A veces pienso en Ana Jara como un tapón en una situación
política a punto de estallar. No porque
ella sea una estratega especialmente dotada, sino porque en unos tiempos donde
se han cruzado las más fuertes acusaciones y nadie parece saber adónde pueden
llegar las cosas, Jara es la única que puede dar la cara por el gobierno en
todos los frentes.
Imaginemos que la censuran por el asunto de los “dinileaks”,
con los que la oposición de derecha se ha abanderado asegurando que este es el
gobierno de las persecuciones clandestinas y los espías espiados. ¿Con quién la
reemplazarían?, ¿cuánto demoraría en el actual fraccionamiento político del
Congreso, llegar a un acuerdo para un nuevo gabinete, si para darle la
confianza a la actual primera ministra hubo que recurrir a un voto dirimente?
Y, tal vez lo más importante, ¿quién podría hacerse cargo
del premierato en aguas tan movidas como las del fin de gobierno? Si nos
atenemos al Ollanta que conocemos le tocaría recurrir a un personaje anodino
que pudiese pasar la barrera congresal. Pero no estamos en los tiempos del
cambio de Valdés a Jiménez, y es difícil que el gobierno, el APRA y el
fujimorismo se pongan de acuerdo en algo, cada vez más cerca de las elecciones.
De alguna forma los censuradores juegan también con fuego,
porque si lograran tumbar a Ana Jara, el gobierno podría responderles
proponiendo un gabinete que no puedan aceptar y que en un segundo rechazo
abrirían paso a una crisis constitucional que llevaría hacia la disolución del
Congreso. Ese sería un gesto poco imaginable con la personalidad de Humala,
pero uno nunca sabe.
Lo principal es, sin embargo, saber si estamos hablando en
serio de una crisis de los 150 mil rastreados, que este gobierno seguía día y
noche, no se sabe para qué (¿chantajearlos?, si no se chantajeó a nadie), y que
ahora en vísperas de la censura habrían violado la oficina de Vitocho García
Belaúnde y los teléfonos del PPC. ¿Es posible una organización de inteligencia
tan bruta?
Parece ridículo pensar que un gobierno que consultaba hasta
los ministros con la Confiep y las grandes empresas, estuviera preparando un
plan contra la élite de la actividad económico. O que se rastreaba periodistas
porque eran peligrosos, cuando la gran prensa no se peleó con el gobierno hasta
el 2014 y los datos fueron recogidos hasta el 2013. En realidad, el gobierno y
su “inteligencia” han sido sorprendentemente torpes. Y Humala se ha montado
sobre un Estado podrido al que pretende ser leal, cuando lo que ha conseguido
es una catarata de deslealtades.
Veremos lo que pasa con el gabinete Jara y como funcionan
los actores políticos en una nueva crisis en el epílogo del gobierno Humala.
Con los votos del Congreso como están, totalmente dispersos, cualquier cosa
puede suceder.
26.03.15
4 comentarios:
La ridicules siempre ha estado y estará representada en la persona de vitocho, sólo ha sido y se cree por heredad el sobrinísimo Arq. FERNANDO BELAUNDE TERRY, al igual que su hermano joselo que no es más que un chupamedias del otrora doctor bamba, ahora uno de los millonarios del pobre Perú, de dónde pecata mía.
Nada de "anónimo", soy Ambrosio
Hoy es don Raúl, el oficialista, que sobrepasa al que quiere que el Perú "estalle" en "conflictos sociales" fabricados por los de su tribu. Wiener odia tanto a los fujimoristas y apristas que no duda en salir a defender a Ana Jara.
No estás solo en lo último, Raúl: los PPC y Pedro Pablo (el miserable lobista norteamericano, según Lévano) le tiran un cabo al gabinete; no habrá censura.
Lo que me lleva a predecir cómo votará Raúl (y Lévano y el resto de la tribu), en segunda vuelta, entre Keiko y PPK; o entre Alan y PPK.
Y YA SABEMOS POR QUIEN VOTARIAN LAS LOBAS DE LA JAURIA (A DE M, LA MONICA, ORTIZ... EL AMBROSIO... )
Sólo los de la DBA, su prensa mediática y concetrada y unos cuantos alanfujimontemudistas idolatran a sus lideres causantes de casi un cuarto de siglo de neoliberalismo criollo de picada.
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