lunes, enero 02, 2012

Todos contra Susana

Está en marcha una conspiración para hacer ingobernable la ciudad de Lima. El mensaje no es que vamos a revocar a la alcaldesa porque es imposible armar una mayoría para ese fin, sino trabar la acción municipal que tiene que chocar con intereses concretos si se empeña en una mejora real de la ciudad.

La campaña que está alentando Castañeda. Kouri y otros y que con grotesco entusiasmo ha sido asumida por la prensa que alguien ya definió como “bruta”, es la de hacer que los taxistas y mototaxistas, los microbuses y las combis, los ambulantes, las zonas tugurizadas, las invasiones y otros, se sientan más fuertes para resistir a la autoridad.

La idea es: no acates que la alcaldesa está siendo revocada. Y culparla luego por no poder hacer valer su autoridad. Las fotos sobre la avenida Abancay congestionada precisamente cuando se trataba de descongestionarla son elocuentes de que lo que se quiere no son las famosas obras o realizaciones, sino un desgobierno que marque el punto de venganza por la derrota del 2010 y que facilite la conclusión de que la ciudad que es la cabeza del sistema, jamás puede terminar gobernada por una tía progre de esas que le dice a uno: “no le has caso a la derecha”.

El caso de la Herradura es parecido: se reclamaba una obra de recuperación de una playa emblemática dañada durante largos años y que sucesivos alcaldes evadieron dejando el lugar en el peor abandono. Hoy la obra está casi concluida en su primera etapa, por lo menos mucho más que lo que quedaron las de Alan García inauguradas en julio, sin que a la derecha le incomodara la grotesca estafa del presidente yéndose y dejando tren eléctrico, estadio, teatro, hospitales y colegios, inaugurados, pero inconclusos y sin funcionamiento.

También Castañeda inauguró el Teatro Municipal que le falta casi la tercera parte de la obra y que por supuesto no funciona, y se pasó dos administraciones buscando postores a su medida que a la postre encarecieron la inversión. Pero tampoco hubo escándalo sobre este asunto. En cambio los que decían que Susana era una “vaga”, se cambiaron en un tris a “salada” e “improvisada”, por el asunto de la arena, lo que quiere decir que ya no es que no trabaja sino que es piña y no calcula bien.

Claro que todos sabían que el re-arenamiento es un proceso lento de varios años y con obras complementarias y que fue una inocentada municipal decorar la playa para el inicio de temporada con arena donada, que un oleaje castañedista se llevó en una sola noche. Pero, ¿esto da para una revocatoria? Los que nunca quisieron que se aclarara el caso Comunicore, al sobrevaluación del Metropolitano, los contratos con UNOPS, etc., y que nos exigieron tener paciencia durante la larga cantidad de años en que las obras en distintos puntos de la ciudad no parecían tener término y generaban un tráfico endemoniado ante el silencio del alcalde, ahora quieren que los resultados sean mágicos y automáticos, o revocatoria.

Es como una prueba además a la capacidad del poder mediático, el que ha fracasado en todas las elecciones porque no puede imponerle sus candidatos a los electores, pero mantiene indudable eficacia en destruir al otro, al rojo, al caviar, a aquellos a los que no debe dejárseles gobernar, porque no es el orden natural de las cosas.

03.01.12

www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen analisis, esta es la verdadera motivación para los que quieren la revocatoria, como Castañeda puede ir preso, ahora quiere acallar a quien puso en evidencia su corrupción.