría de ellos sin saberlo, pagaron en sus boletos, en sus derechos de salida, en sus compras, en el servicio de taxis, etc., el gran aporte de LAP al Estado, lo que se reflejó en tarifas leoninas que desafiaban toda lógica.
Por cierto la administración se quedó con todas las utilidades previas del Jorge Chávez que antes se destinaban a inversiones en todos los aeropuertos del país y al pago de impuestos al Estado. Pero en el 2002, empezaron a aparecer denuncias sobre el incumplimiento del programa de inversiones de LAP, la postergación sin fecha clara de las obras de la nueva pista y la inexistencia de los mil millones del hablador Silva Ruete. En el Congreso se armo una comisión especial para ver el caso, presidida por el congresista aprista Luis Heysen, fallecido en el 2005, y un representante de Unidad nacional y otro de Perú Posible. Este grupo de trabajo entrevistó ministros, entre ellos al ex gordito simpaticón, a funcionarios y a los ejecutivos y gerentes de LAP. Viajó a Europa con gastos pagados por la concesionaria y se convencieron que todo iba muy bien. Si en dos años no se había gastado más del 20% de los comprometido en menos de un año se gastaría el 80% restante. Sin duda LAP infló sus gastos con complicidad de la supervisora, y asunto concluido. Las obras menores que se han ejecutado valen según se dice más de 200 millones de dólares.
Respecto a la pista, que no había apuro y que una cláusula que nadie había visto del contrato de licitación indicaba que quién estaba faltando a las fechas era el Estado que debía comprar el terreno con su dinero y entregárselo a LAP, en un plazo que ya se vencía y sobre el que había penalidad, por lo que no había que hacer muchas olas para evitarse un mayor costo, habiendo disposición de los concesionarios de esperar el tiempo necesario y no penalizar este incumplimiento. Recomendación final: que los ingresos del canon se reserven en un fondo especial para la compra de los terrenos que habían subido fuertemente su cotización ante la expectativa de venta.
Así, una vez más, la investigación de irregularidades de empresas transnacionales, terminaba en un informe que parecía escrito por relaciones públicas de la misma empresa. Y lo que estaba mal, seguía igual o peor.
Aeropuertos regionales
Alguna vez pensé que los graves hechos que se señalaron respecto a la concesión del aeropuerto Jorge Chávez (1), darían lugar a una corriente de resistencia a la privatización de los terminales de provincias, que estaban dentro del Plan de Proinversión. Pero fui ingenuo. En el Perú nos suicidamos con reincidencia. Mientras el enredo original ha sido manejado para evitar que se descubra que aquí nunca hubo Aeropuerto de Frankfurt en la administración, ni nunca se invirtió lo que se dijo que se estaba invirtiendo, y mucho menos existe un soporte técnico sobre el tiempo de vida útil y resistencia que le queda a la pista en funciones, los expertos de Proinversión preparaban los paquetes de concesión de aeropuertos regionales.
Este 18 de agosto debe vencerse el nuevo plazo para la entrega del primer paquete. Y hay varias empresas precalificadas, algunas de ellas con notorias conexiones con LAP, mostrando credenciales internacionales tan discutibles como las que se usaron el año 2000. Pero lo más increíble de todo esto es que una de las cláusulas de la concesión indica que el Estado co-financiará las obras de reconstrucción, remodelación y equipamiento de los aeropuertos y lo hará ni más ni menos que aplicando los fondos del canon del Jorge Chávez. Lo que en buena cuenta significa que la gran plata que Silva Ruete dijo que ganábamos por la concesión de nuestro mayor aeropuerto se irá por la otra mano a colaborar con armar otros negocios privados similares en las provincias, en donde probablemente se meterá la mano de LAP. Unas manos que son como las de pulpo, que están en todas partes para alcanzar el mayor número de bolsillos.
14.08.06
(1) “Un fraude en tres letras: LAP”. Raúl Wiener. Año 2005.
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