El grave accidente del día jueves en el kilómetro 53 de la carretera central que ha causado la muerte de 12 personas por la explosión de pirotécnicos que viajaban junto a los pasajeros en un vehículo de servicio público, ha sido una trágica confirmación de lo reiterado por LA PRIMERA sobre la inoperancia de los sistemas de control estatal de las grandes vías terrestres, a cargo de la SUTRAN. Veinte kilómetros más arriba, el 6 de octubre de este año, murieron en un viaje de medianoche otra docena de personas, entre ellas varios niños, en una combi sin autorización para este tipo de servicio y sin cinturones de seguridad.
Pero el caso es que en los dos caso, los vehículos mortales habían pasado minutos antes por el control carretero de Corcona donde opera un contingente de empleados de la SUTRAN al lado de la Policía de Carretera y que como reseñamos hace unos días en estas mismas páginas, se toman largo tiempo con cada chofer intervenido moviéndolo de un lado a otro, en un tropel de funcionarios y policías, mientras por sus narices pasan otros carros que violan flagrantemente los reglamentos. Todo esto, por supuesto, se presta a la coima y la vista gorda. Tanto la combi nocturna del día 6, como la Coaster explosiva del 20, pudieron ser detenidas y obligadas a no seguir circulando.
Con ello nos hubiéramos ahorrado 24 muertos Pero otra vez, la señora superintendenta, la contadora Elvira Moscoso, ya está diciendo que esta parte de la fiscalización no le compete porque se trata de rutas locales, que es su definición para el trayecto Chosica-Matucana. El problema es que si así fuera, todos pasan por la misma carretera y e idéntico control, y que uno de los principales riesgos de la Carretera Central estriba precisamente en esa mezcla de lo local con lo interprovincial, que impide frenar la informalidad. Una Coaster explotando en la carretera luego de una grosera burla al reglamento al transportar sustancias peligrosas con pasajeros, ante la indiferencia de los inspectores, es un baldón brutal a los esfuerzos por ordenar el transporte carretero y reducir los accidentes.
Si los jefes de la SUTRAN no lo entienden y sólo vuelven a justificarse entonces estamos perdidos. El lema de tolerancia cero tendrá que cambiarse por el de seguridad cero para empezar a ser sinceros ya que nadie está tomando en serio lo que viene ocurriendo.
Es tiempo de decir: basta de accidentes.
22.10.11
http://www.rwiener.blogspot.com/
Pero el caso es que en los dos caso, los vehículos mortales habían pasado minutos antes por el control carretero de Corcona donde opera un contingente de empleados de la SUTRAN al lado de la Policía de Carretera y que como reseñamos hace unos días en estas mismas páginas, se toman largo tiempo con cada chofer intervenido moviéndolo de un lado a otro, en un tropel de funcionarios y policías, mientras por sus narices pasan otros carros que violan flagrantemente los reglamentos. Todo esto, por supuesto, se presta a la coima y la vista gorda. Tanto la combi nocturna del día 6, como la Coaster explosiva del 20, pudieron ser detenidas y obligadas a no seguir circulando.
Con ello nos hubiéramos ahorrado 24 muertos Pero otra vez, la señora superintendenta, la contadora Elvira Moscoso, ya está diciendo que esta parte de la fiscalización no le compete porque se trata de rutas locales, que es su definición para el trayecto Chosica-Matucana. El problema es que si así fuera, todos pasan por la misma carretera y e idéntico control, y que uno de los principales riesgos de la Carretera Central estriba precisamente en esa mezcla de lo local con lo interprovincial, que impide frenar la informalidad. Una Coaster explotando en la carretera luego de una grosera burla al reglamento al transportar sustancias peligrosas con pasajeros, ante la indiferencia de los inspectores, es un baldón brutal a los esfuerzos por ordenar el transporte carretero y reducir los accidentes.
Si los jefes de la SUTRAN no lo entienden y sólo vuelven a justificarse entonces estamos perdidos. El lema de tolerancia cero tendrá que cambiarse por el de seguridad cero para empezar a ser sinceros ya que nadie está tomando en serio lo que viene ocurriendo.
Es tiempo de decir: basta de accidentes.
22.10.11
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