Y Ollanta llevó a Palacio a Alan García y Keiko Fujimori a
punta de espías para Chile, que es un tema al que ningún político se puede
negar. Es como si se hubiera tratado de un espionaje a favor del gobierno que
es el se sirve de la denuncia para cambiar la agenda a una que nadie puede
negar. Hasta se podría dudar si los políticos realmente lamentan que el abogado
de los acusados haya filtrado la información, dificultando las investigaciones,
pero alentando un clima patriótico y un cierra filas con el gobierno al que
hace unas horas se le perseguía implacablemente por supuesta corrupción.
Había que ver la cara super circunspecta del ego colosal,
para entender cómo le molestaba la situación. Mientras Keiko andaba feliz con
haber conseguido su encuentro privado con Humala, solicitado por carta, al que
el gobierno no había respondido. Finalmente, Raúl Castro del PPC, no cabía en
sí mismo con el reconocimiento que el gobierno le daba como líder político, que
es lo que le niegan en su propio partido.
No es posible tener una idea de la gravedad del espionaje;
mejor aún, qué es lo querría espiar Chile después del fallo de La Haya. Pero el
tema se hace picante apenas se le menciona por las desconfianzas que subsisten
con nuestro vecino del sur. Humala ha dicho que “sería gravísimo” si se
confirma lo de los espías, lo que hace recordar un momento del segundo gobierno
de Alan García en que también descubrieron espías y se enfriaron al mínimo las
relaciones entre Lima y Santiago. Esto ocurrió en noviembre del 2009, poco
después que el ego colosal lanzara la idea de un desarme entre los dos países,
porque no había nada que los empujara a combatir.
A García lo madrugaron en Singapur haciendo público desde
Lima que había un espía preso y, si el presidente quería arreglar algo con la
presidenta Bachelet, le aguaron la fiesta y tuvo que regresar inmediatamente
del Asia para convocar a los políticos a un cierra filas similar al que acaba
de ocurrir y a enfrentar hechos graves con palabras como sólo él lo sabe
hacer. Data de esa fecha la
caracterización de Chile como una “repulsiva republiqueta de la envidia”, lo
que ciertamente no le ha impedido viajar desde entonces varias veces al sur, y
manifestar, entre envidia y temor, su rendición ante los progresos económicos y
sociales de los chilenos. ¿Se acuerdan de la frase; “y si se enojan los
chilenos”?
Hoy, Humala puede ganar un cierto apaciguamiento interno,
pero no va a poder evitar un distanciamiento con la misma Bachelet, cuyo
gobierno actual está bastante más a la izquierda que el anterior. La señal que
envía la reunión de los políticos es que sí hay espionaje y que el gobierno
acusa a Santiago por la hostilidad que esto representa.
21.02.15
4 comentarios:
Nada de “anónimo”, soy Ambrosio
Don Raúl confunde “agenda” por “cartelera política”, o mejor: lo que los medios “obsesivamente comentan”, o el “tema del momento político”. Agenda es, en el idioma español, el “cuaderno en que se apunta, para no olvidarlo, aquello que se ha de hacer”, o la “relación de los temas que han de tratarse en una junta o de las actividades sucesivas que han de ejecutarse”.
El espionaje chileno en la cartelera despierta viejas heridas, reactualiza la desconfianza bien ganada por el vecino del sur; los tíos chilenos, que dicen ser, entre otras perlas, los inventores del pisco y del postre “suspiro de limeña”, no son de fiar. Lo sabemos. Que no devuelven el monitor Huascar después de 135 años de terminado el conflicto, teniendo en cuenta que, entidades deshonestas como la Unión Soviética, devolvieron los tesoros confiscados en la Segunda Guerra a Alemania y Austria. El no devolver en Huascar es una muestra más del estado mental de Chile como país.
Son nuestros vecinos; como sabemos uno nunca los escoge. A pesar de que hablan un español deplorable mal pronunciado, estimo y respeto algunos. Miles de peruanos inmigraron para Chile, muchos tienen empresas exitosas; empresas peruanas poseen enormes inversiones e intereses allá. Por el otro lado cientos de chilenos inmigraron a nuestro país, capitales chilenos invierten masivamente en el Perú, dan trabajo a miles de peruanos. Esperemos que ese intercambio comercial y humano haga posible que el sentido común germine finalmente en Chile, entiendan que somos iguales iberoamericanos, dejen de ser provincianos, lleguen a la epifanía de que, su identidad como nación, no debe basarse en su victoria de una guerra bananera del siglo XIX.
Los que nos lleva al espionaje en sí.
Por si no lo sabe don Raúl (él siempre menospreciando a sus compatriotas) el Perú también espía en Chile, muchas veces exitosamente. La situación es normal entre dos países vecinos. Estados Unidos y la Unión Soviética vivieron espiándose el uno al otro, sembraron topos en sus respectivos servicios de inteligencia, declarando “persona non grata” a espías camuflados en las embajadas, sin que el “diálogo unilateral” se detenga.
Y así, milagrosamente, el develamiento periodístico que señalaba un posible nuevo caso de espionaje chileno al Perú, se convirtió en el providencial as bajo la manga que sacó el gobierno para lograr sentar a los líderes de la oposición que lo habían desairado pocos días antes. Porque levantar mediáticamente un incidente con un país vecino sigue siendo una receta efectiva y efectista para salvar el cuello a gobernantes ineptos.
Bastó apelar al antichilenismo peruano para que, sin más reflexión, hasta políticos cuajados caigan en las mieles gobiernistas. Y hubo magia. De los medios desaparecieron las denuncias a la primera dama, los delitos imputados a gente cercana a los Humala-Heredia, el nuevo destape de espionaje interno a varios opositores al régimen y hasta el análisis del enroque ministerial para reposicionar personajes en lugares clave como Justicia e Interior de cara a proteger a la pareja presidencial de investigaciones previsibles.
El viejo antichilenismo unido a esa teatralización llamada unidad nacional, fueron los ingredientes para que la reunión en Palacio fuera irresistible. Entretanto, más allá de la foto, el Perú se puede enrumbar a una nueva colisión diplomática con un país con el que tenemos ya todo cerrado y que confronta por estos días un entredicho con Bolivia. Que la historia sea maestra y que no salga el tiro por la culata sólo para servir de tontos útiles a quienes usan el sentimiento patriótico para validar oscuros propósitos.
Los perores espias del Perú son los de la para, sino vean la historia de sus lideres todos casados con chilenas o arrejuntaods con chilenos, hasta en la televisión mediática y basura del fantasma mexicano gonzales hay un chilenito pue que la pega de pretendiente de una de pelo pintada apellidda baigorrea de combate donde están más asustados que cucarachas en procesión por la efectiva arremetida de los jovenes del pueblo este 27 contra dicha televión
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