Agitador multipropósitos

¿Puede existir alguien que sea a la vez emerretista, chavista, cocalero y topo senderista en las organizaciones sociales, todo al mismo tiempo, a pesar de las profundas diferencias entre cada una de estas condiciones? Bueno la Dircote acaba de pasarle ese dato a Correo Semanal, que se está convirtiendo en una especie de vocero de las filtraciones que algunos sectores del Estado buscan hacer llegar a la prensa, aún cuando desafíen la más elemental lógica.

Guillermo Bermejo sería ese agitador multipropósito que la policía ha ido siguiendo según dice desde el 2013, precisamente el año en que encarcelaron a la excongresista Nancy Obregón con una supuesta orden de prisión “preventiva”, en un proceso que todavía no comienza, y en el que ya se mencionaba a Bermejo. ¿Qué cosa ocurrió con el líder del movimiento “Todas las Voces”, en ese lapso, que hizo que los investigadores actuaran en pleno centro de la ciudad, como en los viejos tiempos, virtualmente secuestrando a los elementos considerados sospechosos?

Nada, no paso nada. Salvo la participación de Bermejo en algunos movimientos de masas a cara descubierta, que lleva a Correo a definirlo como “un conocido agitador político”, no se ve ninguna relación con actividades senderistas. La detención ciertamente se basa en acusaciones que datan de la década anterior en la que supuestamente Bermejo y algunos líderes cocaleros habrían sostenido una entrevista con el camarada “José”, del clan Quispe Palomino, que les habría dado instrucciones no se sabe para qué. En realidad se trataría de confesiones de los llamado “colaboradores eficaces”, que actúan como los antiguos “arrepentidos” de época de Fujimori, que podían implicar a cualquiera en sus declaraciones, sin tener que dar la cara.

Algo así como que en el 2013, ya tenían las manifestaciones comprometedoras, pero no detuvieron a Bermejo, esperando agarrarlo en algo concreto en los siguientes años. Pero no lo consiguieron y lo han cogido como si el tiempo se hubiera detenido dos años. A la Dircote ya la conocí de cerca en el 2009, cuando quiso involucrarme en una investigación sobre relaciones con las FARC a raíz de la publicación de una información sobre un supuesto complot izquierdista contra la APEC que trabajaba la policía y que nunca ocurrió. Ahí pude ver la pobreza intelectual de los oficiales encargados de los interrogatorios y lo que es peor de los fiscales que se supone dirigen los procesos. Basta referirse al procurador antiterrorismo, Julio Galindo, para entender de qué se trata.

Si los policías de finales de los 80 y principios de los 90, hubieran actuado con lógica de que alguien puede ser emerretista y senderista, cocalero y chavista, y que si no lo condenan por una cosa lo hacen por otra, y si hubieran sentido la necesidad de dotarse de un vocero de sus torpezas, hubieran perdido la guerra. Enfrentar a “José” persiguiendo a Bermejo parece algo de eso.      

07.03.15

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