¿Qué te pasa Aldo? Te sacan de El Comercio y te quedas con
un pie afuera de la concentración , cosa que lamento, sobre todo porque
proviene de un advenedizo de la prensa que cayó por arriba sobre la cumbre del
poder, y dedicas la semana a pelearte con los demás.
Y, cómo si hubiera punto de comparación, llegas a decir, que
a ti y a tus colegas, les pagan bien y que todo lo tienen bien arregladito en
El Comercio y en toda su batería, mientras otros medios más pequeños pasan
dificultades, atrasos y muchas veces los periodistas nos mantenemos ahí ante
todo porque amamos nuestra profesión e independencia.
Inventas, como haces con Favre y otros fantasmas a los que
les echas la culpa de todo lo que pasa, que habría algunos diarios que
viviríamos de la todopoderosa jefa de prensa de Palacio que maneja la
publicidad estatal. Pero, entonces, ¿por qué tendríamos dificultades?
Además, como es evidente, al Diario Uno, hace tiempo que no
le ponen publicidad del Estado. Nunca tuvimos ni el 1% de la llamada “torta”
publicitaria que se reparte entre los medios escritos y audiovisuales, a pesar
de que se nos señalaba como oficialistas, ignorando de paso las opiniones
críticas de Lévano y otros, entre ellas las mías.
Pero lo importante es saber adónde iba el grueso de los
avisos. Entre otras tantas debilidades de Humala, frente al poder ya
establecido, no movió un dedo para revisar las estructuras de distribución de
la publicidad estatal que vienen de tiempo de Fujimori y para tener algún poder
discrecional sobre un arma tan poderosa que hoy le está reventando en la
cabeza.
Eso de inventar tirajes ajenos, montos publicitarios y
encuentros furtivos entre personas que se conocen hace mucho tiempo, sólo se le
puede ocurrir a ti, que crees que vivimos en una eterna hipocresía política. A
mí, que la enfermedad me ha puesto varias veces en trances extremos, las
fuerzas no me han faltado sin embargo para volver a la brega. ¿crees que he
puesto condiciones para hacerlo?
¿Por qué tendríamos que estar contando aquí los sacrificios
que hemos hecho para mantenernos ocho años sin dejar de salir ni un solo día y
para batirnos con una competencia superpoderosa, que además quisiera vernos “kaputt”,
saliendo del mercado para quedarse totalmente dueños del espacio?
¿Por qué?, ¿para qué?, ¿cuál fue el objeto por el que Martha
se ganó tantos enemigos para terminar echada de un momento a otro por un abogado
pretencioso que simboliza la nueva alianza, casi de familia, de la gran prensa
y la gran minería?
Y a ti, que ya te botaron malamente de Correo y ahora “amablemente”
te desalojaron de El Comercio, ¿por qué no se te ocurre que tenemos diferencias
más importantes que deslindar ante todos, y no chismorreo que no lleva a
ninguna parte?
28.02.15
3 comentarios:
Nada de “anónimo”, soy Ambrosio
En los mejores momentos “Carta a Aldo M” abre al debate directo con un colega al otro lado del espectro político. Don Raúl obviamente respeta a Aldo. En otras partes es puro “Vergnügen” (regodeo, o la malsana acción de “complacerse maliciosamente con un percance o apuro que le ocurre a otra persona”). Ocurre porque a Aldo Mariátegui, nieto del escritor José Carlos Mariátegui, le cancelaron (“amablemente”, según Aldo) la columna en El Comercio, y lo ‘botaron malamente de “Correo”’, como “gallardamente” se lo recuerda Wiener.
Wiener, en su último párrafo acaba por pedir (a Aldo) concentrarse en las “diferencias más importantes”, desechando el “chismorreo”. ¿Pide Wiener dejar el chismoseo a Aldo Mariategui permitiéndose él el chismoseo?
Wiener es esta vez bipolar. Revela igualmente su deseo recóndito de que Martha Meier M.Q. y Aldo Mariátegui, en un acto de harakiri, resentimiento y envidia, se le unan para despedazar los medios malvados de “la gran concentración” y a la infame Yanacocha.
Leyendo las confesiones de los apuros para publicar Diario UNO, admitir que está orgulloso de trabajar “ocho años sin dejar [Diario UNO] de salir ni un solo día”; pues: lo apruebo; muestra que don Raúl posee, debajo del caparazón marxista totalitaria, valores liberales respetables. Debería saber también que esa misma lucha la sufre miles de dueños de empresas peruanas lidiando por pagar la planilla, luchando con los impuestos confiscatorios, para luego correr al banco a pedir el préstamo.
En verdad, quien debería dar un paso adelante ideológico es don Raúl, superar las supersticiones decimonónicas, poner de lado el totalitarismo marxista leninista, el “entrismo”, la IV Internacional, etcétera, para alcanzar su “Vergangenheitsbewältigung” (Vergangenheit o “pasado”; Bewältigung o lucha hasta llegar a la reconciliación); y en un valiente acto liberador, aceptar que únicamente en la cultura de la libertad se encuentra el camino a sociedades mejores.
¿Quién es Aldo M.?
Alditus y Ambrosito paredón!
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