jueves, febrero 09, 2012

El Estado tiene dueños

Hay veces en que don Fritz “mil oficios” Du Bois da la impresión de ser una especie de guardián de la “pureza técnica” (algo de eso debe existir) de los cargos públicos, ante la acechanza continua de los dirigentes y militantes de Gana Perú que han ganado algunos lugares dentro de la maquinaria del Estado. Claro cómo van a estar “capacitados” los que ganaron las elecciones si durante más de veinte años la tecnoburocracia se repite a sí misma, como si fuera insustituible, y las grandes empresas y los medios de comunicación hablan de ellos como gestores naturales. En cambio si el nuevo funcionario viene del nacionalismo o la izquierda, entonces fijo que es un incapaz y está siendo beneficiado por el descarado clientelismo de su gobierno.

Pero el caso de DBA (2) tiene su singularidad. Ya que él mismo ocupó cinco cargos estatales varios de ellos en simultáneo y haciendo además de director de grandes empresas privadas a las que les convenía un jefe de asesores del ministro de Economía en su mesa de decisiones, y fue el encargado de manejar los llamados contratos secretos del PNUD mediante los cuales se pagaba salarios excepcionales treinta o más veces superiores al resto de la administración pública a los favoritos del régimen, dentro de los cuales estaba el propio Du Bois que hacía gestiones para su beneficio.

Claro que nadie debe pensar que había algo de incorrecto en todo esto. ¿No ven que los Du Bois, Aljovín, Blume, Zavala, Carranza, Castilla, etc., nacieron genios y fueron criados de una doble ubre: fujimorista y pepekausa, por lo que merecen siempre ser convocados para el Estado, los medios y las trasnacionales en forma indistinta y al mismo tiempo, y eso debe ser pagado con sueldos especiales y que el resto se jorobe para que el presupuesto de superávit al final del año? ¿O no es así?

Al principio del gobierno de Humala los Du Bois que hay en nuestra prensa decían que el presidente debía darles garantías a ellos, a la CONFIEP, al FMI, a la Telefónica, etc., manteniendo a Velarde en el BCR y poniendo a alguien como Castilla en el MEF. El presidente capituló a la presión creyendo que podía manejar las contradicciones. Hoy la cosa ha avanzado mucho más y se trata que el presidente de Essalud no puede nombrar ni a su personal de confianza; el jefe del CEPLAN no puede nombrar como asesor a un profesional que sufrió la represión de Pinochet en durante el golpe de 1973 (¿por qué habrá sido?); el presidente de la megacomisión no puede determinar quiénes serán sus asesores como ha sido la practica parlamentaria usual; Elsa Malpartida es calificada de senderista arrepentida (mismo Movadef) por coordinar un programa de barrios; etc.

Quiere decir que Ollanta ganó las elecciones pero el Estado es inmodificable, la tecnoburocracia intocable, y los sectores que decidieron la elección no aptos para servir ya no en una planilla secreta ni en los altos puestos del poder –que están copados por los de siempre-, sino en funciones de asesoría, apoyo, movilización social y otras. Y no vengan con que no saben, porque la mayoría aprende. El tema es si seguimos admitiendo ser un país con ciudadanos de segunda categoría.

09.02.12
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

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