martes, enero 31, 2012

Otra vez tiembla Ica

Casi se cumple el sombrío pronóstico de que la atención pública volverá seriamente a Ica cuando haya otro terremoto. La medianoche del domingo para el lunes produjo una centena y más de heridos, muchas viviendas destrozadas, y otra vez rondó la pregunta: aparte de las zanjas que están a cargo de los soldados desde hace algunos meses para que algún día pasen las tuberías de agua y las promesas del presidente que viajó personalmente a la zona del sismo de 2007, para decir que ahora sí la reconstrucción sería la prioridad del gobierno, ¿cuál es el proyecto de fondo para sacar al sur chico de la condición de zona de desastre y llevarlo adelante?

Tanto lucir en España y Davos las cifras del crecimiento, que no son sino las de las ventas de los mineros y otros afortunados exportadores, y no poder elementalmente como Estado ordenar tres ciudades de mediano tamaño destruidas hace casi cinco años, puede tomarse como una evidencia de que el modelo económico no sirve para incluir a nadie, ni siquiera a los que las contingencias de la naturaleza han dañado en su vida cotidiana. Más allá de la intención manifiesta del presidente por hacer lo que Alan García no hizo en cuatro años, ¿es realmente consciente de los intereses que han estado en juego en el retardo de la reconstrucción, o tal vez piense pragmáticamente que sólo faltaba alguien más enérgico que diga que se hagan las cosas y se traiga un batallón de reclutas para mover la tierra?, ¿le habrá explicado el ministro Castilla por qué es que no puede disponer del dinero del Estado para lo que considera más urgente porque todo está normado y si no hay base legal no se puede hacer nada?

Hay una cierta metáfora del poder en la continuada tragedia del sur chico: (a) contratos leoninos que el “Estado de derecho” obliga a respetar, en este caso específico los de la concesión de la futura autopista Lima-Ica que hace mucho debería estar terminada y sigue en proceso, pagándose con el palo que se cobra para el peaje de la zona, y el del aeropuerto de Pisco que pasó a manos privadas después del sismo y sigue sin inversiones, estando pendientes la privatización del agua, el puerto y otros, que forman parte de las reales prioridades de Proinversión y el MEF; (b) prioridad del Estado hacia el interés privado más poderoso en la restitución de servicios y nuevas inversiones, que es lo que se ha visto en relación al turismo, la agroindustria y algunos grupos industriales, en desmedro de los pescadores, los pequeños propietarios y los trabajadores; (c) Política asistencialista y de pobres para la mayoría de la gente que aún vive como puede, con la ayuda que puedan darle; (d) inversión estatal insuficiente y lenta como si no existiera el concepto9 de emergencia y otras cosas donde hay mucho más dinero captaran la importancia de los gobiernos.

Lo que se está viendo es que Ica, Pisco y Chincha, no van a volver a ser lo de antes ni con la fanfarronería alanista ni con el voluntarismo ollantista. No porque no se necesite voluntad y energía, sino porque una y otra están condicionadas por las reglas del juego a las que Ollanta se ha sometido para no pelearse con los grupos de poder. El sur chico está entrampado en el mismo punto que el país, y lo que hace que Ollanta no pueda introducir ningún cambio en el país es lo mismo que le impide una reconstrucción exitosa del sur.

31.01.12
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lunes, enero 30, 2012

Píldora del día siguiente

Dice el presidente Humala en una declaración emitida desde España, que el proyecto Conga ya estaba concebido antes de empezar su gobierno y que él no puede abortar un feto de seis meses, tal vez porque es un cristiano conservador como dijo en las elecciones o porque la ministra de la Mujer ya lo ha convencido que aún en las violaciones se crea una conexión sobrenatural. O sea Conga es un niño al que vamos a querer a pesar de su origen. No entiendo que otro sentido se le puede dar a tamaña explicación.

Pero, vamos, por estos días es que recién la Conga está cumpliendo los seis meses, ya que la verdad histórica es que Newmont Mining aprobó el proyecto exactamente el 27 de julio del 2011, en una reunión extraordinaria de su directorio en la ciudad de Denver, Colorado, en los Estados Unidos, faltaban 24 horas para que Ollanta Humala jurara como presidente y los gerentes de Yanacocha tenían que haber informado que había problemas con nuevo gobernante peruano que había ofrecido a los cajamarquinos cuidar la integridad de las lagunas.

Entonces no era necesario ningún aborto sino una simple pastilla del día siguiente, para volver las cosas a un terreno en el que el gobierno entrante tuviera en sus manos capacidad de negociación. En otras palabras apenas empezando, el nuevo gobierno estaba siendo provocado por una empresa que quería darle el hecho consumado para que el proyecto fuera el que se armó con Alan García. Pero si reclamaba contra ese gesto inamistoso en los primeros días cuando tenía toda la fuerza de la victoria es casi seguro que los inversionistas hubieran aceptado conversar una solución que tomara en cuenta la nueva situación y ola opinión de las comunidades y el pueblo de Cajamarca.

Lo que más me evoca este caso, es lo que ocurrió en los últimos días del fujimorismo y el afán de concretar contra viento y marea, sin presidente (estaba fugado en el Asia), sin vicepresidentes y con ministros en el aire, se sacó la concesión del aeropuerto Jorge Chávez y se dio vida a ese engendro llamado LAP, que nadie sabe quién lo integra y cuánto se lleva del país cada año. Ahí también, el Castilla de la época, Silva Ruete, le dijo a Paniagua que no había base legal para discutir los términos del contrato a pesar de la manera como lo sacaron adelante.

Era un aborto que paralizaría las inversiones. Como todos los cuentos que nos han hecho durante estos años. Pero cualquiera que revise la historia verá que ni la privatización de las eléctricas del 2002 que se dejó sin efecto por el arequipazo, a pesar de que se decía que sin privatización el presupuesto se desfinanciaba; ni la paralización del proyecto del Cerro Quillish, por la protesta cajamarquina, que también se decía que espantaría las inversiones y a Yanacocha; ni las leyes de la selva que fue derogadas después del baguazo, que según la ministra haría volar el TLC; tuvieron ningún efecto sobre el flujo de inversiones ni en el sistema legal peruano.

No hubo aborto en una sola palabra, tal vez hubo otro tipo de alumbramiento si se quiere insistir en la metáfora. Y ese país que se quería hacer respetar le dio su respaldo a Ollanta, que ahora anda por el mundo asegurando que va a cuidar de los embarazos de gobiernos anteriores, aún los contra natura.

29.01.12
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sábado, enero 28, 2012

Davos y Humala

Con el fondo de los Alpes suizos y después de pagar un abono de 300 mil dólares por derecho de participación, las élites dueñas del mundo se reúnen para asistir a la única pasarela de presidentes que existe.

A Davos llegan, cada año, políticos de todo el mundo para buscar inversiones que se supone son las que sostendrán el crecimiento de sus economías y el éxito de sus gestiones. Por eso todos llegan vendiendo éxitos y cifras para impresionar a un auditorio de gente que jamás va a ser impresionada.

Obviamente los multimillonarios de Davos están ahí para preguntar por los niveles de regulación, impuestos, salarios, control social, de los países que se venden en la vitrina. Pero eso no quiere decir que van a poner dinero en el país del presidente interrogado, sino una mera confirmación de que están hablando con alguien de los suyos.

Otro es el asunto de los países que vienen con el discurso de que son la excepción respecto al resto y por tanto el destino ideal de los próximos proyectos transnacionales, sobre todo en tiempos de crisis cuando el retorno de la inversión en Europa y Estados Unidos es significativamente más lento que antes.

Chile vendió por muchos años su “modelo”, frente a la crisis del resto de América Latina y de nuestros similares en el resto del planeta. Los vecinos sureños alardeaban –a la manera como lo hace ahora Alan García y ha ido contagiando poco a poco a Humala-, de ser los únicos que estaban camino del desarrollo, los que más crecen y los más estables, y con ello se convirtieron por un tiempo en los engreídos del Foro Económico de Davos que podían medir con la vara chilena a otras economías en desarrollo.

Pero ese entusiasmo ya pasó. Tanto porque Chile nunca alcanzó la autonomía de mercado, la capacidad tecnológica y la cohesión social necesarias para constituirse como un país de primer mundo, y poco a poco ha agotado el impulso inicial mostrando brechas sociales que no aparecían ante a la vista. Para el mundo del desarrollo, este momento debe ser, además, el menos propicio para prestar atención a las pequeñas naciones que buscan algún lugar en los asientos de atrás de la combi de los países ricos.

Mucho más importante en la agenda de Davos deben ser: (a) si los países emergentes y grandes exportadores, seguirán creciendo y no se replegarán hacia adentro de sus fronteras; (b) si los bancos podrán volver a prestar para proyectos de largo plazo en un contexto de recesión y de dificultades para recuperar buena parte de sus créditos; (c) si la crisis política y social de los países centrales se profundiza como consecuencia de los programas de ajuste y estabilización; (d) si se produce una caída general de precios y empleo y arranca una depresión.

En ese ambiente cargado de incertidumbre y pesimismo alguien le ha dicho al presidente peruano que este es el buen momento para llegar, luego de haberse batido por Conga, haber apelado contra la no exportación del gas del lote 88 y ahora haberle ofrecido a España que la renovación de Telefónica se hará así nos deba y no quiera pagar 2 mil 400 millones (casi todo el gravamen minero). Ya está hecha la buena letra para pasar delante de los más ricos del Planeta y decirles que el Perú es el país que les conviene.

Aunque nos tememos que van a ser pocos los que le tomen atención al detalle.

28.01.12
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No hay base legal para los cambios

Dicen que las palabras favoritas del ministro Castilla son: “para eso no hay base legal”, y con ellas ha frenado iniciativas del presidente y sus ministros, poniendo al MEF como el centro del Estado que dice lo que se puede o se puede hacer de acuerdo a las bases legales existentes y vigentes los últimos veinte años.

Esta versión, confirmada con varias fuentes, sirve además para volver a afirmar que el neoliberalismo no es un asunto de economía, sino de contratos y normas que los sostienen, lo que explica porque hay tantos abogados en posiciones claves del ministerio del Jr. Junín, y tantos otros en las gerencias de grandes empresas y en las entidades que hacen lobby entre inversionistas, medios de comunicación y Estado.

Efectivamente durante dos décadas, el MEF asesorado por el FMI, Banco Mundial y otros, han promovido una base legal para que no haya base legal para los cambios. La Constitución de 1993 y las leyes post-golpe que la precedieron y fueron convalidadas por el CCD, fueron las piedras angulares del edificio inmovilista, luego vinieron los TLC y otros compromisos que decían textualmente lo que no podía modificarse.

Como alardearon varios ministros de anteriores gobiernos, de lo que se trataba era de impedir que apareciera un radical antisistema, cuestionando todo y queriendo volver a épocas de grandes reformas y nacionalizaciones. Para eso definitivamente se crearon mil cerrojos que ahora se definen con la fórmula “no hay base legal”; y para garantizar que el nuevo presidente lo tenga siempre bien presente es que hubo la batahola que todos vimos para que el ministerio de Economía quedara en manos confiables.

Claro que aquí es donde uno empieza entender las cosas y a darse cuenta que Castilla no es un ministro de Humala. Tal vez Humala sea un presidente de Castilla. Pero lo fundamental es que el hombre del MEF, era desde el primer día la cabecera de playa de los que piensan que toda la legalidad se ha hecho para sus negocios e intereses. Por cierto, desde el 28 de julio de 2011 para acá, la cabecera inicial ha multiplicado su influencia.

Y una de las maneras de apreciar esto es seguir al presidente en sus entrevistas, cuando quiere dar como explicación para lo que hace al Estado de derecho, a los acuerdos de anteriores de gobierno y a los riesgos de que el Perú termine enjuiciado por el CIADI.

Ese cumplidor eficaz de las bases legales existentes ni se pregunta al servicio de quién han sido construidas las normas y sobre la posibilidad de cambiarlas. No se acuerda tampoco cuando se refería a la Constitución fujimorista tildándola de delincuencial por su origen golpista y sus contenido pro-corrupción, y cuando ordenaba a los congresistas y militantes nacionalistas resistir el TLC.

Cierto que haberse levantado en Locumba, haber recorrido el país decenas de veces, haber puesto en movimiento a millares de nacionalistas en todo el Perú, haber conquistado los votos de millones de personas, haber firmado numerosos documentos programáticos para alcanzar el poder, haber soportado la guerra sucia de la derecha, suena como a demasiado para que después aparezca un tecnócrata atildado con aval de la CAF, para decirle que no hay base legal para todo lo que tenía pensado.

Y el presidente no atine a otra cosa que contestar: “así es el Estado de derecho”.

28.01.12
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viernes, enero 27, 2012

29 años de Uchuraccay

Los días más largos de mi vida los empecé a vivir la tarde del sábado 29 de enero de 1983, cuando el chofer del diario ingresó a mi casa aprovechando que la puerta estaba abierta por el intenso calor de esos días. Estaba agitado y entre jadeos me dijo que había ocurrido una desgracia en Ayacucho y que Jorge Luis Mendívil, mi amigo personal, estaba muerto, mientras que el fotógrafo Retto estaba herido.

Salí tropezándome conmigo mismo mientras reclamaba más información que el amable señor que había venido a recogerme no tenía. Unas horas antes me había despedido hasta el lunes, y el gordo Tirado me había dicho casi caminando que el fiscal de la Nación había hecho declaraciones llegando de Ayacucho sobre la posible desaparición de unos periodistas, y que nadie sabía del paradero de nuestros compañeros. Le contesté que seguro estaban en una misión y que ya se comunicarían.

El diario “El Observador” tenía sus oficinas de redacción en la avenida Pershing en Jesús María. Cuando llegué, los cables comunicaban de un enfrentamiento en el que se hablaba de muertos y heridos. Todo era confuso. ¿Quién informaba?, ¿cómo sabían que eran periodistas? ¿Cuál era el motivo del ataque? Una semana antes un grupo senderista fue ajusticiado en las alturas de Iquicha en Huanta, por una montonera popular que se habría cobrado así algunos abusos sufridos de parte de las columnas subversivas que intentaban imponer su ley. Este hecho fue presentado como el comienzo del levantamiento campesino contra el terror y fue felicitado por el presidente Belaunde.

Los periodistas de “El Observador”, “Diario de Marka”, “La República” y la revista “Oiga”, buscaban información real sobre estos hechos porque desconfiaban de la versión oficial. Por eso emprendieron la marcha que les costó la vida. Pero eso solo lo sabían ellos, y si lo sabía alguien más era por una infiltración, y en tal caso cobrarían valor las más siniestras hipótesis. El sábado 29 de enero estaba a tres días del momento de la partida de los viajeros y de las últimas noticias sobre su existencia. Pero esa noche, en medio del desconcierto, llegó a la redacción el ministro de Trabajo, periodista y amigo de la vieja guardia del diario, Alfonso Grados Bertorini, que sin ningún preámbulo nos expresó sus condolencias a nombre del gobierno. Ellos ya lo sabían: todos estaban muertos y habían sido masacrados por una lamentable confusión de los comuneros que los creyeron senderistas.

Al día siguiente, el general Noel nos recibió en su cuartel (donde ocurrieron tantos episodios truculentos) y dijo que había cuatro tumbas visualizadas desde el aire en la comunidad de Uchuraccay y se presumía que contenían dos cuerpos cada uno y que posiblemente serían los ocho periodistas desaparecidos. Nos invitó al desentierro pero ni él, ni ningún oficial importante nos acompañaron. Siempre me pregunté cómo es que el gobierno ya sabía que había ocho periodistas muertos ahí metidos. Y ¿por qué Noel nos envió con jueces y fiscales a averiguar lo que estaba guardado bajo la tierra?

¿Aparentemente a los periodistas de Lima, nos teatralizaron una escena de desentierro de cuerpos que ya habían sido movidos varias veces y cuando todas las evidencias estaban en manos de los uniformados? Empezaba una guerra en la que muy pocas veces se logró distinguir la verdad de los intereses de los combatientes.

27.01.12
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Ollanta no es de izquierda ni de derecha

Como el presidente no es de izquierda puede tirar cualquier día al tacho el Plan de Gobierno trabajado por encargo suyo, que aún sigue colgado en la página Web de su partido y en los archivos del JNE; echar a un lado a los equipos técnicos que ayudaron a elaborarlo; despachar en un solo viaje a los ministros, viceministros y asesores progresistas de su gobierno; declarar que lo que se firmó para constituir Gana Perú, no tiene la menor importancia porque todo era para las elecciones y tal vez esté pensando más bien que le hizo un favor a los partidos izquierdistas que ahora tienen algunos parlamentarios y si no tienen más es porque les falta apoyo popular.

Pero, como el presidente tampoco es de derecha y, como dice, no ve con simpatía a este sector político puede trabajar tranquilo con un fujimorista confeso como Valdés en la Presidencia del Consejo de Ministros o con un garante del inmovilismo económico como Castilla y sus clones que ya andan por varios ministerios, y dejar las puertas abiertas de Palacio para que entren y salgan los representantes de las mineras y otras grandes empresas que desean invertir por el Perú y por sus propios bolsillos.

Como no es de izquierda, Ollanta puede volar a Caracas abrazarse con Chávez y regalarle un libro sobre Velasco, sin que nadie tenga que buscarle significados ocultos a este periplo. Pero como no es de derecha, aunque lo parezca, a los pocos días se puede mudar hacia España para ser el primer gobernante latinoamericano en saludar a Rajoy y anunciar una apertura entusiasta a las inversiones españolas precisamente cuando se está renegociando si se queda la Telefónica. Y eso de conseguir nuevas inversiones ibéricas en estos tiempos de crisis, sólo se lo puede creer Alan García, aunque esté nuevamente en los avisos de bienvenida del nuevo mandatario peruano. Más aún de Madrid se va a la meca del neoliberalismo en Davos-Suiza, y la propaganda que lo precede indica que la economía peruana es estable y exitosa desde 1990 y que el presidente Humala es la continuidad de un modelo contra el que se alzó militarmente hace 12 años.

Respecto a Conga, el presidente ha confirmado que no es de izquierda porque respeta el Estado de derecho y cumple contra sus propias promesas, lo pactado por García, Toledo y Fujimori, y si hace un “peritaje internacional”, es para confirmar que los temores de la población de Cajamarca no tienen fundamento y que como dice el premier el proyecto empieza a ejecutarse en marzo, mientras Yanacocha nos atosiga de publicidad en la que todos los peruanos desde el momento de nacer llevamos el casco minero, porque todos vivimos de ellos.

O sea, por donde se le mire, Ollanta nunca fue de izquierda, ni de derecha, ni de centro, sino de abajo, aunque ahora esté arriba. Más aún cuando era netamente de abajo, es decir no había ganado la elecciones, parecía de izquierda, tenía amigos de izquierda, programa de izquierda y bases populares; pero cuando llegó al puesto más elevado de la nación empezó a parecer de derecha; echó a sus viejos amigos y se buscó otros entre los que no votaron por él y se preparaban para bombardear su gobierno; se compró el programa de sus predecesores y demostró que puede pelearse aún con las bases que más creyeron en él.

Todo está sumamente claro y no entiendo porqué tiene que venir el director de un diario de España para darle otra vuelta a esta misma cuestión.

26.01.12
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miércoles, enero 25, 2012

El pensamiento Gonzalo

El 2 de marzo de 1982 un destacamento de Sendero Luminoso asaltó la cárcel de Ayacucho y logró liberar a 70 de sus presos luego de un combate de media hora en la que perdieron la vida diez atacantes y dos guardias republicanos. Esta acción que fue la más importante del período inicial de la guerra tuvo un tremendo impacto en el país, condujo al primer acto grosero de guerra sucia con la ejecución de tres senderistas heridos en el hospital regional e inició la controversia sobre la intervención del Ejército que había mantenido sus fuerzas acuarteladas a corta distancia mientras se desarrollaba el ataque.

Sendero había aparecido por primera vez en una operación militar exitosa apoderándose de un objetivo de alto valor político. Pero cuando todo el mundo imaginaba que el llamado presidente Gonzalo estaba celebrando con sus camaradas el golpe, lo que realmente estaba ocurriendo era que en algún lugar de Ayacucho se reunían los dirigentes de Sendero para oír a su jefe quejarse despiadadamente por el incumplimiento del plan. El responsable militar había dispuesto un ataque por flancos para reducir sus pérdidas, y “Gonzalo” había ordenado un avance frontal que no se cumplió.

Un día antes, se había intentado tomar la misma cárcel pero los dispositivos fallaron y los presos que tenían orden de amotinarse para distraer a la guardia fueron duramente reprimidos. Increíblemente Guzmán exigió insistir en la toma 24 horas después, con el resultado que ya ha sido señalado. Los senderistas entonces creían que merecían una felicitación por atreverse a ejecutar un proyecto temerario por donde se le viera, evitando sufrir una masacre. Estaban equivocados. El autor del “pensamiento Gonzalo”, fue implacable con la vacilación ante el riesgo de muerte. La revolución requería una cuota continua de sangre. Lo que esto significaba se vería más tarde en los penales y otros episodios de la guerra en los siguientes años

¿Cómo explicar el razonamiento que estaba detrás de la brutal “crítica y autocrítica” del líder senderista a los vencedores del campo de batalla? Creo que habían tres razones convergentes: (a) preparar a sus cuadros para la muerte (la de ellos y la de los demás); (b) evitar el surgimiento de un liderazgo militar competitivo; (c) construir una lógica de cohesión entre sus militantes que terminaban dispuestos a desafiar los más elementales principios de sobrevivencia.

Escribo todo esto para ayudar a pensar porqué un grupo que sabe la enorme resistencia que va a enfrentar en el proceso a tratar de alcanzar su objetivo de amnistía e incorporación a la actividad legal decide un ataque frontal, mostrando a cara descubierta a dirigentes y militantes, cerrando filas en torno a una propuesta descabellada: ser inscritos como partido del “pensamiento Gonzalo”, cuando el razonamiento más elemental indicaría que para lograr un registro e infiltrarse en el sistema, deberían hacerlo con fórmulas mucho más discretas.

¿Por qué han querido ser Sendero Luminoso ante el JNE? Uno puede pensar que es para no ser inscritos y usar la bandera de rechazo a su legalidad para ganar más adeptos. También que Guzmán quiere que sus seguidores no se subordinen nunca a otro pensamiento. Finalmente que prima otra vez la idea de cohesionar antes que proteger a su propia militancia. Si todo esto es verdad, Sendero ha cambiado poco aunque ahora actúe sin armas.


Un relato dramático de estos hechos se encuentra en el libro “Sendero, historia de la guerra milenaria en Perú” de Gustavo Gorriti.

25.01.12
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martes, enero 24, 2012

RBD: revocadores, brutos y desvergonzados

Si la derecha más bruta y achorada, pudiera revocar a Susana, digo es un decir, lograría no sólo una derrota estratégica del progresismo castigándolo por el delito de haberles quitado por segunda vez el control del principal Consejo Municipal y el de mayor presupuesto, donde se suponía estaba la base social del conservadorismo peruano, e imponiendo la visión de que los izquierdistas no sirven para ser gobierno.

Más importante que todo eso sería el triunfo, digo es un decir, de una filosofía de la gestión pública que se resume en unos simples conceptos: (a) no importa si el Alcalde (o presidente) roba, siempre y cuando no sea de izquierda; (b) los gobernantes no deben ser sonsos, por ejemplo tratando de cumplir promesas sobre ordenamiento de transporte y seguridad ciudadana, que no se pueden cumplir rápidamente o suscitan resistencias (recuérdese la gestión de Castañeda que no hizo nada en estos campos); (c) lo que cuentan son los by pass, aunque las cifras no cuadren y el tráfico siga embotado; (d) la participación ciudadana es una paja; (e) mejor es tener abandonadas las playas que dejar que el mar se lleve la arena en la Herradura; (f) el caso Comunicore es una maniobra contra Castañeda, la revocatoria no es una maniobra contra Villarán; (g) de economía sabemos nosotros.

Los revocadores por tanto no son un simple grupo de personas ejerciendo sus derechos democráticos. Son un proyecto programático que se coronaría con la restitución del mudo en la Plaza de Armas, aunque fieles a su estilo algunos DBA ya están hablando que mejor candidato sería el gringo PPK, con lo cual podría estar recomenzando el drama que los llevó a la derrota del año pasado. En fin, de todos modos son un programa de ciudad para las concesiones, donde todo puede ser un negocio, para los que hacen negocio con el gobierno municipal. Una ciudad en pedazos porque eso es lo que produce la lotización desordenada y las ventajas económicas focalizadas. Y una ciudad de populismo exacerbado con escaleritas para los pobres y centros comerciales modernos y edificios en los distritos cerca del mar.

Los RBD (revocadores, bruto y desvergonzados) son un ala de la DBA (derecha bruta y achorada), que sabe muy bien que ha construido una imagen distorsionada de Villarán en la que mujer parece ser la responsable de que en Lima haya ambulantes, mototaxis, combis, gays y prostitutas, suciedad y ladrones. ¿Qué hicieron otras gestiones en este campo? No importa, como que tampoco tiene interés si la avenida Abancay se ha hecho más fluida y hay una serie de obras, de esas que dicen que le gusta a la gente, en diversas partes de la ciudad. No existen. Eso es lo que dice la prensa lumpen que abiertamente anuncia los locales donde se puede firmar para echar a la “ineficiente”, para que vuelvan los “eficientes” de toda la vida.

Y es como para reírse a carcajadas que digan que no es por su decencia u honestidad que la están juzgando a Susana, que es igual a que dijeran que es un tema sin importancia, que a nadie se le pide ser moralmente íntegro y cauteloso con los bienes públicos para ser alcalde, como en los casos de Castañeda y PPK. Nunca se vio una revocatoria con menor motivo y mayor odio político.

24.01.12
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domingo, enero 22, 2012

Echaron a corrupto y se quedó su socio

En la SUNARP nada ha cambiado

La única noticia importante de anticorrupción en el año 2011, fue la sonora destitución el 6 de octubre del superintendente de los Registros Públicos Álvaro Delgado Scheelje, mediante Resolución Suprema Nº 188-2011-JUS, refrendada por el ministro Francisco Eguiguren con la rúbrica del presidente de la república. Casi cuatro meses después, el titular podría ser que todo sigue igual o peor en la SUNARP, donde los trabajadores responsables de las áreas de donde filtró la información sobre los actos corruptos han sido despedidos o no recontratados bajo el sistema de CAS, mientras toda investigación ha sido paralizada guardando la información comprometedora donde nadie pueda verla.

La explicación de lo que ya parece ser un nuevo fracaso de los esfuerzos de moralización del Estado, se encuentra en la sustitución de la lucha por limpiar a fondo las instituciones por diversas formas de conciliación con los tramposos que son los que saben mantener su funcionamiento, aunque este sea perverso. De vez en cuando, nos encontramos ante un destape aparatoso y cae algún personaje emblemático como Álvaro Delgado, pero la red permanece, y al poco tiempo todo vuelve a la normalidad.

Decimos esto porque el 5 de octubre de 2011, la mafia de SUNAP estaba contra ola pared. La congresista Esther Saavedra ametralló al superintendente en su propia cara ante la Comisión de Fiscalización, mostrando documentos que probaban la irregular contratación de numerosas personas en la Superintendencia de Registros Públicos, sin cumplir los requisitos de ley y en concursos amañados que dejaron de lado a los postulantes con mayores calificaciones; una gran cantidad de contratos claramente concertados con proveedores por varios millones de soles, distribuidos en montos pequeños para eximirlos de concurso y repitiendo hasta el infinito los mismos contratantes; compras no autorizadas; etc.

Absolutamente desconcertado por la nutrida información acreditada Álvaro Delgado atinó sólo a pedir tiempo para investigar, pero entonces Vitocho García Belaúnde le dio la estocada: “pido un patrullero para que se lo lleve de una buena vez adonde le corresponde”. Al día siguiente estaba destituido y parecía que por fin triunfaba la rectitud sobre la sinvergüencería. Pero, no. Entre octubre y enero, el reinado de Delgado Scheljee se ha prolongado a través de quién era su adjunto y ahora es el encargado de los Registros Públicos nacionales. Hubiera bastado sin embargo una hojeada de currículum para saber que iba a ser así, ya que don Jorge Ortiz Pasco estaba ligado umbilicalmente al jefe que le tocó sustituir.

Devolviendo favores

Alguien que fue asistente de cátedra por pedido del profesor principal Álvaro Delgado en la Facultad de Derecho de la UPC, y que más tarde ascendió a profesor recomendado por su jefe y trabajó con el sistema de citado conjunto con el mismo Delgado, al que finalmente reemplazó del todo porque el entonces superintendente ya no iba a clases, ¿podría ser quién investigue al que lo introdujo en la carrera docente universitaria? Más aún, hasta entrado el año 2011, el señor Ortiz recibió pagos excepcionales de la SUNARP por informes y capacitaciones, que engrosaron su billetera. Por ejemplo, un curso de cuatro horas le rindió a Ortiz una paga de 3 mil 500 soles, y un informe sobre habilitaciones urbanas otros 8 mil. ¿Cómo devolvería Ortiz estos favores a su viejo amigo Delgado?

Obviamente esta sociedad llega a su punto culminante con Jorge Ortiz como adjunto de Delgado y luego como su sustituto. Como la corrupción de SUNARP no podía ser obra de un solo hombre, ¿cómo explicar que se quedara el adjunto, el secretario general, diversos asesores y jefes de línea que no sólo no han profundizado las investigaciones ni atendido los requerimientos del Congreso, sino que se lanzaron en razzia contra los presuntos filtradores de información? En estos momentos Ortiz parece más fuerte que nunca y para él no hay ningún patrullero esperándolo en la puerta.

Algunas personas dicen que se sacó la lotería porque el actual ministro de Justicia Juan Jiménez Mayor, que a veces parece una versión masculina de Rosario Fernández, también anduvo haciendo consultorías bien pagadas para SUNARP en los últimos años. Será por eso que otros afirman que Delgado Scheelje está feliz en sus negocios privados y hasta aspiraría a hacerse Notario de Lima.

23.01.12
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Sendero y los jóvenes

¿Por qué hay jóvenes que han decidido hacer política a través de una organización como el MOVADEF, que viene de un pasado de violencia tan marcado, en una sociedad que todavía lleva el trauma de los años 80 y 90, y no han escogido por ejemplo actuar a través de alguno de los partidos del sistema democrático, que han sido gobierno u oposición los últimos veinte años? ¿Dónde está la falla?

Álvarez Rodrich piensa que el problema está en la educación que no enseña a los niños quién fue Abimael Guzmán y los daños que causó al país, y en los partidos que no son “pedagógicos” con los que están poco informados y formados, o son demagógicos como el fujimorismo que no pierde ocasión de disfrazarse de partido “antiterrorista” para coger adhesiones.

Beto Ortiz seguramente piensa que el dilema se origina en que se trata benevolentemente a los promotores del nuevo partido del pensamiento Gonzalo, en vez de botarlos del set después de haberlos invitado como hizo él, para terminar rellenando la pantalla con imágenes de Tarata que tal vez piensa que son poco conocidas en el país. Moyano e Iberico, por su parte, parecen creer que lo que le ha faltado son más marchas con el regreso del senderismo aunque hasta ahora sus concentraciones no han pasado de las 200 personas.

El gobierno, por su parte, pretende que el meollo de la cuestión está en la ley, y aunque la ley vigente ya prohíbe ser democrático y subversivo, que es lo que aparece por segunda vez en las resoluciones del Registros de Organizaciones Políticas del JNE, no está demás volver a hacer otra norma para decir lo mismo. Pero nada de esto explica el asunto de los jóvenes senderistas que no vivieron la guerra de Sendero y que ahora sacan la cara por una organización que hace algunos años era odiada por todo el mundo.

El error que creo que se comete en primer lugar es que los que dicen que combaten a Sendero y al MOVADEF, no brindan una explicación creíble sobre ellos, las distintas caras de la violencia y las vías para aprender a vivir en paz, y más bien lo que transmiten es que se mueven en un eterno miedo que quieren que sea el de los demás. Enfrentar a una Berenson silenciosa con interminables imágenes de la joven beligerante de los 90, tiene que terminar por ser contraproducente. Y hasta la repetición de videos del caso Tarata puede terminar por decir poco si el otro está asegurando que quiere acabar la guerra, y el Estado y los medios dan la impresión de querer prolongarla.

Pero más equivocado aún es el supuesto de la “superioridad”, porque el nuevo Sendero gana adeptos dentro de los asqueados porque los partidos corruptos, que tampoco se arrepienten y mantienen a tremendas “ratas” en sus filas, son los que quieren enseñar valores a los demás, y los políticos que traicionan sus principios y promesas se presentan como la encarnación del coraje moral. Que un sector político con enormes pasivos por haber encabezado una guerra que destrozó al país, desorganizó el movimiento popular y engendró una dictadura, pueda desafiar al sistema con la cara descubierta, después de una profunda derrota, y hacerse atractivo para un sector de la juventud peruana, lleva a preguntarse qué fue lo que se construyó en el Perú sobre la derrota de Sendero. Tal vez ahí haya mejores respuestas de porqué muchos jóvenes levantan ahora el brazo contra esta democracia.

221.01.12
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Tea Party peruano

Un solo director de un diario limeño tiene desde fines del año pasado candidato para las elecciones de los Estados Unidos de fin de año. Y ese mismo postulante al gobierno del país más poderoso de la Tierra, el republicano Mitt Romney, se mostró hace unos días como lo que es cuando retiró la mano con la que saludaba a una peruana porque esta le dijo que era indocumentada.

Es decir, el tipo que según la columna de cierto director es el “centro”, entre los demócratas vacilantes y los republicanos más extremos, tiene un profundo desprecio por los jóvenes latinoamericanos que llegaron de niños al país de la oportunidades y a los que se les niega la legalización a pesar de vivir, estudiar y trabajar más de diez años en la nación que procreó a Romney.

El problema es de fondo, ya que el anterior presidente republicano fue a la vez el promotor de menos impuestos a las grandes corporaciones y menos gasto social; impulso de guerras en distintas partes del mundo y enemigo declarado de la inmigración. A partir de Bush los republicanos ya no son de derecha sino de extrema derecha en todas sus variantes fanáticas.

Aquellas que dicen que el problema de Bush no fue que se excedió persiguiendo “terroristas” por el mundo y rediseñando su país para las finanzas que finalmente condujeron a la crisis mundial, al salvataje más desvergonzado de la historia y a la crisis actual donde el Estado luce totalmente desfinanciado; sino que avanzó insuficientemente en este camino.

Del Tea Party hasta Romney todos están a la derecha de George W., que a su vez estaba a la derecha de su padre y de Ronald Reagan. Ahora, que haya por acá los que toman partido en esa Babel de gente amante de los rifles; negadores de la evolución humana y de cualquier otra ciencia que no sea mencionada en la Biblia; perseguidores de inmigrantes; y magnates egoístas e irresponsables; podría ser una curiosidad o un síntoma de la huachafería peruana por lo extranjero que hablaba Mariátegui, José Carlos, por si acaso.

La cosa, sin embargo, cambia cuando aparece Lucía Allain de 17 años, que no tiene nada de rojazaza ni de caviar, pero que vive en la inseguridad continuada, reclamando al candidato por negarse a apoyar la ley que ayudaría a la regularización de su situación. Ahí es donde aparece nuestra verdadera condición. Porque no sólo Romney, que es directamente anti-emigrante, sino también lo Obama que supuestamente quieren alcanzar alguna vía de mejora para millones de residentes en los Estados Unidos tienen una respuesta terminante a esta parte del sueño americano que parece pesadilla.

“Estamos trabajando en ello”, dijo Michelle Obama a la niña peruana Daisy Cueva de 6 años, en el 2010 cuando le preguntó si deportarían a su madre.

Lo que quiere decir que ni republicanos ni demócratas van a dar una salida a este problema que no sea con leyes de persecución y expulsión como en algunos estados con gobernadores republicanos. Por su parte la administración Obama sólo ha mantenido el estatus quo, y ha dudado un millón de veces antes de emprender una reforma. Podría esperarse que el director que dice que los peruanos somos capaces de elegir un mono, nos explique en qué lugar de la zoología coloca a los candidatos del país de sus afectos, así podríamos confirmar que no somos tan diferentes.

21.01.12
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miércoles, enero 18, 2012

¿Tan difícil es dar un paso al costado?

La saga de Chehade está llegando a su fin.

Y a estas alturas, al margen de los aspectos anecdóticos de la historia en la que el ahora exvicepresidente hizo todo lo posible para que nadie le creyera y quedara siempre la sensación de que se le había subido el poder a la cabeza y que alguien se lo tenía que bajar, lo sustancial es que este caso como el de Alexis y otros, han servido para mostrar que efectivamente el poder real del actual gobierno es mucho más restringido que el de sus predecesores.

Por eso es que se sigue insistiendo en desaforar a un tipo que está pagando con 120 días de suspensión y la pérdida de la honorífica condición de reemplazo potencial del presidente, por la estupidez de citar por su cuenta y riesgo a generales, y probablemente querer favorecer y luego encubrir las gestiones de su hermano a cuenta del grupo Wong en Andahuasi. Lo que es obvio después de tantos meses y zarandeos, es que la intentona de Miguel Chehade no prosperó, pero las consecuencias para su hermano Omar han sido devastadoras.

Por estos días, además, la bancada de Gana Perú se anda quejando que la Comisión de Ética del Congreso está parcializada, lo que se verifica en el hecho de que hasta ahora hay tres suspendidos de 48 denunciados, de los cuales todos son del partido de gobierno y hay un especial encubrimiento para la docena de fujimoristas que están en la lista negra. Claro que uno podría plantearse la pregunta de Perogrullo: ¿es que recién de dan cuenta de este detalle evidente?

Suena aparentemente bien que el oficialismo no “blinde”, como se dice ahora, a sus militantes y permita las investigaciones y sanciones que correspondan, a condición de que el “no blindaje” no signifique exactamente lo contrario: la obligación de aceptar estar permanentemente en la picota de los partidos tradicionales como si tuvieran alguna superioridad moral para juzgar al otro. Casi podría decirse que el nacionalismo parlamentario ha estado exhibiendo una falta de garra frente a las otras bancadas, paralela a las debilidades que el Ejecutivo ha mostrado ante la presión de la derecha empresarial y tecnocrática.

La falta de convicción en representar la voluntad del pueblo y en encarnar una opción política “de abajo”, como dice el presidente, se ha reflejado en cederle la agenda a Lay para que escoja a quiénes investiga, en dejar que el caso Chehade se prolongue, y en carecer de iniciativas que expresen la existencia de una nueva mayoría a favor del pueblo. La famosa frase de Otárola sobre el “medio paso al costado”, cuando Chehade dijo que no renunciaría a la vicepresidencia pero no la ejercería nunca, resume en buena medida la confusión existente. Si el vocero creía que su colega había cumplido con su primera respuesta, cómo es que ahora se felicita de una renuncia totalmente extemporánea.

Es impresionante cómo se jaquea al gobierno de Ollanta por el vicepresidente errático, los congresistas achorados, los hermanos que viajan, consiguen trabajo o pasan la noche del año nuevo donde no deben, etc. Día y noche recibimos este mensaje que parece advertirnos que al barrio del poder se han mudado unos provincianos, nuevos ricos y ruidosos, que se ganaron la lotería, y que hay que tenerlos a raya para que no desarreglen más la cuadra.

18.01.12
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martes, enero 17, 2012

La DBA versus la DC

“…fuimos muy pocos los que nos comimos el pleito con todo, diariamente, sin medias tintas, sin pascanas, sin pausas, sin intermitencias, sin tomar prisioneros, sin sonrisas, sin complicidades, sin neutralismos fuera de sitio: mi redacción, Rodrich, Valenzuela, Bayly, Lucho García Miró, y algunos valientes columnistas.
Aldo Mariátegui, Correo, 2 de octubre de 2006


En el 2006 no había ningún diario, programa radial o televisivo, que apoyase la candidatura radical de Ollanta Humala y que no formara parte de la campaña de demolición del nacionalista. Sin embargo, como se lee en la cita que abre esta nota, había quién creía que los que se había opuesto al ganador de la primera vuelta y derrotado con 47.5% de los votos por la coalición de todos los demás, había sido “unos pocos” héroes del sistema que le cerraron el camino del poder al peligro mayor de dicho año.

Ni Tafur, ni Álvarez Rodrich, ni Palacios, que votaron firmemente por su antigua “bestia negra”, Alan García, para que no gane Humala, merecían un reconocimiento del máximo exponente de la DBA (derecha bruta y achorada), que por entonces inventó el mote de DC (derecha caviar), para sus examigos que no quería llamar fascista a Humala y buscaban entrevistarlo, en sesiones que lo “humanizaban” ante los electores.

En aquellos días que ahora suenan a época remota nace el debate entre DBA y DC, que en sus comienzos era sobre táctica electoral: T acusaba a M, de levantar a OHT al exagerar sus ataques y hacerlos no creíbles, otorgándole el papel de víctima. El DBA principal, decía en cambio que la prensa debía disparar siempre sobre el enemigo y crear anticuerpos (vacuna) para que el país no elija el camino equivocado. Decir, por ejemplo, que Ollanta no era tan malo y hasta se podía conversar con él, era ollantismo de la peor especie.

En el 2010 la DBA y la DC se enfrentaron por el asunto Villarán, cuando los primeros fueron de Kouri contra Flores, y luego de Flores contra la “tía regia” a la que llegaron a presentar como versión femenina de Abimael Guzmán, y proclamaron que Lima jamás sería de izquierda (o centroizquierda) y ahora consecuentemente son de la revocatoria. Por su lado la DC empezó con Lurdes contra el amigo de Montesinos, con el rollo de la decencia, y luego reclamó no exagerar con Susana y algunos de ellos incluso dijeron que era bueno probar votando por la izquierda liberal y moderna de Fuerza Social. Obviamente aquí se profundizaron las diferencias.

La cosa es que hemos llegado finalmente al gobierno Humala que todos querían impedir y nos enteramos que el comandante se ha vuelto “pragmático” y amnésico respecto a su discurso histórico. Y nuevamente tenemos a la DBA y la DC sacándose los ojos. Con un gobierno en derechización es natural que los derechistas de distintas alas empiecen a pelear para ver quién marca la pauta. La DC dice ahora que está bien que Ollanta se haya vuelto del sistema, pero que haga siquiera algunas reformas para que no haya la misma frustración que con García. La DBA por su lado dice que OHT nunca fue un problema, sino los izquierdistas, y sigue buscando si queda alguno en algún ministerio y que los DC están equivocados porque lo que se necesita no son reformas sino la mano dura que siempre hemos estado esperando.

17.01.12
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domingo, enero 15, 2012

La guerra sin fin

La rebelión senderista de los 80-90, no iba dirigida solamente contra los gobiernos de turno y las Fuerzas Armadas, sino contra el Estado liberal al que consideraba una hipocresía. Su primer acto militar fue la destrucción de las actas de sufragio en Chuschi, y en los siguientes años su consigna favorita fue “no votar” y la crítica más ácida a sus rivales de la izquierda, era que detrás de cada uno de ellos latía un potencial candidato al Congreso. Yo mismo recibí una de esas andanadas durante un debate con “El Diario”, que ha quedado consignada en mi libro de 1989: “Guerra e Ideología” (Debate con Sendero Luminoso).

Otro ángulo del mismo asunto era el papel de los organismos de fachada o “generados”, que agrupaban familiares de los presos, abogados, artistas, etc., que en el proceso de la guerra recibieron la orden de militarizarse y participar en acciones como una famosa asonada en la Plaza Manco Cápac que concluyó en un tiroteo y en la muerte de varios familiares de los presos senderistas. El Sendero en guerra buscaba que el Estado se “desenmascarara “, como una dictadura brutal que según decían era su esencia. Por eso es que se puede decir que ellos engendraron a Fujimori, que justificó sus rasgos más aberrantes: golpe de Estado, leyes de excepción (que no encajan en la legislación de derechos humanos), la intervención del Poder Judicial (que incluía las leyes ad hoc para torcer los fallos, como la que se pretende ahora para orientar al JNE), el grupo Colina, el fusilamiento de rendidos, etc.

La verdad histórica es que la dictadura nacida de la subversión, fue la encargada de derrotarla, por lo menos en su aspecto esencial: captura de sus dirigentes y fin de la ofensiva militar contra el Estado. Y el fujimorismo hizo de esta victoria, que también era contra la democracia liberal, un programa político que se resume en el concepto de que la democracia actual no es boba, es decir no es de puertas abiertas; ni los derechos son iguales para todos porque pueden ser aprovechados por el enemigo; que los “cobardes”, “débiles” y “caviares”, son aquellos que dudan en la guerra, etc. Durante casi veinte años que van desde la captura de Guzmán hasta el presente el fujimorismo ha vivido de hacer creer que son el partido del “antiterrorismo”, para lo cual han necesitado que el “terrorismo” siga existiendo, aunque sea de la forma de personas salen en libertad porque cumplen su condena, expresidiarios que viajan al extranjero o se mudan de casa y senderistas y emerretistas que intentan hacer política en espacio legales.

En este punto, como en otros, además, los seguidores del chino le ponen el discurso al resto. Como nadie quiere que le caiga el estigma de blandura frente a Sendero, todos reclaman la primera fila para “enfrentar al terror”, que en este caso consiste en negarle la inscripción al MOVADEF que se quiere infiltrar en la democracia para destruirla por dentro. Pero leo y releo a los liberales que no quieren ser bobos y extraño la inteligencia que pueden tener otros temas. Algunas preguntas sencillas para ellos: ¿no creen que Sendero está admitiendo el fracaso y derrota de su estrategia de lucha armada y destrucción de la democracia liberal, al empezar a jugar en sus reglas?, ¿no hay quién pueda evidenciar el viraje que esto representa?; ¿la democracia no boba tiene o no recursos propios para controlar a los actores que forman parte de ella y sancionar a los que quieran dañarla “desde dentro”?, ¿no está sometiéndose a esas sanciones el que pide participar en ellas?; ¿adónde irá el MOVADEF y los 380 mil que le dieron las firmas, si no tienen espacio en el sistema?, ¿desaparecerán?, ¿harán campaña como proscritos, capitalizarán la enorme cantidad de decepcionados que está produciendo el gobierno de Ollanta Humala?; ¿dónde se da la lucha ideológica contra ellos?.

15.01.12
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sábado, enero 14, 2012

Una encuesta después de Conga

La última encuesta de Datum en la que el presidente Ollanta levanta dos puntos respecto a diciembre, ha sido celebrada por la prensa de derecha, casi con el mismo entusiasmo con el que Alan García henchía aún más su enorme pecho con el 0.9% de crecimiento económico del 2009, con lo que se confirma que en nuestro país el casi cero puede ser después de todo una buena noticia.

Torrado ha puesto paños fríos diciendo que lo que ha pasado es que el presidente ha dejado de caer después de la pendiente septiembre-diciembre que lo hizo retroceder 22 puntos. Y eso es explicable si se recuerda que hace un mes estábamos bajo el fuego abierto del conflicto Conga, con gobierno apabullado y en crisis de unidad del gabinete donde una parte se alineaba en una alianza clara con las mineras y apostaba por la represión, y la otra insistía en el diálogo y la consideración de los puntos de vista de los demás sectores involucrados en el conflicto.

A treinta días, pasadas las fiestas y en un terreno más parejo, es razonable que el resultado sea menos malo que en el pico de la crisis. Pero de ahí a decir que el país siente que el gobierno está encontrando un rumbo con el cambio de gabinete, hay una notable diferencia. Para empezar podría mencionarse que la aprobación del premier Valdés anda por 26%, y el otro hombre fuerte del gabinete Conga, el ministro Castilla, raspa el 28%.

Si los símbolos del “cambio” de diciembre, que trae tanto sabor a vuelta a la normalidad, andan por la mitad de la aprobación del presidente, ¿qué es lo que se puede inferir? Tal vez que la gente no se ha peleado del todo con Ollanta y guarda esperanzas de que sus decisiones sean las mejores. Pero sobre la personas a las que otorgado el mayor poder no parece haberse extendido el mismo crédito.

Un dato adicional es que cuando se pregunta lo que el presidente debería decidir sobre el proyecto Conga, epicentro de la crisis noviembre-diciembre, y herida abierta que se ha trasladado al segundo paquete de ministros, los que responden llegan al 33% con la frase: “Conga no va”; 30% con “Conga va” (el famoso conjuro presidencial que desató el conflicto); y un 19% que afirma “Conga va pero con cambios”.

“Conga va” no refleja por tanto ni a la tercera parte del país, pero tenemos un gabinete para que Conga vaya sí o sí, es decir condenado a desgastarse en el empeño. Basta pensar en lo que pasaría si las tensiones recrudecen en Cajamarca o se inician otros conflictos latentes con la minería en varias partes del país. ¿Hasta dónde se puede caer en las encuestas?

La lectura de la encuesta por niveles socio-económicos reafirma el proceso de reestructuración social del ollantismo: A-B (alto y medio alto), le da 55%, y E (muy bajo) le da 44%; C lo aprueba con 54% y D con 51%. De igual modo el presidente de las provincias recibe 56% de Lima-Callao y menos de 50% del interior, siendo el caso más crítico el del norte (40%) donde se ubica el proyecto Conga, y el sur (48%).

Un punto que tampoco encaja en la lógica de la derecha que dice ya la hiciste Ollanta con el gabinete fuerte de Valdés, los ministerios de Castilla y la izquierda fuera del gobierno, el pueblo te apoya y te ha dado dos puntos adicionales, es el que relaciona al presidente con sus promesas. Cuando se ve los motivos de desaprobación se observa que para el 52% lo principal es que no cumple sus promesas. Eso a pesar de Pensión 65, Cunamás y otras, lo que quiere decir que hay una percepción de que el gobierno no es el que eligieron. El 26% de los que aprueban, creen que sí cumple sus promesas. Faltaría saber en cuál de ellas están pensando.

14.01.12
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viernes, enero 13, 2012

Todo vuelve a ser como antes

Había una coherencia básica en el hecho que el Partido Nacionalista hubiera no sólo tenido en sus filas a muchos dirigentes cocaleros, sino logrado convertir en representantes nacionales a dos de sus lideresas más destacadas, y en el nombramiento de Ricardo Soberón para conducir la política antidrogas a través de DEVIDA. Si se quiere ha sido, hasta hoy, la decisión más audaz de un régimen con muy escasas decisiones audaces, y que ahora tiene un primer ministro que alaba abiertamente el continuismo.

No es que Soberón hubiese llegado para hacer una “revolución cocalera”, denunciar la injerencia estadounidense en el tema de la droga y en la actividad de erradicación de cocales, o que su presencia representase un rezago del programa de la Gran Transformación y que recién ahora se tuviese una dirección de este campo de la política de Estado más acorde con la Hoja de Ruta, como ha declarado uno de los “expertos” con financiamiento precisamente del país con más interés en este tema, y que parece no ha leído ni uno ni otro de los documentos a los que alude.

En realidad Ricardo no hizo ninguna cosa “radical”, salvo intentar suspender el proceso de erradicación hasta definir una política más integral, lo que desató una chilla espantosa que no se calló ni cuando el gobierno retrocedió y reinició la erradicada, afectando como suele suceder los cocales más pequeños, de los campesinos más pobres, para con ello sumar la meta de erradicación ya concordada con los Estados Unidos. Ciertamente que esto produjo grandes decepciones en la base de Humala, mientras se envalentonaban sus adversarios que exigieron de inmediato la cabeza del “atrevido” Soberón que mañana podría volver a insistir en el tema prohibido, mientras Oscar Valdés sobrevolaba las zonas cocaleras con la embajadora que andaba preocupada con el jefe de DEVIDA.

Todo eso es historia y es evidente que el nombramiento del nuevo primer ministro era un anuncio de que también en materia de política cocalera se producirían cambios de personas y políticas. Lo que no se sabía era la profundidad del cambio. Porque, dicho sea de paso, actualmente los únicos cambios en el gobierno de Ollanta son los que lo separan de los atisbos de reforma que existían en sus primeros meses. En materia de drogas el gambito de Ricardo Soberón por Carmen Masías, en otras palabras del jefe que venía de la crítica a la política meramente erradicadora sostenida por Estados Unidos; a la nueva jefatura de una exfuncionaria de la institución que trabaja en el campo de la prevención, control y rehabilitación de la personas que consumen drogas dentro del país, y que recibe apoyo también de los Estados Unidos, representa un volteretazo de 180º.

Ya sabemos que todo esto se justifica en el “pragmatismo”, pero aún el más pragmático decide con cierta lógica. Y lo que no es lógico aquí es rifarse un apoyo social significativo, cuando ya se ha perdido el apoyo de otros por evidentes decisiones erradas. Pasar del primer desconcierto producido por el reinicio de las erradicaciones, a la señal que anuncia que DEVIDA verá de lejos a la policía y la DEA ocupándose por su cuenta de los sembríos y sembradores, va a ser descorazonante entre los pueblos donde Ollanta obtuvo algunas de sus más altas votaciones.

Basta leer el libro sobre la trayectoria del ahora presidente donde explica cómo se acercó a la comprensión del problema de los cocaleros y sobre las raíces de la violencia que le mandaron a combatir como soldado, para sentir una frustración adicional con la nueva conducción de DEVIDA. No me cabe duda, además, que la opción por CEDRO, es por la represión simple y llana. Basta tener un poco de información sobre la filosofía y psicología de esta institución de la que Masías fue vicepresidenta por muchos años, para entender que esta señora, como la que ahora ocupa el despacho de la Mujer, son extirpadoras de idolatrías. Se trate del aborto o de las drogas.

13.01.12
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jueves, enero 12, 2012

El aeropuerto al que no se puede llegar

Centenares de personas varadas en diversos aeropuertos en el Perú y países vecinos por el colapso del Jorge Chávez han tenido una explicación climática: la niebla de Lima no dejaba bajar ni salir los aviones, pero que adicionalmente se estaban cambiando los sistemas de seguridad a cargo de CORPAC.

Decía mi padre que cuando te dan más de una excusa para la misma cosa es porque te están mintiendo. Bueno, los pasajeros que no pudieron partir de distintas partes del país y los que fueron derivados a otros terminales de países vecinos, a la espera de una solución del problema de Lima, tampoco se han creído la versión oficial.

Sólo la prensa acrítica, que en el Perú es casi una enfermedad, ha recogido la versión de LAP y CORPAC, avalada a medias por SENAHMI, de que el lunes y martes fueron días excepcionales de este verano que había empezado como más caluroso de lo normal y ahora resultaría más neblinoso que cualquier otro año de los que lleva funcionando el aeropuerto del Callao, donde nunca había ocurrido una paralización del tamaño de los últimos días.

Otra cosa es que los ciudadanos que consumimos noticias y oímos que Lima estaba tan pero tan neblinosa que parecía Londres de Jack el destripador, nunca vimos algo que pudiera parecer una anormalidad grave del clima y menos que tuviera impacto a lo largo de todo el día. Muchos hemos visto a los pilotos peruanos aterrizar en cielos totalmente encapotados o con lluvias feroces como las de la selva, pero en nuestro primer aeropuerto un poco de nubes bajas produce un caos de 48 horas: ¿será verdad?

Hace trece años que vengo escribiendo casi en solitario (comparto el tema con Herbert Mujica) sobre la concesión del aeropuerto Jorge Chávez y la serie de maniobras, ilegalidades y corruptelas que rodearon este proceso y en la que están implicados muchos políticos y funcionarios actualmente vigentes, subrayando que la administración privada no ha resuelto los problemas básicos de la aeronavegación peruana que son la nueva pista de aterrizaje que debió estar terminada hace muchos años, por el deterioro y obsolescencia de la existente que ahora está siendo nuevamente refaccionada con obras nocturnas, y los deficientes sistemas de orientación para la aproximación de los aviones en situaciones de baja visibilidad.

La concesión que viene del año 2000 no ha hecho nada sobre estos puntos que son tal vez los únicos que podrían explicar la necesidad de una intervención privada supuestamente especializada. En cambio han hecho un edificio bonito (como si los peruanos no pudiéramos hacerlo) y han asumido el control de toda la actividad comercial y de servicios que se realiza dentro de sus límites a través de empresas amigas o asociadas, y por eso han recibido varios premios como el “mejor aeropuerto de Suramérica”. El mejor pero sucumbe a un poco de neblina.

Por haber insistido en los defectos básicos de la administración de LAP: pista, seguridad, y adicional a ellos falta de vigilancia de la salida de droga y otras, he sufrido cuatro juicios (Herbert me gana porque tiene cinco) y he sido presionado para que mis libros y artículos sobre el tema no sigan circulando, con el extremo de una acción de amparo para requisar el libro: “LAP, un fraude en tres letras”, mañosamente avalada por el Tribunal Constitucional, contra la opinión de los jueces..

Y, de pronto, como en una profecía autocumplida, nos topamos con el día negro de LAP y con los pasajeros y familiares peleando con las líneas aéreas que han terminado pagando el pato del aeropuerto colapsado, precisamente porque han aceptado sus reglas. Ahora nadie se atreve a decir que el problema era previsible. Si todos estaban aplaudiendo la concesión y las maravillas de la administración privada y ni siquiera se preguntaron quién iba a responder el día en que no pudieran aterrizar los aviones.

12.01.12
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miércoles, enero 11, 2012

El regreso de Lori Berenson

El almirante Giampietri, cuando no, dijo el 20 de diciembre que Lori Berenson no regresaría al Perú y que la verdad era que ella y Nancy Gilvonio querían salir fuera del país porque tenían las claves de las cuentas del MRTA en el exterior.

Nunca aclaró en qué basaba esas presunciones, pero igual se ganó titulares que ahora deberían darle un poco de vergüenza, ya que la norteamericana regresó cinco días antes del plazo judicial y según todas las evidencias lo único que hizo en los Estados Unidos fue compartir con sus padres y amigos, antes de iniciar su retorno.

Pero el almirante ha evitado reconocer que se equivocó o que por lo menos exageró la nota. Tampoco el procurador antiterrorismo Julio Galindo ha tenido la mínima hidalguía de reconocer que se excedió al describir el viaje de Berenson y del chileno Lautaro Mellado como una operación de fuga. Por lo menos admitir por alguna vez que un acusado por terrorismo puede ser una persona de palabra que muestra un esfuerzo de reincorporación a la visa civil, ayudaría a que se entienda eso de que estas personas también tienen derechos humanos.

Pero no. En estos días la televisión está repitiendo una miniserie que se inspira en la operación Chavín de Huántar y que es publicitada a partir de una escena en la que el jefe de los secuestradores, se supone que Néstor Cerpa, lanza la amenaza de ejecutar en 48 horas al canciller que se encuentra entre los rehenes, ante lo cual los comandos deciden que la intervención no puede esperar.

Esta no es la verdad histórica, sino la de las negociaciones entre el gobierno de Fujimori y los dirigentes del MRTA, que se alargaron durante meses mientras se preparaba la operación que se ejecutó cuando los secuestradores creían que ya tenían un acuerdo. Pero lo que interesa es la propaganda de guerra que indica que los rehenes más connotados estaban a punto de ser ejecutados, lo que implícitamente aplica a la idea de porqué interesarse tanto por dos o tres rendidos fusilados en medio de la batahola.

La idea del subversivo malo-malo puede explicarse contra un enemigo que está disparándonos, pero no sirve si lo que se está buscando es alcanzar un período de paz duradera y una reconciliación profunda entre peruanos. Y lo mismo puede afirmarse de la tesis opuesta que busca congraciarse con los militares bajo la fórmula “a mis soldados nadie los investiga”. El efecto final es que volvemos a dividir al país en torno a si los del MRTA y Sendero Luminoso pueden tener derechos “a pesar de todos el mal que hicieron”, y si los militares y policía pueden ser juzgados por crímenes de guerra, “a pesar que gracias a ellos tenemos la paz y la democracia”.

Pensando en el caso Berenson recordé curiosamente el despido del Canal N, de la periodista Patricia Montero en plena campaña electoral bajo el cargo de tratar de “humanizar” al candidato nacionalista, lo que en estricto sentido equivale a admitir que se puede y a veces “se debe” “deshumanizar” al adversario. Efectivamente la gente que creía que Lori llegaba a su nueva vivienda después de estar en la cárcel para poner bombas “como en Tarata”, respondía a esa imagen de deshumanización construida por la prensa, sintetizada en la repetición del video de la mujer desafiante y vociferante en manos de sus captores, que es recordada mucho más que los actos por los cuales estuvo presa.

Pero el otro día que Lori Berenson llegaba de Estados Unidos, la única excitación que desataba era la de la prensa. Ninguna persona se enfrentó con ella, porque seguramente pensaron que ya ha pagado bastante por sus errores y mejor hay que dejarla tranquila, aunque a algunos quince años de cárcel por un atentado que no hubo les parezca muy poco.

11.01.12
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martes, enero 10, 2012

Yo no voté por Valdés

¿Quién le dio la autoridad a Oscar Valdés para declarar que la “Gran Transformación” era imposible, no porque no hubiera mayoría suficiente como decía Ollanta sino porque era un experimento inaceptable como otros que se hicieron en el remoto pasado, allá por la década del 70; y que el gobierno de Ollanta era en realidad una reencarnación del pragmatismo de Fujimori, pero sin golpe de Estado?

La primera impresión podría ser, por supuesto, que el presidente le dio cuerda para decir lo que se va configurando como su nueva lectura de la realidad y de las relaciones políticas. O sea que el primer ministro estaría hablando por Ollanta, que no se ha tomado el trabajo de desmentirlo a pesar de la gravedad de algunas de sus afirmaciones. Pero mientras Valdés se despachaba en Lima, Humala llegaba a Venezuela y según dice le regalaba a Chávez un libro sobre el Perú de Velasco.

¿Qué podía significar todo esto?, ¿tan contradictorio puede ser el pensamiento de una persona como para encargar a su segundo echar barro sobre una de las fuentes de sus principios originales, y seguir presentándose internacionalmente como un heredero del velasquismo? Así que cabe otra manera de entender al premier Conga y es que ya se ha empezado a sentir lo suficientemente fuerte como para decir lo que le parezca y aparecer como la voz de un gobierno en el que el presidente y los demás ministros se mantienen en silencio.

Después de todo lo que pasó con el gabinete Lerner fue que en el vacío de definiciones presidenciales emergieron las disputas de interpretación entre Giesecke y Herrera, y entre Castilla y Burneo. Y el presidente nunca desmintió a nadie, hasta que mandó a casa a parte de los opinantes. Valdés sabe que arriesga que en algún momento su pragmatismo y su negativa a cualquier cambio resulte un factor de crisis para Ollanta Humala, pero por ahora sabe que es necesario para proyectar la imagen de dureza que el gobierno necesita para enfrentar el caso de Cajamarca y los conflictos que se vienen para este año.

Que Valdés no es ningún tonto, es decir que sabe lo que hace, lo demuestran sus declaraciones que bien entendidas quieren decir que él votó naranja para que volvieran los tiempos del “buen gobierno”, con la seguridad además que para Keiko estaba vedado el camino de un nuevo golpe de Estado. En eso además sabe que fue acompañado por lo menos por Castilla, Cornejo, Villena y Merino, y que todos ellos –pragmáticos al fin-, concluyeron que si el ganador era otro había que operar sobre él antes que se le ocurra cualquier experimento.

La velocidad en que este grupo se apoderó del gobierno y hasta del discurso oficial ha sido vertiginosa y debe haberlos sorprendido. La maniobra de Conga, que todo indica que fue planeada para enfrentar a Ollanta con sus bases-, produjo una recomposición política hacia una hegemonía derechista, tecnocrática y autoritaria. Ollanta debe haberse dicho para el mismo que no le quedaba otra alternativa. Ahora la operación de penetración en el gobierno nacionalista ya no sólo consiste en separarlo del pueblo, de su entorno más íntimo y de su familia; ahora vienen contra la parte espiritual conformada por sus creencias más íntimas.

El presidente que juró por el espíritu de una constitución que no está vigente haciendo creer al mundo que era antes que cualquier otra cosa un hombre de principios, parece estar meditando en estos momentos qué puede hacer con un primer ministro que proclama a los cuatro vientos que Ollanta no tiene principios porque es tan pragmático como el presidente contra el que insurgió militarmente el año 2000.

09.01.12
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domingo, enero 08, 2012

El chantaje de las demandas internacionales

Todo indica que al presidente Ollanta le vendieron dos ideas que ahora dan la impresión de haberse convertido en su nueva doctrina: (1) sus programas sociales y con ellos su credibilidad electoral dependen de que se mantenga un flujo continúo de inversiones que a su vez genere impuestos y dinero para pagar los subsidios de pobres, que es lo único de “social” que le queda al actual gobierno; (2) pero, si en vez de aprovechar las ventajas del aumento sostenido de la inversión, se le ocurre algún tipo de revisión de los contratos vigentes, para que por ejemplo se aumenten los rendimientos y los controles sobre las inversiones ya existentes, que no por casualidad son en el Perú principalmente extractivas, entonces el destino del pobre gobierno será ser enviado al CIADI, ese tribunal de controversias de inversión que siempre da la razón a los inversionistas y donde el Estado será esquilmado para que aprenda que es por su bien dejar las cosas como están.

Podría apostar quiénes fueron los que le contaron esta historia de zanahoria y palo, y especular sobre si primero lo removieron con el cuco con forma de CIADI y luego le ofrecieron el beneficio de la buena inversión, o si fue al revés. El hecho es que el paquete incluía las dos cosas y que los que hacían de ponentes de la nueva revelación tenían muchos títulos académicos para declararse expertos en economía y gran respaldo de entidades internacionales, la banca peruana y los gremios empresariales. O sea que si estaban equivocados por lo menos sería un error de expertos y no culpa del gobierno, en cambio si Humala se iba contra el mundo y se quedaba sin inversión y con una cadena de juicios sería acusado de haber echado a perder el crecimiento y la posibilidad de hacer programas sociales pro-inclusión. Así de fácil. Por lo menos así de sencillo fue convencer a quién había dicho todo lo contrario durante muchos años.

La clave para que un candidato que propugna el cambio pase a convertirse en un presidente que dice que no se puede hacer el cambio y permite a su premier condenar los “experimentos” y “globos de ensayo” y alabar las reglas que vienen del pasado, está en intimidarlo y hacerle aceptar que la realidad es mucho más poderosa que cualquier discurso. Por eso la frase “Conga va y no aceptó ultimátum de nadie” no es, en ningún sentido, una expresión de coraje, sino todo los contrario: una cruda evidencia de que el gobierno se ha rendido al sistema, sin siquiera haber intentado pelearse con él.

La experiencia No. 1

No es la primera vez que ocurren cosas así y el núcleo neoliberal que se encuentra enraizado en el Estado al punto de parecer el Estado mismo, se apodera de los nuevos gobiernos para asegurarse que nunca haya cambios. En general los electores los identifican como los traidores a su palabra, que ofrecen una cosa como candidatos y hacen otra como gobernantes, lo que abarca a personajes tan desiguales como Fujimori, Toledo o García. Pero quizás más ilustrativo sea referirse a dos experiencias latinoamericanas que se mueven mucho más cerca de los actuales reflejos del presidente Humala.

De un lado está el caso de Chile post Pinochet, que pasa a ser gobernado por la Concertación Democrática que había cuestionado duramente la política y la economía de la dictadura, pero que ni cambió el esquema institucional del régimen militar ni se movió un centímetro de la apertura neoliberal iniciada después del golpe de 1973. Preguntado alguna vez el presidente socialista Ricardo Lagos, de porqué su gobierno había concluido las negociaciones para un TLC con Estados Unidos, si hubiera podido replantear las relaciones de mercado de su país con el mundo, contestó que eso hubiera significado tener que desarmar todo el esquema y pelearse con medio mundo, con el riesgo de tener que cargar con la posibilidad de un fracaso y de terminar responsables de la destrucción de un modelo económico que para la mayoría de los chilenos había demostrado que funciona.

En el 2010, se acabó sin pena ni gloria el gobierno de la Concertación, que devolvió el poder a los herederos del pinochetismo con los que habían aceptado armar un bipartidismo para evitar el desarrollo de otras opciones políticas. La gente votó ilusamente por un cambio, porque la izquierda representada por la Concertación había encarnado el continuismo más crudo. Pero no mucho después estalló la crisis de la educación en Chile, que pone en el centro lo peor del modelo que es la desigualdad de oportunidades, que se fundó en el neoliberalismo de los 70, y se mantuvo 20 años a cargo de los administradores democristianos y socialistas de la herencia política y económica del dictador. Si las cosas económicas no van demasiado mal, es probable que Ollanta tenga que verse en el espejo de la Concertación chilena e irse como el presidente que hizo lo posible por mantener el sistema contra el que insurgió.

La experiencia No. 2

Nos remitimos a la Argentina de principios de siglo y al fin del régimen de Saúl Menen que marcó al país de la Plata con un programa de privatizaciones, apertura de mercado y forzada estabilidad monetaria, que empezó a reventar hacia el final de sus varias reelecciones. Fue ahí que llega al poder el radical Fernando de la Rúa postulando un viraje, que nunca hizo porque fue a pedir consejo am los exministros del menemismo. La crisis económica entonces se hizo social y se produjo una rebelión de las masas contra el Estado y todos el orden existente que fue tan intensa que hizo renunciar al presidente y creó una situación de poder callejero versus Estado en crisis que se prolongó casi dos años.

Ollanta puede consultar esto con Castilla que le dirá que aquí estamos blindados y no va a haber ni “corralitos” ni crisis monetaria. Pero las fortalezas neoliberales que funcionaron más o menos en el 2008-2009, van a tener que probar cuánto sirven para esta nueva etapa de la crisis. Y el gobierno puede pasar de los conflictos locales tipo Conga que lo han sacudido por dos meses sin hallar salida, al descontento general en niveles agravados por la decepción y el desengaño.

En cualquiera de los dos escenarios es difícil estimar qué tanto podrá el gobierno sostenerse en sus programas sociales y de qué le servirá haber evadido los juicios del CIADI. Después de todo son mucho más importantes los juicios de la historia. Pero vaya usted a explicarle al presidente los otros factores que no ha tomado en cuenta.

07.01.12
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Valdés y el buen gobierno

Valdés escucha pragmatismo y cree tener todas las definiciones. Lo contrario seguramente es experimentación y globo de ensayo que fueron lapidados en su discurso leído ante el Congreso. Lógicamente, una idea tan profunda, puede llevar a cualquiera a declaraciones como las de ayer cuando en RPP respondió a la pregunta de Aljovín, sobre si el pragmatismo lo emparentaba con el régimen de los 90, afirmando que el gobierno 90-95 había sido un buen gobierno, más o menos como lo debe sentir íntimamente la propia entrevistadora que estuvo asociada muchos años al fujimorismo.

Claro que al salir, el primer ministro de Ollanta, debe haber medido el tamaño de su audacia y ante la pregunta de los periodistas hizo precisiones que podrían calificarlo para algún tratamiento especial: (1) que el gobierno de Fujimori fue “bueno”, si le sacamos de lado el golpe de Estado, que como se sabe ocurrió al comienzo del segundo año y marcó los ocho siguientes, y tiene efectos hasta el día de hoy; (2) que lo verdaderamente “bueno” fue la economía práctica, esa que construyó el poder transnacional y financiero que hoy impera en el Perú, generó una brutal desigualdad en la distribución del ingreso y excluyó a millones de personas obligándolas a la sobrevivencia más precaria, sin contar la corrupción y los contratos antinacionales.

Ollanta que se levantó en el 2000 contra Fujimori, que calificó de delincuencial el orden político de los 90, que propuso una economía nacional en contraposición a la desnacionalización radical establecida por el fujimorismo, y que derrotó a la candidata del regreso a los 90 con el voto prestado del antifujimorismo, es también el responsable de haber puesto a Valdés a la cabeza de su segundo gabinete y de hacer callar a los demás ministros para que la voz del poder se exprese solamente a través de su antiguo instructor militar. Y parece que don Oscar a duras penas se está haciendo un pensamiento tratando de entender que es lo que quiere realmente el presidente que un día lo encontró en un aeropuerto y lo invitó a subirse al gobierno.

Aplicando una lógica que parece propia, el premier de Conga ha hecho su mejor síntesis: si Castilla es a Bologna, porque expresan la misma “economía práctica”, Humala es a Fujimori porque hacen buenos gobiernos pragmáticos. Y si Fujimori tuvo una paz social basada en policía y fuerzas armadas, desconociendo a las organizaciones sociales, Humala-Valdés pueden tener lo mismo, desconociendo los frentes y movimientos sociales por “no haber sido elegidos”, y desarrollando el método de o firman o me voy, que ha sido patentado por el exmilitar tacneño, a lo que sigue el estado de emergencia en defensa del “Estado de derecho”, es decir de Yanacocha.

La temeridad de Valdés es tan grande que es difícil creer que sus palabras en RPP hayan sido una provocación consciente a su presidente, para sacarlo de las ambigüedades y asociarlo al fujimorismo como antes hizo Alan García. El ministro Valdés no parece hecho para algo más allá de sabotear a su propio primer ministro y empujar a Cajamarca a la confrontación total. Entonces, ¿qué hace hablando de la “ideología pragmática”, según la cual lo que vale es lo que funciona? Si las luchas sociales que el nacionalismo apoyaba los últimos cinco años, son desórdenes indeseables para los buenos gobiernos; si los cambios reclamados por el país son “experimentos”; si lo único que necesitamos son inversiones y orden, y un gobierno gastando en programas sociales; ¿cómo no se va a concluir que el modelo está en los años 90? Es decir queriendo ser pragmático, se concluye en pura ideología, como es creer que en el Perú sólo se puede gobernar como lo hacía el “chino” de la Diroes, y que lo demás es experimento.

Pobre Ollanta si para eso ganó las elecciones.

08.01.12
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sábado, enero 07, 2012

El discurso de Valdés (I)

Para el presidente de la CONFIEP, Alfonso García Miró Peschiera, el discurso del primer ministro Oscar Valdés Dancuart, fue una expresión de que la gestión del presidente Humala es claramente de “izquierda moderna”, lo que se comprobaría en su enorme componente social. Pero si fuera así, también el gobierno de Fujimori que hizo depender a cerca del 60% de la población peruana de programas sociales –la mayor parte de ellos vinculados a la alimentación-, habría sido tremendamente moderno e izquierdista dado su inmensa bolsa asistencialista.

En realidad fue el FMI y el Banco Mundial los que introdujeron en los 90, la discusión de que los programas de ajuste (shock) tenían que tener elementos de amortiguación social. Pero el fujishock original se hizo sin anestesia alguna de donde creció la idea que ser progresista era reclamar un componente social a las políticas de ajuste de precios que destruían las condiciones de vida de la gente. Fujimori no se inmutó, pasó los primeros años de su gobierno preparando un paquete de programas sociales que sólo sacó adelante cuando empezó a entrar el dinero de las privatizaciones y la economía se fue estabilizando.

Hacia 1994, el fujimorismo era un típico modelo de crecimiento con programas sociales masivos, que por supuesto no producía ni inclusión ni igualdad de oportunidades, pero si hacía enormemente dependientes a los pobres de la ayuda estatal. Era, como se recuerda, un gobierno de privilegios trasnacionales, corrupción a tiempo completo, manipulación electoral y asesinatos clandestinos, pero respondía al orden económico de las inversiones, que clientelizaba a los pobres con un intenso gasto en programas sociales como el FONCODES, PRONAA y otros que todavía existen.

En el fujimorismo encajaba perfectamente la frase de “izquierda moderna”: el Perú no está para experimentos, luego de haber experimentado con un ajuste de precios de 400% en un solo día, una privatización masiva de más de 100 empresas, un golpe de Estado encabezado por el propio presidente, una Constitución aprobada por un solo partido, dos reelecciones y otros “globos de ensayo” que definieron al Perú que ahora parece negado para el cambio. A ese gobierno, por supuesto, que García Miró y todo su clan le dieron su apoyo seguramente por ser de “derecha moderna” o algo así, y lo acompañaron hasta su desastre en el año 2000, cuando todo empezó a reacomodarse.

Pero lo esencial del fujimorismo no era ni la plata de las inversiones, ni los programas sociales, sino el efecto que se lograba a través de ellos, que era la desmovilización, que permitió gobernar con el país aletargado. El desenlace actual con conflictos duros y poblaciones insubordinadas al Estado, se engendró en la época en que con el pretexto de la crisis y la guerra interna se sometió a los peruanos y se les impuso un sistema que ha sido sostenido durante los gobiernos post fujimoristas y que hoy vuelve a emerger en el discurso de Valdés como si fuera una gran novedad.

Y que el primer ministro nos llene de cifras de Pensión 65, Juntos, SAMU, Beca 18, Cuna más, PRONAA, FONCODES y otros, sólo nos permite decir que bien por los que reciben algún auxilio en su pobreza. Pero que por ese camino van a hacerse parte del crecimiento y de las ventajas de la modernidad eso no es sólo una ilusión. Es una mentira redonda. Un país sin excluidos, si eso existe, requiere precisamente salir de las políticas focalizadas para generar una sociedad de iguales, en las que todos acceden a servicios de calidad en condiciones equiparadas. De eso no hay una sola palabra en el discurso de Valdés porque tal vez piense que sería un experimento de aquellos que nos llevaron a la descomposición social de los 70, cuando Valdés se iniciaba en el Ejército y Ollanta todavía escuchaba a su papá. .

07.01.12
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viernes, enero 06, 2012

Las reglas y los experimentos

El Perú, señoras y señores congresistas, no está para experimentos ni globos de ensayo que en otras épocas nos hicieron sucumbir en el atraso, en el desconcierto y en la descomposición de la sociedad".
Oscar Valdés
Discurso ante el Congreso 05-01-12

Juan Velasco no era ni comunista ni capitalista sino del pueblo, que era la forma de entonces de decir que no era ni de izquierda ni de derecha sino de abajo, pero era un nacionalista sincero, que se enfrentó a los poderes que habían hecho del Perú un juego de islas extractivas en diversos puntos del país, con una sociedad rural ancha y ajena en la que reinaban los señores con ley propia, y algunas ciudades burocráticas y comerciales donde vivían las clases medias y altas que eran la base política del poder, y crecían los cordones de pobreza en la medida que aumentaban las migraciones.

Velasco efectivamente hizo un experimento orientado a lograr un país más dueño de sus riquezas, un Estado que equilibrara una sociedad marcada por profundas desigualdades, y un orden social y político en el que se transfería poder a los que estaban excluidos de las grandes decisiones. Sólo una vez en nuestra historia se ensayó a favor de las mayorías y del interés nacional, y obviamente esto desató resentimientos y deseos de venganza de todos los que fueron afectados en ese período. Ollanta Humala tenía un retrato de Velasco en el centro de la sala de reuniones del local central de su partido y se presentaba a sí mismo como un heredero de la tradición militar del general que nacionalizó los campos de la Brea y Pariñas, impulsó la reforma agraria e inventó la comunidad laboral.

La otra tradición era la de los militares que le cuidan sus negocios a los poderosos y reprimen al pueblo; que defienden las reglas por la reglas mismas, a pesar de que sobre ellas se hayan construido las peores injusticias y se haya institucionalizado la corrupción. Ollanta también fue un experimento, desde el día en que rompió la regla de subordinación que existe en el Ejército y de la que se valió Fujimori para comprometer a la institución con la dictadura, sus robos y sus crímenes, para proclamar la necesidad de un país y un Ejército diferente. Y lo volvió a ser como candidato contra el neoliberalismo y el continuismo en el 2006; y aún como moderado y concertador en el 2011, que suponía de cualquier modo un intento por tratar de ampliar la base política del sistema que permaneció cerrado veinte años para la izquierda y las representaciones populares.

Valdés, en cambio, acaba de confirmar que es el premier de otro proyecto, que postula no experimentar como en otras “épocas nefastas” y que ofrece profesionalidad, capacidad y experiencia, en medio de aplausos de la CONFIEP y de descorazonamiento de las bases nacionalistas y los electores de Ollanta. Cuando de su boca sale que cumpliremos la Hoja de Ruta, como si este fuera un programa o un derrotero, cuando son meras garantías de lo que no puede hacerse, se entiende el papel del actual primer ministro que es el de encargarse de representar a Ollanta en la ruptura con sus más íntimas convicciones.

Ya no hay vuelta que darle, así como no es posible una salida a la crisis de Conga con Valdés a la cabeza del gobierno, tampoco hay forma de que Ollanta recupere sus vínculos con el movimiento social con un gabinete contra los experimentos sociales y económicos, y que se somete a las peores reglas que Ollanta venía a cambiar.

06.01.12
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jueves, enero 05, 2012

El caso Raffo

Raffo es un corrupto confirmado ante un tribunal de Justicia, como su jefe y un alto número de sus colaboradores más cercanos, pero por alguna extraña razón no va a ir preso lo que ha festejado con estruendo para que todos sepan que eso de defender el buen nombre era un cuentazo y que lo que había tenido aterrado al Panda en los años en que hizo del Congreso su escudo, era terminar acompañando al general Hermoza y a unos cuantos de la divisa naranja que aún quedan en el Penal San Jorge y otras prisiones.

Está probado que Raffo recibió dinero de manos de Montesinos por un monto que se calcula en 400 mil dólares para cancelarle, con dinero del Estado, la campaña del “baile del chino” del año 2000. El excongresista arguye que no sabía y no le importaba de dónde llegaba esa plata y que fue Fujimori el que le dijo que esa era la ventanilla de pago. El delito de Raffo es de mayor magnitud que el de los congresistas que vendieron su voto, pero los jueces que fueron duros en sus considerandos de sentencia, terminaron débiles al definir la pena final.

Para armar una coartada Raffo inventó una bronca con Montesinos que nadie vio en los años de la dictadura, un odio singular del exasesor contra su persona y una red judicial que seguía respondiendo al hombre de inteligencia. Pero si hay una fecha en la que estos dos se transforman en “enemigos íntimos”, esta coincide directamente con el inicio de las investigaciones sobre el publicita que es mencionado en una serie de declaraciones del personal del SIN que señalan que visitaba con frecuencia a Vladimiro y se retiraba con fajos de billetes que ellos le preparaban, y que incluso enviaba a su asistente en la agencia publicitaria a recaban el efectivo.

Lo que también es verdad es que cuando Raffo necesitó a Montesinos como su enemigo para decir que las acusaciones en su contra eran patraña de su “enemigo”, Keiko también andaba necesitando trasladarle todos los crímenes y robos de los 90 a un culpable que no fuera su padre y que se llamaba Vladimiro Montesinos. El fujimorismo de los 2000, encabezado por la hija del preso de la Diroes, se hizo antimontesinista por necesidad política, y Raffo por necesidad jurídica. Pero ni Keiko ni el Panda han podido nunca sintonizar su afirmación de que no hay que creer la versión de Vladimiro porque es un delincuente, con los más de diez años que el infalible Alberto Kenya le creyó a pie juntillas a su asesor de inteligencia.

Mucha gente no oculta su confusión con un Raffo que había declarado su inocencia y está celebrando con quién quiera acompañarlo haber pasado a la condición de corrupto con libertad condicional. Debería darle vergüenza, pero no le da. Como tampoco se ha visto que Keiko, Kenyi o Martha Chávez se hayan sentido mal con el hecho de que el expresidente Fujimori aceptara todas las acusaciones de corrupción en su contra (las que formaban parte del paquete de extradición de Chile, dejando decenas de otros casos en el tintero), y se acogiera a la reducción de pena. Está visto que el fujimorismo no tiene reparos en admitir su condición de pandilla corrupta y de vivir con eso tranquilamente. Es una manera de decirle al país que no se preocupe por ese tipo de detalles, que si no recuperaron el poder en el 2011 todavía tienen un largo camino por delante, en un país que admite la podredumbre.

05.01.12
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La crisis planeada

Pregunta uno: ¿sabía Ollanta Humala que cuando apenas le faltaban 24 horas para ceñirse la banda presidencial y discutía con su entorno más cercano los detalles de la juramentación (el espíritu de la Constitución de 1979) y del discurso de investidura, se producía una reunión en la ciudad de Denver, capital de Colorado, en los Estados Unidos, en la que el directorio de la gigantesca empresa minera Newmont Mining Corporation, daba por aprobado el ahora famoso proyecto Conga, situado en el departamento de Cajamarca en la sierra norte del Perú?

Pregunta dos: ¿estaban al tanto los altos funcionarios de la minera de que en el Perú se venía produciendo un cambio de gobierno y que el nuevo presidente que juramentaría al día siguiente, tenía compromisos públicos con mucha gente en Cajamarca para proteger las lagunas y las fuentes de agua del avance incontenible de la minería del oro en la región, lo que significaba que le estaban dando un hecho consumado, con impredecibles consecuencias políticas?

No puedo saber la respuesta exacta a la primera pregunta, pero la segunda se responde sola porque Newmont a través de su filial peruana Yanacocha había sido activo participante de la campaña electoral con una apuesta de 100% para la continuidad del modelo. Eso era evidente en el reclutamiento de candidatos a congresistas por la ONG “Reflexión Democrática”, pagada por la mina, que abarcaba a todas las bancadas, menos a la de Gana Perú, y en el financiamiento de la guerra sucia de la segunda vuelta contra Ollanta Humala.

Una empresa que siempre hizo política nacional y regional, no podía ser ajena al concepto de que estaba usando el último día del régimen de Alan García para sembrarle un conflicto de proporciones a su sucesor. En toda la secuencia de Conga desde el 2010 al 2011, se descubre un aceleramiento constante del proyecto dirigido claramente a hacerlo irreversible antes que llegue el siguiente gobierno:

- Fines de marzo 2010, audiencia publica con dirigentes comunales y locales, vinculados con la empresa para dar por aprobado el estudio de impacto ambiental, presentado ese mismo día y las ventajas que se ofrecían a las comunidades para vender sus tierras.
- En octubre de 2010, seis meses después, el ministerio de Energía y Minas aprobó el estudio que comprende casi dos mil páginas de texto y numerosos anexos de documentos adicionales, tablas, gráficos y fotografías.

Obviamente Newmont y su socio Buenaventura de Roque Benavides, jugaban, como siempre, fuerte a la política para quedarse con el oro cajamarquino y peruano. Y esto viene desde el origen de la inversión en Yanacocha, cuando uno de los elementos claves para que exista el actual poder minero en Cajamarca fue la intervención de Vladimiro Montesinos.

Pero el punto a aclarar ahora es si la crisis sin salida en la que se encuentra sumido el gobierno de Ollanta Humala, apenas a los cinco meses de su juramentación, al no poder encontrar formas de armonizar su representación original que le reclama consecuencia en el punto del nuevo trato con la minería, y la aparente irreversibilidad de los acuerdos que ya existen, fue un resultado planeado al que el presidente fue llevado a través del consejo de no patear el tablero y de que la desestabilización lo estaba esperando si se decidía a revisar los contratos.

Ahora hay desestabilización en pleno desarrollo, el gobierno está convertido nuevamente en guardián de las mineras y el nuevo trato del que se sigue hablando no tiene como implementarse porque los viejos tratos siguen pesando en las inversiones que recién comienzan.

04.01.12
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lunes, enero 02, 2012

Todos contra Susana

Está en marcha una conspiración para hacer ingobernable la ciudad de Lima. El mensaje no es que vamos a revocar a la alcaldesa porque es imposible armar una mayoría para ese fin, sino trabar la acción municipal que tiene que chocar con intereses concretos si se empeña en una mejora real de la ciudad.

La campaña que está alentando Castañeda. Kouri y otros y que con grotesco entusiasmo ha sido asumida por la prensa que alguien ya definió como “bruta”, es la de hacer que los taxistas y mototaxistas, los microbuses y las combis, los ambulantes, las zonas tugurizadas, las invasiones y otros, se sientan más fuertes para resistir a la autoridad.

La idea es: no acates que la alcaldesa está siendo revocada. Y culparla luego por no poder hacer valer su autoridad. Las fotos sobre la avenida Abancay congestionada precisamente cuando se trataba de descongestionarla son elocuentes de que lo que se quiere no son las famosas obras o realizaciones, sino un desgobierno que marque el punto de venganza por la derrota del 2010 y que facilite la conclusión de que la ciudad que es la cabeza del sistema, jamás puede terminar gobernada por una tía progre de esas que le dice a uno: “no le has caso a la derecha”.

El caso de la Herradura es parecido: se reclamaba una obra de recuperación de una playa emblemática dañada durante largos años y que sucesivos alcaldes evadieron dejando el lugar en el peor abandono. Hoy la obra está casi concluida en su primera etapa, por lo menos mucho más que lo que quedaron las de Alan García inauguradas en julio, sin que a la derecha le incomodara la grotesca estafa del presidente yéndose y dejando tren eléctrico, estadio, teatro, hospitales y colegios, inaugurados, pero inconclusos y sin funcionamiento.

También Castañeda inauguró el Teatro Municipal que le falta casi la tercera parte de la obra y que por supuesto no funciona, y se pasó dos administraciones buscando postores a su medida que a la postre encarecieron la inversión. Pero tampoco hubo escándalo sobre este asunto. En cambio los que decían que Susana era una “vaga”, se cambiaron en un tris a “salada” e “improvisada”, por el asunto de la arena, lo que quiere decir que ya no es que no trabaja sino que es piña y no calcula bien.

Claro que todos sabían que el re-arenamiento es un proceso lento de varios años y con obras complementarias y que fue una inocentada municipal decorar la playa para el inicio de temporada con arena donada, que un oleaje castañedista se llevó en una sola noche. Pero, ¿esto da para una revocatoria? Los que nunca quisieron que se aclarara el caso Comunicore, al sobrevaluación del Metropolitano, los contratos con UNOPS, etc., y que nos exigieron tener paciencia durante la larga cantidad de años en que las obras en distintos puntos de la ciudad no parecían tener término y generaban un tráfico endemoniado ante el silencio del alcalde, ahora quieren que los resultados sean mágicos y automáticos, o revocatoria.

Es como una prueba además a la capacidad del poder mediático, el que ha fracasado en todas las elecciones porque no puede imponerle sus candidatos a los electores, pero mantiene indudable eficacia en destruir al otro, al rojo, al caviar, a aquellos a los que no debe dejárseles gobernar, porque no es el orden natural de las cosas.

03.01.12

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